Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 4 de julio de 2002
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Cultura

Homenaje en la Cineteca Nacional al dramaturgo por su quehacer de guionista

Argüelles puede convertir el Tánatos en Eros

Es capaz de lograr que la muerte alterne con la risa y la tragedia con la quimera

CARLOS PAUL

Durante casi cinco décadas el multipremiado Hugo Argüelles ha plasmado con originalidad e inteligencia la realidad de México, al revelar la identidad oculta, a veces extraordinaria o siniestra, de sus habitantes o espectadores. Su dramaturgia ha fascinado a grandes directores de teatro, desde Juan José Gurrola y José Solé hasta Julio Castillo.

arguelles- El cine tampoco se ha resistido a las siniestras y divertidas obras de Argüelles, cuyas historias, cargadas de humor negro, han entusiasmado a directores como Luis Buñuel: ''Argüelles es el único capaz de convertir el Tánatos en Eros", que a jóvenes cineastas como Guillermo del Toro: ''Su obra es capaz de abrazar la más abyecta perversión con la inefable sonrisa de una madre''. Además, ''es el único autor en México con tanta versatilidad como talento", dijera Gurrola.

Dominio del diálogo

La fascinación de Argüelles sobre casi todos los que han tenido la fortuna de conocerlo es legendaria; sin embargo, uno de los aspectos menos estudiados de su imaginario lo constituye su quehacer de guionista, desplegado en más de 20 realizaciones cinematográficas, entre las que se encuentran Los cuervos están de luto, El tejedor de milagros, Doña Macabra, Las pirañas aman en cuaresma, Los indolentes y Los amantes fríos.

Para hablar sobre esta faceta, la Sociedad General de Escritores de México y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes rendirán un homenaje a Hugo Argülles, hoy a las 19 horas en la sala Salvador Toscano de la Cineteca Nacional, con una mesa redonda en la que participarán Silvia Pinal, Ernesto Alonso, Víctor Hugo Rascón Banda y Magdalena Acosta; también se proyectará la película Los cuervos están de luto.

''Los guiones de Argüelles destinados a la pantalla grande poseen algunos rasgos en común con sus obras teatrales. Sin embargo, distan de ser simples adaptaciones calcadas del original", se apunta en el programa de mano que hoy se da a conocer.

''Al observar el conjunto del trabajo para cine realizado por el dramaturgo, encontramos un propósito definido: proponer una lectura original, provocadora y sin concesiones de algunos de los rasgos más representativos de la sociedad mexicana y universal.

''Una de sus características más sobresalientes es su notable dominio del diálogo, elemento capital en un guión cinematográfico y que, lamentablemente, pocos autores consiguen. Una película de Hugo Argüelles es garantía de parlamentos incisivos, una sabrosa mala leche, personajes multidimensionales y una singular carga simbólica para ser descifrada por el espectador.

''En los trabajos de Argüelles, la muerte alterna con la risa, la reflexión filosófica con la farsa descarada y la tragedia desgarradora con la más sutil de las quimeras. Hay muchas más realidades que la única que podemos ver con nuestros limitados sentidos, parece decirnos el autor, para a continuación traernos noticias de todos los mundos de maravilla que se esconden dentro del entorno común que compartimos y llamamos México."

Los ases de don Lacho

Los cuervos están de luto (Francisco del Villar, México, 1965) cuenta la historia de don Lacho, ranchero viejo y avaro, quien es visitado por el juvenil fantasma de su difunta esposa cuando aquél sufre un ataque que lo deja en agonía. La bella visitante de ultratumba sólo regresó para decirle que uno de sus hijos en realidad no es suyo. El viejo, todavía con vida, es metido en su ataúd a iniciativa de Piedad, esposa de Gelasio, el hijo mayor, que desea heredar a toda costa.

Llegan a la casa también Mateo (el hijo de en medio), su mujer Mariana y su pequeño hijo, así como Enrique, el hijo menor del moribundo, a quien sí le interesa el estado de salud de su padre, pero también desea partir a la capital para seguir su vida.

El velorio se organiza en presencia del futuro difunto, con los invitados esperando el deceso. Pese a la crueldad de sus familiares, don Lacho tiene varios ases bajo la manga: ha escondido las escrituras de la casa, redactó un nuevo testamento y una carta en la que revela cuál de sus herederos naturales no es su hijo.

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