Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 27 de agosto de 2002
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Economía

Ugo Pipitone

Johannesburgo

Miles de políticos reunidos en Sudáfrica en esa nueva cumbre. ƑServirá para algo? Ni Dios puede saberlo, desde el momento que sus organizadores y protagonistas no parecen tener idea. Y cuando uno no sabe lo que hace, es improbable que alguien más lo sepa. Siempre quedará, por lo menos, el consuelo de que se hizo alharaca alrededor de los temas que no conciernen la sustentabilidad del desarrollo, sino del planeta o, mejor dicho, de la vida en el planeta. Para algunos eso será tremendista y, exactamente, ahí está el problema: la tormenta que acumula fuerzas y nosotros que salimos de casa sin paraguas.

Las tendencias son tan claras que se ha vuelto trivial repetirlas como anuncio de desastres cada vez más extendidos y profundos. Quien lo haga corre el riesgo de parecerse a esas figuras recurrentes en la historia de la humanidad que aparecen de vez en cuando anunciando el fin del mundo. Reduzcámonos al hueso los focos rojos visibles desde el presente: calentamiento de la atmósfera con consecuencias climáticas impredecibles, contaminación de aire, ríos y mares, deforestación y desertificación. ƑQué combinación ecológico-social podrá construirse mientras estos procesos avancen y la población siga creciendo en un contexto en que la mitad de ella vive actualmente con menos de dos dólares al día?

Hoy, por primera vez, nos enfrentamos a la perspectiva realista de un progresivo descalabro de las condiciones en que la vida se hizo posible y asumió las formas que conocemos. Este debería ser el punto de arranque de cualquier discusión: el reconocimiento de la posibilidad de un deterioro ecológico irreversible. Y sin embargo, esa toma de conciencia es aún embrionaria y subsiste entre visiones difundidas según las cuales el presente es eternidad y todo se arreglará en última instancia.

Hubo un tiempo en que el comunismo se proponía el tema monstruosamente complejo de cambiar las formas de la vida social. Un extraordinario impulso de inteligencia y de potencial innovador que se fue deteriorando hasta convertirse en una jaculatoria destinada a justificar lo injustificable. Hoy, queriéndolo o no, nos acercamos a una situación en que tendremos que retomar la descabellada ambición que el comunismo asumió quedando aplastado debajo de sus sueños convertidos en delirios. Ahí está el reto: repensar formas de vida colectiva, formas de consumo y de producción que hoy se revelan incompatibles con el mantenimiento de los principales equilibrios ecológicos que hacen posible la conservación de la vida planetaria.

Y esto supone la necesidad de abrirse hacia un nuevo periodo de elaboración de ideas y de experimentación social. En tres terrenos, principalmente. La construcción de nuevos modelos de relación entre primero y tercer mundos; la experimentación de formas de producción y de consumo con menor impacto ecológico; el impulso a la innovación técnico-científica en el terreno de fuentes energéticas más abundantes y menos dependientes de los combustibles fósiles.

ƑCuáles son los obstáculos en este camino? Concentremos la atención, telegráficamente, en cinco aspectos. 1. El gobierno de la mayor economía del mundo que no solamente es el principal productor de desequilibrios ecológicos globales, sino que, en boca de su actual presidente, sugiere para enfrentar el problema de los incendios forestales talar los árboles. Debemos agradecer a Bush: pocas veces la cultura políticamente conservadora ha expresado con tanta claridad la irresponsabilidad fundamental en que se basa. 2. Una actividad productiva en la que los vínculos ecológicos o sociales son vistos como atentados contra la libertad. 3. Clases medias poco dispuestas a renunciar a estilos de vida que, de difundirse en el mundo, se volverían ecológicamente insostenibles. 4. Y, para completar el cuadro, una izquierda que, sobre todo en el tercer mundo, parece estar más ligada a los mitos nacional-revolucionarios del pasado que a los retos del presente.

ƑPodremos, no obstante todos estos obstáculos y sus mefíticas combinaciones, revertir las tendencias actuales y abrir un camino donde defensa del ambiente y bienestar sean compatibles? Lo más probable es que no, pero el género humano a veces es asombroso. No nos queda más que confiar en eso.

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