Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 18 de junio de 2002
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Política

Marco Rascón

Si no hay culpables...

Todos son responsables. La muerte serial en Ciudad Juárez de más de 200 mujeres a lo largo de varios años sin que exista todavía una hipótesis clara de los motivos y los culpables, empieza a señalar a toda la sociedad de esa frontera como responsable de los crímenes, ya sea por comisión, descomposición u omisión.

Esa responsabilidad puede derivarse de una misoginia generalizada, pues si las víctimas fueran hombres, o alternadamente hombres y mujeres, la respuesta y exigencias de justicia serían diferentes.

La sociedad juarense también es responsable por su encierro, porque dejó de ser la ciudad más liberal y progresista del norte y se ha convertido en un feudo cerrado, sin identidad mexicana, resentida, xenófoba y entregada a la adoración del bello sino del dólar como su valor fundamental.

Si no hay culpables... la sociedad juarense es responsable porque se ha acostumbrado al horror y hoy duerme plácidamente a pesar de la violencia.

Es responsable éticamente porque ha desarrollado una doble moral y ha tolerado las voces de los que piensan que las víctimas se lo merecían: por ser mujeres, usar minifaldas, y salir bonitas y arregladas a su trabajo.

Si no hay culpables en esa ciudad... todos son responsables por permitir que el desierto que rodea a Juárez haya sido sembrado, casi rutinariamente, de mujeres. La impunidad que ha seguido a los asesinatos expresa que el trabajo asalariado no tiene ningún valor, que ganarse el sustento mediante un salario es una estupidez, y que ser mujer y obrera es el peor de los destinos.

Si no hay culpables, todos son responsables en esa ciudad porque hasta la fecha no hay testigos, no hay investigación con vocación esclarecedora y las miles de mujeres que trabajan están inermes, pues los asesinos no descansan y continúan los raptos, las desapariciones y la muerte.

La indolencia social que prevalece en Ciudad Juárez ha convertido a sus habitantes en el pueblo de las buenas conciencias que prefiere vivir en la impunidad antes que reconocer la profunda descomposición ética. Son responsables genéricos por pretender aislar los crímenes de mujeres de la "sociedad juarense" y restarle importancia a las víctimas porque no eran originarias de la ciudad.

Son responsables todas las autoridades, todos los policías, desde los municipales hasta los federales, y aun los internacionales que se han inmiscuido pero ni siquiera han sido capaces de establecer hipótesis concretas sobre los motivos y nacimiento de esta violencia.

La tolerancia hacia esa violencia y las autojustificaciones respectivas constituyen el mayor peligro, pues diseñan los niveles de descomposición a los que puede llegar una comunidad desarticulada, sin perspectivas políticas, pasiva, drogada y consumista. Ciudad Juárez, bajo la luz de las respuestas, es un modelo de comportamiento extremo frente a la globalización y la pérdida de identidad de una comunidad.

En este sentido Ciudad Juárez rebasa a Tijuana y a otras ciudades fronterizas, pues el caso de los asesinatos de mujeres siguiendo un mismo patrón de esa magnitud parecieran únicos, dirigidos contra el mundo laboral y las migraciones del sur. Es decir, es una forma de propaganda siniestra surgida de la xenofobia que se ha desarrollado en esa frontera contra todo lo que signifique "extraño".

Si no hay culpables en Ciudad Juárez todos son responsables, porque pareciera existir un Ku Klux Klan, organizado e impune, porque han existido respuestas cínicas que señalan a las víctimas como provocadoras de su suerte. Por eso la responsabilidad se extiende también a todas las Iglesias, a todos los organismos civiles, a los medios de comunicación y, en primerísimo lugar, a los gobernantes, más esforzados en trivializar la violencia que en detener sus causas.

Si en la ciudad de México hubiesen asesinado a mil 200 mujeres en el mismo lapso -cifra proporcional a lo que ha ocurrido en Juárez-, Ƒcuál sería la respuesta social ante una situación así? ƑQué significaría esa magnitud de violencia interna? ƑExiste peligro de que esa descomposición se extienda? ƑCuál es el mensaje de los asesinos?

Ciudad Juárez, más allá de ser una mala noticia por su polarización política o por ser capital de un cártel del narcotráfico, es una afrenta nacional porque es una espina en el corazón del país, ya que atenta contra lo femenino, lo laboral, lo migratorio y la resistencia fronteriza, y porque fortalece el expansionismo estadunidense, clima propicio de las derechas y de las políticas del miedo.

La burocracia en las investigaciones y la falta de culpables hacen a todos responsables. Considerarlo así obliga a ver y a atender lo que ahí sucede, no con la distancia frívola de considerarse seguro, por no ser mujer, migrante y obrera. Considerarlo así es empezar por lo que somos ahora y revisar el destino de nuestras comunidades; es empezar a ver nuestra necesidad como país y nación de obtener respuestas justas a estos hechos, que ya pueden considerarse una guerra declarada contra el alma nacional de los mexicanos y los principios de nuestra convivencia.

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