Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 13 de agosto de 2002
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Política

Crearán una fundación para investigar los crímenes cometidos durante la guerra sucia

Identifican los restos de Lucio Cabañas

PATRICIA MUÑOZ RIOS

Veintisiete años después de su asesinato, el maestro, comandante, guerrillero y fundador del Partido de los Pobres, Lucio Cabañas Barrientos, sigue en lucha y ganó ayer la batalla por la identificación de sus restos.

La sombra de Cabañas removió ayer una historia enterrada por el gobierno en 1974 en una tumba irregular, sin ataúd y sin identificación, en Atoyac de Alvarez, de donde un cuarto de siglo después salieron sus restos para reclamar su sitio en la larga lista de las luchas sociales de México.

La familia del comandante y un grupo independiente de antropólogos y arqueólogos dieron a conocer ayer los resultados de la prueba de ADN realizada a los restos del cadáver del combatiente.

Dichos exámenes comprobaron científicamente que los restos analizados corresponden al comandante de la Sierra Madre del Sur.

Orgullosos, la madre, hermanos, sobrinos y demás parientes informaron que las exequias del guerrillero se realizarán el 1Ɔ y 2 de diciembre en Atoyac de Alvarez, Guerrero, y anunciaron la creación de la Fundación Lucio Cabañas, que recopilará todo lo que se ha escrito respecto al luchador y su Partido de los Pobres; demandará crear una comisión de la verdad para esclarecer lo sucedido durante la guerra sucia en México; la presentación con vida de los cientos de detenidos-desaparecidos, así como un juicio y castigo a los culpables.

En la reunión, el escritor Carlos Montemayor -autor de Guerra en el paraíso, señaló que no basta con preservar la memoria de la represión de las luchas sociales de nuestro país, sino que a la luz de los hallazgos se tiene la posibilidad de acceder a la justicia mediante la reconstrucción histórica de la guerra sucia. Y fue más allá, al establecer que hay incluso la posibilidad de comprobar la criminalidad del Estado durante esos años, así como en las matanzas del 68, del 71 y recientemente de Aguas Blancas, Acteal y muchas más.

El periplo de un cadáver

La investigación fue realizada por el Equipo Mexicano de Antropología y Arqueología Forense, en coordinación con miembros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Cabañas, quien fue asesinado el 2 de diciembre de 1974 en El Otatal, municipio de Tecpan de Galeana, Guerrero, fue enterrado de manera irregular, sin ataúd, a pie de tierra, en un especie de hoyo, sin identificación y mientras todos sus parientes eran perseguidos o encarcelados. Incluso al paso del tiempo, encima de sus restos, se construyó una tumba -esta sí regular y de cemento- para otra persona de nombre Raúl Gallardo Benítez, tratando quizá de impedir que algún día el cadáver del guerrillero escapara, pero no lo lograron.

El equipo de especialistas integrado por el arqueólogo forense Carlos Jácome y los antropólogos forenses Lorena Valencia y Lilia Escorcia, encontró que entre los restos había un cráneo con un corte de necropsia como el que le hicieron a Lucio Cabañas y ropa que concordaba con la que portaba el día que fue baleado. En su investigación antropológica llevaron a cabo diversas análisis que no fueron concluyentes, por lo que se determinó realizar la prueba de ADN en la que participaron un hermano directo de padre y madre del guerrillero y cuatro medios hermanos.

Como sacado de un guión de cine, la muestra de sangre de Cabañas se tomó de los algodones que dejaron dentro de su cráneo y paladar, de un hueso de la rótula derecha, de la tela de su camisa y de dos dientes; estas dos últimas muestras fueron las que sirvieron y determinaron que el cadáver encontrado tenía el mismo ADN que su hermano Pablo Cabañas y estaba genéticamente emparentado con sus otros medios hermanos.

Pablo Cabañas, quien también fue preso político, dijo que la recuperación del cuerpo de Lucio Cabañas hace recordar que su lucha fue justa y que los objetivos que se planteó son más vigentes que nunca. Dijo que la fundación que llevará el nombre de este maestro, además de que buscará redimensionar su lucha y pugnará por el castigo de los culpables y por la formación de una comisión de la verdad, será un punto de encuentro de ciudadanos y organizaciones convencidas de la necesidad de la transformación económica, social y política del país.

Guillermina Cabañas, otra de sus hermanas, denunció que tan sólo en Guerrero se tiene un registro de más de 650 detenidos-desaparecidos de 1967 a la fecha, por lo que llamó a continuar la lucha por el esclarecimiento de estos crímenes de lesa humanidad "cometidos desde las fuerzas de seguridad gubernamentales".

David Cabañas planteó que Lucio "es un revolucionario de este tiempo".

La madre habló poco. Sólo al ser abordada por los reporteros, condescendiente, respondió estar orgullosa de su hijo, de su lucha, de su vida y de su muerte, porque a pesar de todo, dijo: "la imagen de Lucio Cabañas sigue viva, la gente lo recuerda, lo quiere y más ahora, que sus restos reclamaron su sitio".

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