Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 20 de junio de 2002
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Capital
CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

La banca, otra vez privilegiada

HACE RATO que los gobiernos federales de este país decidieron jugar en el bando de los más poderosos y les han creado leyes para no distraerlos de su afán de enriquecerse mediante el trabajo de quienes sí trabajan.

VALE LA postura de Andrés Manuel López Obrador al enfrentar otro de los abusos con los que el gobierno federal pretende cobijar, otra vez, a los dueños del dinero, pero resulta inútil si, como todos sabemos, la decisión se tomó el 2 de julio de 2000.

Y MAS inútil es si se mira de cerca cuál es el fondo del problema entre el Gobierno del Distrito Federal y los banqueros, auxiliados con toda la fuerza del aparato gubernamental que impulsó el PAN.

SE TRATA de usted, de todos los que necesitamos de una u otra forma de los servicios del banco y la disyuntiva para los banqueros es: ¿qué importa más, el dinero o los hombres y mujeres que hacen uso de los muy escasos y caros servicios del sistema bancario?

DEJEME DECIRLE que usted y todos perdimos. A los banqueros, o a casi todos los banqueros, así como al gobierno de Fox, lo que menos les importa es lo que suceda con los usuarios de la banca.

SEGUN ALGUNAS cifras, el gobierno federal transfiere a la banca más de 50 por ciento de los dineros que necesita para sobrevivir. Huelga decir que esos fondos provienen de los impuestos que genera el ingreso de los trabajadores.

EN ESAS condiciones, con estos banqueros que se niegan a hacer negocios y viven cómodamente de las adecuaciones legales construidas para enriquecerlos sin que hagan el menor esfuerzo, lo más justo sería que cada sucursal bancaria garantizara, en cada una de sus oficinas, la seguridad de la gente que necesita acudir a ellas.

ENTONCES LA gente, el cuentahabiente, no es un asunto de los banqueros, aunque el dinero de esa misma gente sea su prioridad. Parece enredado, pero no. Usted y todos no somos más que un número más en la visión de la banca y por eso no vale la pena garantizarnos, por ejemplo, la vida.

Y MIRE usted si no es para espantarse. Día con día, al salir de las sucursales bancarias siete personas, que curiosamente acaban de cobrar, son asaltadas. Y los asaltantes nunca fallan, siempre van sobre seguro, bien informados, digamos.

LAS ESTADISTICAS señalan que en lo que va del año se han perpetrado 43 asaltos y en ellos han muerto dos policías, otros dos números que nada importan al sobreprotegido sistema bancario establecido en la ciudad.

EL GOBIERNO federal rescata a los bancos, los hace sobrevivir con el dinero de la gente y ahora quiere que la misma gente pague por la seguridad en las sucursales. Desde luego en estos casi dos años de gobierno México ha avanzado, ¡sin duda!

POR ESO decimos que está muy bien que Andrés Manuel López Obrador ejerza su derecho al pataleo y mire al futuro para erradicar estos vicios que sí han perjudicado al país, pero por el momento todo está decidido, aunque no hay que desmayar en el intento de desenmascarar los vicios de esta IP que nos han vendido como el remedio a todos nuestros males.

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