Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 27 de junio de 2002
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Cultura

La verdadera historia del laberinto es el título de su primera novela

Gabriela Vallejo recrea pasillos del alma humana

Algunos apuntes y el universo onírico de la escritora sustentan la trama narrativa

ARTURO JIMENEZ

En la que es su primera novela, Gabriela Vallejo Cervantes ha creado una historia imbricada pero a la vez atractiva para el lector, el cual es conducido por una trama laberíntica que confunde lo verosímil con lo fantástico, la presencia con su desdoblamiento en el espejo y la vigilia con la ensoñación onírica.

Se trata de La verdadera historia del laberinto, acontecer literario sobre el mal y el misterio en el que los diferentes puntos de vista narrativos de los personajes recorren y crean complejos ''pasillos" de vida para mostrar zonas oscuras del alma humana.

Coeditada por Era e INBA, esta obra de Vallejo Cervantes (1964) surgió de hecho tanto de sueños suyos que la marcaron durante varios años como de algunos apuntes también añejos sobre uno de los personajes centrales: Clara.

''Después me percaté que de alguna manera ambas cuestiones pertenecían al universo onírico. A partir de ahí comencé a escribir la novela poco a poco, durante más de cinco años."

Varios laberintos en uno

Tras coincidir en que hay varios laberintos en su novela, Vallejo menciona además la utilización de citas textuales de volúmenes existentes o no a lo largo de su novela. ''Los libros también forman parte de ese universo laberíntico. Como alguien por ahí lo ha señalado: de repente Borges se asimila ya como parte de las muchas estrategias que utiliza un escritor."

El escritor, dice, de alguna manera asume la misma existencia. ''El lector, al leernos, nos da una nueva vida. Esos libros, al tener una nueva vida, forman parte de las vidas de las personas que los leen. En ese sentido, también empiezan a formar parte de los otros laberintos."

Además, señala, esa es una metáfora que también le ayudó a reflexionar y construir la vida interna de sus personajes. ''Especialmente con el personaje de Tomás, que es una especie de laberinto interior o una búsqueda en un laberinto interior en donde se van encontrando los demás."

-En esta novela hay también un elemento de relatividad. Cuando el lector comienza a entender algo, sucede que además ese algo es de un modo distinto.

-La intención era cómo relativizar la experiencia de la lectura, la certidumbre que muchas veces busca el lector. Es decir: todo lo que estoy leyendo de alguna manera es cierto. Entonces, será cierto pero en determinados planos, a fin de poder hacer las propias interpretaciones dentro de un plano de certidumbre. La idea también es jugar con eso y que el lector pueda entrar y participar de manera distinta.gabriela_vallejo_j4b

''No sé si lo logré o no, pero también era reflejar un poco mi experiencia como lectora de la novela. Además, no la escribí en soledad sino compartiéndola con otras dos compañeras y con Agustín Monsreal. La cuestión era de qué manera, como lectora, me podría hacer otras preguntas más allá de la propia narración. Vamos, era una experiencia de escritura y de lectura simultáneas."

Un emblema del mal

Aparte de los personajes de Clara, que por momentos es como un fantasma o una sombra, y de Tomás, que con sus obsesiones empuja la historia hacia lo fantástico, en La verdadera historia del laberinto también es importante Max, quien representa otro tema de la novela: el mal o, quizá, el diablo.

''Lo que me gusta de Maximiliano es que tiene una capacidad protéica, pues puede cambiar y transformarse en cualquier cosa. Y efectivamente, él es un emblema del mal. Sucede que otra de las intenciones de la novela, aparte de la metáfora del laberinto, era reflexionar sobre la idea del mal.

''Finalmente Max, aunque representa su maldad interiorizada, también refleja las muchas partes oscuras que todos tenemos. Y cuando Tomás se relaciona con Max es porque él mismo tiene algo en común con ese personaje oscuro, aunque en apariencia sean opuestos: uno débil y otro fuerte."

-En el capítulo final manejas una especie de ''vuelta de tuerca" desde la perspectiva de un personaje más, Catalina Ramírez, pero a la vez es una manera de irse de nuevo al principio de la historia.

-Sí, porque finalmente creo que los laberintos nunca se cierran y nunca se abren. Los laberintos, para serlo, deben tener siempre esas estructuras como en espiral, que no dejan escapar del todo. Una vez que se entra en un laberinto yo no sabría cuál es la escapatoria.

-Entonces, Ƒno puede salirse de este laberinto literario tuyo?

-Creo que no. De hecho, como escritora pienso que yo misma no he salido de ese laberinto. La segunda novela que preparo todavía forma parte de este tipo de laberinto. Es decir, las exploraciones y preguntas en las que entré en esta primera novela siguen dando frutos en lo que será una segunda historia.

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