Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 3 de junio de 2002
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Mundo

Los ahorristas deberán asumir las pérdidas para poder salir del corralito

La crisis, centro de desvelo de los argentinos

Había otras posibilidades, antes de devaluar "sin red", estima un analista económico

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 2 de junio. A pesar de los encantos del mundial de futbol, que anoche trajo un respiro de alegría a los agobiados argentinos con el triunfo de la selección nacional, la crisis sigue siendo el centro del desvelo de todos, cuando los ahorristas con sus depósitos atrapados desde hace seis meses deben asumir las pérdidas que traerá la propuesta del gobierno para acabar con el llamado corralito.

Mientras, después que el gobierno de Eduardo Duhalde cumplió con el humillante requisito del Fondo Monetario Internacional (FMI) de derogar la Ley de Subversión Económica, para salvar a los banqueros locales y extranjeros y a otros personajes del mundo financiero acusados de graves delitos, nadie espera demasiado aquí. Antes el gobierno había logrado cumplir otro de los requisitos, modificar una Ley de Quiebras para dejar en ventaja a los acreedores de las castigadas empresas locales.

Ahora, apresuradamente y bajo presión, las provincias están firmando los acuerdos para disminuir el déficit, uno más de los requisitos del organismo financiero, en una medida que para muchos es un suicidio político y una tragedia más para la sociedad.

Y es que buena parte de los analistas locales no cree que el FMI esté dispuesto a destrabar los fondos congelados que el gobierno de Duhalde espera como un sediento el agua.

Estos requisitos del Fondo "servirán sólo para comenzar las negociaciones", pero "el acuerdo traerá aparejadas nuevas condiciones", advirtió hoy el diario La Nación.

Ahora se presenta también una nueva disyuntiva, el llamado a elecciones adelantadas a fin de año. El gobierno ha sufrido un desgaste intenso con las últimas acciones para destrabar el acuerdo con el FMI.

Nuevo plan de canje de ahorros

Por lo pronto, esta semana estará marcada por el enojo de los ahorristas. Ahora se necesita una señal del FMI para llevar adelante el nuevo proyecto de plan de canje de ahorros atrapados por bonos, que para algunos es una solución dolorosa pero también la única posible, y para otros, un nuevo víacrucis para los ahorristas. Estos no fueron consultados para trazar el plan, un verdadero ejercicio de ingeniería económica del equipo del ministro de Economía, Roberto Lavagna.

El corralito se instauró el 3 de diciembre para frenar la fuga de depósitos, y se dijo que sólo sería por 90 días. Pero esto dejó a la gente sin un peso en las calles, aumentó el mal humor social y terminó en un levantamiento que llevó a la renuncia del presidente Fernando de la Rúa.

Ahora, aunque el gobierno propone una aceptación voluntaria de bonos -en esto supera el impopular plan del anterior ministro de Economía Jorge Remes Lenicov- para salir del corralito bancario, lo cierto es que los ahorristas perderán buena parte de sus depósitos, mientras los grandes bancos nuevamente se desentienden del problema, que quedará atado al Estado argentino, el cual atraviesa la mayor crisis de su historia.

Los ahorristas deberán decidir si quieren que sus depósitos en dólares, ya pesificados, continúen ajustándose por la inflación o si aceptarán papeles bonos llamados "cedros", que supuestamente servi-rían para diversos usos, desde comprar acciones o pagar impuestos atrasados. También se podrían utilizar para reventa en el mercado o comprar automóviles nuevos -pero se habla de que en este caso deberán pagar 25 por ciento más de su valor-, y para la construcción de viviendas nuevas, lo que ya produjo una fuerte reacción de las inmobiliarias.

Como resume el analista Julio Nudler, del diario Página 12: "pasando en limpio la elección para el depositante es: 1) riesgo Estado recibiendo bonos dolarizados a largo plazo, pero con mercado de reventa y diversas aplicaciones posibles. 2) riesgo banco quedándose en pesos indexados con un cronograma más corto de recuperación y también opciones de salida. De todas formas estos dos caminos pueden unirse más adelante si el banco en cuestión se funde. En ese caso el depositante recibirá bonos porque el Banco Central no va a monetizar ese clavo.

"Estos bonos ya no serán voluntarios, sino obviamente compulsivos. Pero además serán emitidos en pesos o en dólar, pero no a 1.40 la unidad, sino al tipo de cambio claramente muy superior que rija en el momento. La pregunta es si los bancos en general van a mantenerse en pie el día en que al drenaje del corralito de 'cuentas a la vista' se le sumen los primeros vencimientos del corralón, los plazos fijos reprogramados previstos para 2002. Sin olvidar que estos se habrán engrosado considerablemente por la indexación. Si el Banco Central facilita el dinero a los bancos por medio del redescuento, esto podría resultar semejante a casi toda la circulación monetaria que hoy existe. Esa es la amenaza de dólar por las nubes e hiperinflación que agitan los partidarios del bono compulsivo que descartó Lavagna."

Una alternativa es que el Banco Central niegue los redescuentos y haya gran mortandad de bancos, "Ƒpero cuántos podrán zozobrar sin llevarse consigo al Fondo, al directorio del Banco Central y quizás al gobierno mismo?", se pregunta Nudler.

El economista Claudio Lozano, del Instituto de Estudios y Formación de la Central de Trabajores Argentinos (CTA), estima que había otras posibilidades de salir del corralito, como también de haber realizado todo un proyecto distinto, antes de devaluar "sin red", como se hizo en enero pasado, lo que ha llevado al peso a perder más de 70 por ciento de su valor. Además, considera que este plan sigue sin solucionar lo fundamental, el poner en marcha la paralizada actividad económica.

Lo cierto es que si bien algunos banqueros locales estiman que es "lo mejor dentro de lo posible", el descontento estará nuevamente en las calles, con la protesta de los defraudados por un sistema financiero que no ha dado ninguna respuesta, mientras los grandes bancos extranjeros se lavaron las manos, demostrando al mundo que no hay ninguna garantía con ellos y que, por el contrario, gozan de impunidad e incluso se derogan leyes que no les convienen.

Por lo pronto, en una región con una intensa rebelión social -Paraguay, Bolivia y Uruguay- la destrucción y desintegración argentina por parte del sistema financiero internacional se exhibe como una amenaza, en momentos en que surgen liderazgos que Washington no quiere ver asomar.

Esos sectores financieros amenazan ahora que la "caída de Brasil puede ser más estrepitosa" que la de Argentina, utilizando el "terrorismo económico" para tratar de parar el huracán de Luiz Inacio Lula da Silva, el ex obrero y candidato presidencial de la izquierda que encabeza la lista de los favoritos en los sondeos del vecino país.

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