Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 16 de junio de 2002
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REPORTAJE

Causa también baja calidad educativa y un desarrollo económico ínfimo

La emigración entre las etnias de Durango favorece la deserción escolar

En las zonas indígenas de Durango, según estadísticas de la Secretaría de Educación Estatal, existen alrededor de 9 mil 500 personas en edad escolar. Sin embargo, sólo 75 por ciento de ellos acude regularmente a escuelas debido a diversos factores que propician su deserción. Casi 5 mil 500 niños y adolescentes indígenas duranguenses cursan primaria y prescolar, el resto están en nivel secundaria y muy contados siguen la educación media superior y profesional

SAUL MALDONADO CORRESPONSAL

Durango, Dgo., 15 de junio. El maestro indígena Anatolio Macías García sostiene que la situación en regiones étnicas "es muy complicada" debido a la carencia de un programa educativo adecuado a la realidad inmediata de los alumnos.

También favorecen a las malas condiciones educativas las disputas entre los maestros dependientes del departamento de Educación Indígena de la Secretaría de Educación Estatal (SEE), la deserción de alumnos y la alta rotación de profesores, quienes reciben "sueldos muy bajos".

Antonio Aguilar Reyes, miembro del Consejo Técnico de Educación Indígena de la entidad, por su parte, manifiesta que los programas educativos dirigidos a etnias "necesitan una mejor infraestructura, porque en ocasiones hay escuelas que llegan a tener 50 alumnos con un solo salón de clases y un solo maestro".

Añadió que a esta problemática se suma el que los maestros rurales "tienen bajo perfil educativo, no saben cómo hablarle a los niños indígenas ni cómo tratarlos y menos saben tratar a tantos alumnos de diferentes edades".

Aguilar Reyes y Macías García coincidieron en señalar que en muchos casos los maestros enviados a la región indígena no terminan el ciclo escolar por lo retirado que se encuentra la escuela en la que les tocó impartir clases. Ante esta situación, otro profesor debe continuar la labor que un primer mentor dejó inconclusa. A esto se agrega el magro salario que reciben los docentes en zonas étnicas, que va de mil 200 a mil 900 pesos quincenales.

Como ejemplo de la desproporción entre el costo de productos y los honorarios a maestros, Macías García citó que en esas regiones un refresco embotellado llega a valer nueve pesos.

Para Guillermo Morales Aguilar, titular del departamento de Educación Indígena de la SEE, la deserción escolar entre la etnias duranguenses ha disminuido porque el programa Progresa retira becas a niños indígenas que faltan a la escuela por cuatro días sin razón justificada.

Grupos étnicos pretendieron controlar el departamento de Educación Indígena

Pero no sólo la situación económica de los maestros y las deficiencias en programas educativos han generado el baja escolaridad entre las etnias de Durango.

El año pasado dirigentes indígenas realizaron huelgas de hambre con la intención de que el gobierno estatal les entregara la titularidad del mencionado organismo.

Asimismo, la disputa entre tepehuanos de Durango y ejidatarios de Zacatecas, por un predio de más de 5 mil hectáreas en el municipio de Bernalejo, provocó que un elevado número de niños abandonara sus clases al verse obligado a acompañar a sus padres durante más de 15 días a un plantón que realizaron en la frontera con la entidad vecina.

Las distancias provocan que no acudan a las aulas

Según Guillermo Morales, una causa que ha provocado que 25 de cada 100 indígenas en edad de estudiar no acudan a las aulas es la distancia de una comunidad a otra donde está la escuela.

Refirió que en algunos casos los niños deben salir de sus casas a las seis de la mañana y caminar tres horas para llegar a su salón de clases. Luego de asistir a la escuela, esos niños suelen volver al seno familiar alrededor de las 18 horas, sin haber tenido por comida más que un vaso de leche.

El director de Educación Indígena se refirió a los desayunos escolares que proporcionan escuelas primarias, los cuales "desafortunadamente sólo consisten en un vaso de leche si ésta no se ha echado a perder, y si bien les va una galleta, y eso es el alimento de algunos niños en 12 horas, razón por la cual muchos prefieren quedarse a ayudar a sus padres".

A lo anterior se añade que los indígenas de Durango requieran buscar trabajo en otros estados, como Nayarit.

Actualmente, en muchas comunidades étnicas duranguenses sólo existe como opción laboral la crianza de ganado para uso particular, debido a que la actividad forestal, predominante entre indígenas, entró en veda desde agosto pasado y la restricción se levantará hasta agosto de 2011.

De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social y el Instituto Nacional Indigenista existen cuatro nuevos proyectos en la región indígena que, sin embargo, no darán trabajo a cuantos se dedicaban a labores forestales.

Estos programas involucran una fábrica de golosinas dirigida por una familia de indígenas, una fábrica de pan y dos tortillerías.

No obstante, la emigración prevalece entre las etnias y con ella la deserción escolar, que favorece la baja calidad educativa y propicia un desarrollo económico ínfimo.


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