Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 16 de junio de 2002
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Política

Busca el gobierno transformarlo para manejar completamente las políticas del sector

El INI, en la mira para establecer el Puebla-Panamá

Sistema globalizado exige insertar a pueblos indios en la economía internacional: estudio

ALMA E. MUÑOZ

Después de 54 años de la creación del Instituto Nacional Indigenista (INI) el gobierno federal busca transformarlo para que el diseño, orientación y supervisión de las políticas aplicadas a los pueblos indígenas de México queden enteramente bajo su responsabilidad. En este esquema ya se estableció como una línea de acción estratégica la vinculación del megaproyecto Plan Puebla-Panamá con las etnias del sur-sureste del país, señala un estudio del organismo.

Lo anterior porque, revela el documento interno de trabajo Líneas y estrategias generales para la acción indigenista, "el sistema internacional globalizado exige diseñar nuevos mecanismos y enfoques novedosos para insertar de manera provechosa a los pueblos indígenas en la economía internacional".

A poco más de tres meses de que la iniciativa para reformar al instituto se presente al Poder Legislativo para su discusión, se pretende reforzar el papel de interlocutor del INI con el Presidente de la República, y no dejarlo bajo la directriz de la Secretaría de Desarrollo Social, como actualmente se mantiene. Sobre todo, se busca clarificar el papel que tanto el organismo como la Oficina de Representación para el Desarrollo de los Pueblos Indios juegan en la materia.

Con la puesta en marcha de esta última, se afirma en el documento, "se puso en evidencia la desigual intervención interinstitucional en materia indígena, las irrisorias cifras presupuestarias destinadas a las regiones indias, la parálisis de ciertas áreas de gobierno que deberían jugar en este periodo un papel estratégico, los problemas derivados del marco jurídico y, en especial, la ausencia de una discusión sistemática sobre la naturaleza y el futuro de México como país pluricultural, dentro del cual los pueblos indígenas constituyan un sujeto de atención diferenciada".

Por eso se pretende que el nuevo organismo, dentro del proceso de "modernización del Estado mexicano", defina la política gubernamental hacia los indígenas y vigile su aplicación sobre la base de indicadores generados por las demandas, la participación y la realidad de las etnias y, además, "explore mediante estudios prospectivos la emergencia de nuevas problemáticas relativas a las comunidades indígenas ubicadas en áreas rurales o urbanas en México o en el exterior".

La palabra indigenismo

Los trabajos sobre la reforma recaen en el INI y en la Oficina de Representación para los Pueblos Indígenas, a cargo de Xóchitl Gálvez, y analizan hasta la pertinencia de mantener la palabra indigenismo. Incluso plantean la necesidad de dedicar un "documento específico para el análisis del tema".

Reconocen que las etnias mexicanas requieren de un nuevo marco jurídico, a pesar de que el instituto no elaboró una propuesta alternativa para la Ley de Derechos y Cultura Indígenas, cuando se preveía que su aplicación se postergaría frente a la inconformidad de indígenas y grupos no gubernamentales por no cumplir con el espíritu de los acuerdos de San Andrés Larráinzar como, inclusive, reconocen sus directivos.

Para los responsables de esta nueva medida queda claro que durante décadas "el propósito principal de las políticas indigenistas fue integrar a estos grupos sociales a una nación homogénea y a una sola cultura nacional mestiza, mediante la aplicación de modelos de asistencia pública y beneficencia social".

Ahora, con un nuevo esquema de trabajo, plantean la concepción de un Estado pluri e intercultural que siente las bases para "imaginar, instaurar y consolidar un nuevo pacto social".

Se plantea entonces la urgencia de cambiar conceptos y acciones con el objetivo de que las instituciones gubernamentales dejen atrás la imagen de que los indígenas son "como conjuntos exclusivamente rurales, aislados, resistentes al cambio y que por vivir en condiciones de pobreza o extrema pobreza están imposibilitados para realizar aportes a la riqueza nacional".

Con ello pretenden alcanzar la "expansión de las potencialidades indígenas, hasta lograr las competencias requeridas para acceder a las oportunidades del desarrollo moderno" que implica el mundo globalizado.

Así, el INI orientó su trabajo hacia la definición de las "líneas estratégicas básicas" que buscan, principalmente, la reforma institucional y definir el papel de los pueblos indígenas en el ámbito internacional. En este último terreno ubicó como puntos centrales las relaciones y presencia internacional de esas comunidades, el Plan Puebla-Panamá, los migrantes indígenas y los derechos humanos de los indios.

Todo ello porque "la posición geoestratégica de las etnias de México, como en el sur-sureste, o con relación a sus recursos naturales, sus intereses y sus necesidades de desarrollo nos obligan a desempeñar un papel activo y central en la conformación de la nueva relación y la presencia internacional de los pueblos indígenas".

Con esto, el INI "procurará" que esos pobladores "participen activamente en el fortalecimiento de un sistema internacional que promueva el desarrollo y la justicia, sobre la base del derecho internacional, y proporcione espacios de acción política al interior del país y frente a otras naciones y regiones".

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