Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 9 de junio de 2002
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Política
Néstor de Buen

Compro, luego existo

Mis queridos amigos Julio Scherer y Rafael Rodríguez Castañeda deben estar muy contentos. De manera impresionante han logrado que en una sola tarde se hayan vendido por lo menos diez mil ejemplares de Proceso. Nada menos que el reciente número, fechado el 2 de junio, con el número 1335, cuyo encabezado, que quién sabe si tiene algo que ver con ese éxito mercadotécnico, dice "Amigos de Fox bajo sospecha. Documentos de Proceso en la investigación. La presidencia calla".

Habrá que leer cuidadosamente el ejemplar, que guardaré en alguna caja fuerte, tratando de establecer a qué se debió ese éxito editorial. Podría ser la entrevista a Nacho Carrillo Prieto, a propósito de los "Poderes oscuros que se oponen a aclarar las desapariciones", o la nota de esa extraordinaria corresponsal en España, Sanjuana Martínez, respecto a la intervención del Congreso estadunidense en el caso BBVA-Probursa o por la "Zancadilla" del agudo Alberto Barranco Chavarría en relación con los problemas de Altos Hornos de México o el tema siempre actual y mejor informado sobre Ericka Zamora y Efrén Cortés que suscribe Miguel Angel Granados Chapa o las caricaturas de Naranjo (¡felicidades por el premio!) o algunas cosillas más.

No tengo la impresión de que la información futbolística en que ha incurrido Proceso pueda ser motivo de ese notable entusiasmo de los lectores o que el estupendamente informado artículo de Anne Marie Merger sobre el avance de la ultraderecha en Europa (¡y vaya que sí es preocupante!) haya despertado entusiasmos incontrolables. Reconozco que me fascinó, en la misma medida que me preocupó la información. Pero yo no soy sospechoso, me parece.

Claro está que el encabezado de la revista podría haber generado esa reacción de avorazamiento lectoril. Al público le interesa siempre de manera especial cualquier información que pueda implicar responsabilidades políticas. Aunque en el caso, la iniciativa correspondió al IFE, ya que fue su presidente, Pepe Woldenberg, el que, en una carta dirigida a Rafael Rodríguez Castañeda, actualizó el tema de las contribuciones posiblemente externas para los Amigos de Fox, solicitando información documental.

Habrá, por supuesto, algún mal pensado que crea que estamos en presencia de una de esas clásicas medidas fascistas en contra de la libertad de prensa. Claro está que las de tiempos no tan remotos no se acompañaban de compra, por lo menos no siempre, sino de actos de mayor violencia como el secuestro de los ejemplares. Y me parece recordar, en la penumbra de la historia nuestra, que aquella revista que publicaba Manuel Marcué Pardiñas, cuyo nombre se me escapa, (¿Política?) más de una vez desapareció del mercado por razones semejantes. Aunque no recuerdo si como ahora, medió el pago. Presumo que no.

El tema puede asumir una gravedad mayor. Pero, al mismo tiempo, da la impresión de que quienes se sintieron afectados reaccionaron con berrinche en lugar de hacerlo con inteligencia. Porque un hecho como el que ahora nos ocupa, lo que hace notable es que los supuestos afectados envían sin reservas la confesión de su culpabilidad de una manera elemental.

Proceso ha sido siempre así. De ahí su éxito que respaldan firmas indiscutibles y una dirección, de antes y de ahora, insuperable. Y como nació, precisamente, como reacción ante una intolerable intervención política en contra de la dirección que Julio Scherer ejercía con mano maestra en Excélsior, a nadie puede extrañar que con la misma solidez de información ahora dé a conocer el resultado de sus investigaciones con una eficacia reporteril digna de elogios permanentes.

La Jornada vive desde siempre en la misma línea de denuncia fundada que la ha convertido en el documento de lectura diaria indispensable en todo el país. Por lo mismo, me parece que con la solidez indispensable debemos hacer presente nuestra plena solidaridad con Proceso para que, quienes están actuando de manera tan absurda, pero con sugerencias de violencias futuras, sepan que el gremio periodístico es uno solo cuando se trata de defender el principio constitucional de la libertad de prensa. Y que no importa el tamaño de los contrarios.

Entre tanto, acepto ofertas, si son generosas, por mi casi único ejemplar del Proceso incautado. Claro está que ya me estoy echando una copiecita. Por si no resisto la tentación. 

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