Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 7 de agosto de 2002
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Sociedad y Justicia

Las pequeñas aún están en riesgo pero los pronósticos son positivos, dicen los médicos

Se logra el milagro; separan a niñas siamesas

REUTERS

LOS ANGELES, 6 DE AGOSTO. En una operación de más de 20 horas, cirujanos del Hospital Infantil Mattel, de la Universidad de California en Los Angeles, lograron separar con éxito a las siamesas guatemaltecas de un año que estaban unidas por la parte superior de la cabeza.

Sin embargo, menos de cuatro horas después, una de las niñas, María Teresa Quiej-Alvarez, sufrió un hematoma subdural y fue trasladada nuevamente al quirófano.

"Hay que atenderla para asegurar que la presión no aumente bajo el cuero cabelludo. Esto no es necesariamente una complicación inesperada", dijo en conferencia de prensa el director del Centro Médico de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), Michael Karpf.

El neurocirujano Jorge Lazareff dijo que el pronóstico para ambas niñas permanece positivo a pesar de la complicación.

La hermana de María Teresa, María de Jesús, sigue en condición crítica pero estable en la unidad de cuidados intensivos. A las niñas se les conoce cariñosamente como Las Maritas o Las pequeñas Marías.

Están en una situación muy delicada y hasta que pasen varios días habrá amenaza para la vida de ambas niñas. "Estamos con ellas minuto a minuto, de hora en hora, día a día", dijo Karpf.

No obstante la complicación posterior, el éxito de la operación fue celebrado con gritos de júbilo y aplausos en el anfiteatro de operaciones.

Un momento de felicidad

"El momento en que las dos niñas quedaron separadas fue mágico. A todos se les puso la piel de gallina. Unos lloraban, otros reían, todos comenzaron a aplaudir y a gritar", dijo a los periodistas Houman Hemmat, de UCLA, quien presenció la operación.

"Las gemelas se están recuperando muy bien", añadió. "Han sido separadas físicamente: sus cerebros están separados, sus cráneos están separados, su carne estámdf16929 separada".

Hemmat expresó que la operación resultó menos complicada de lo que parecía porque los cerebros de las niñas no estaban unidos.

A pesar de ello, era una operación difícil y un caso excepcional, y tomó nueve horas a los médicos dejar los cerebros al descubierto. La operación duró once horas más.

Las siamesas fueron trasladadas a la mesa de operaciones justo antes de las 8 de la mañana, hora local, y la operación comenzó a las dos de la tarde, después que los anestesistas les pusieron los tubos de respiración asistida y les colocaron unas vías intravenosas para suministrarles medicamentos y sangre.

Aunque sus funciones cerebrales eran independientes y cada niña poseía una irrigación arterial normal en sus respectivos cerebros, compartían algunas venas, según informaron los médicos.

Los médicos tuvieron que proteger y reorientar estas venas para evitar el riesgo de un accidente cerebral.

Un caso extraño

Los casos de siameses ocurren en uno de cada 200 mil nacimientos, pero los que están unidos por la cabeza, conocidos como gemelos craneópagos, sólo constituyen el dos por ciento.

De los 40 o 50 casos registrados de craneópagos, sólo 15 por ciento sobrevivió hasta los cinco años y sólo un par alcanzó la edad adulta, informó Moise Danielpour, director de la unidad de neurocirugía pediátrica del Instituto de Neurocirugía Cedars-Sinai Maxine Dunitz, en Los Angeles.

Estos niños mueren casi siempre muy pronto porque los órganos de uno de los gemelos, como el corazón y los riñones, desempeñan la mayor parte del trabajo y una vez que empiezan a fallar, ambos gemelos mueren, explicó el especialista.

Danielpour dijo que los avances técnicos en los últimos 10 o 15 años en el campo de la imagenología, los servicios preoperatorios y las técnicas quirúrgicas han incrementado las posibilidades de éxito en la separación de siameses de un 25 a un 65 por ciento.

Pero cuando hay que separar vasos sanguíneos cerca del cerebro, como en este caso, el riesgo siempre es alto, añadiendo la gran pérdida de sangre y las posibles complicaciones, explicó.

A finales de junio, médicos de UCLA insertaron unas especies de globos para estirar la piel de la cabeza de las niñas y utilizarla después para cubrir los cerebros.

Los cirujanos plásticos crearon "piezas" con esta piel para posteriormente cubrir la parte superior de los cráneos de las niñas.

 

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