Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 3 de junio de 2002
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Política

ASTILLERO

Julio Hernández López

JAMES D. RICKARDS FUE un día de agosto del año pasado a una agencia de automóviles en Portland, Oregon, a comprar un vehículo. Días después regresó para adquirir otro, pues no recordaba tener ninguno. Y así volvió en cinco ocasiones más, hasta convertirse en el comprador estrella, con siete unidades en un mes, según lo publicado en The Oregonian. Gastó casi un cuarto de millón de dólares en hacerse de esos vehículos en la Hillsboro Chrysler Plymouth Jeep Warehouse. Sin embargo, el fiscal general, Ardi Myers, decidió anular las operaciones y multó con 120 mil dólares a la empresa vendedora. Es que... el señor Rickards tenía el mal de Alzheimer.

AFORTUNADAMENTE, EL FISCAL GENERAL de aquella localidad estadunidense no tenía ese mal ni era secretario de la contraloría de algún gobierno, pues, de otra manera, en lugar de andar castigando injusticias se la pasaría sumando compras o realizando despropósitos numéricos sin darse cuenta. Por desgracia, según una voz muy autorizada del gobierno mexicano, ni más ni menos que la del secretario de Hacienda, en México podría estarse dando el extraordinario caso de que sufriera de esa forma de demencia quien funge como comisionado oficial para vigilar la rectitud de los procedimientos y las operaciones gubernamentales presentes y pasadas.

DE NO SUFRIR ESA enfermedad progresiva, degenerativa del cerebro, que ocasiona deterioro de memoria, pensamiento y conducta, el secretario Francisco Barrio Terrazas sería simplemente un mentiroso. Tales son las dos opciones ofrecidas por Francisco Gil para negar que el pensamiento político del presidente Fox funcione con criterios de tianguista, como había hecho ver el contralor Barrio, al revelar que su jefe había clasificado en diciembre del año pasado al proceso llamado Pemexgate como "lingotes de oro" que no iba a cambalachear o catafixiar por "cacahuates" disfrazados de reforma fiscal.

MENTIRA O DEMENCIA. ENGAÑO U olvido. Falsedad consciente y voluntaria o atrofias cerebrales y degeneraciones neuronales. Diagnóstico en familia: el priísta-salinista-zedillista Gil, arremetiendo contra el panista Barrio para salvar el honor de un presidente que ha sido denunciado por su propia gente como hábil abarrotero que no canjea unos pinchurrientos espejitos fiscales por el oro molido del escándalo mediático Pemex-PRI. Mentira o demencia, pero no sólo en el caso del contralor que, como se ha dicho aquí una y otra vez, demerita cotidianamente la alta investidura de su función mediante sus maniobras politiqueras chihuahuenses y su vocación declarativa desbordada. Cacique chihuahuense y prematuro precandidato presidencial, Barrio utiliza la maquinaria del gobierno federal para favorecer sus proyectos políticos en la entidad que gobernó y pretende recuperar, y además se desfonda en relatos y atrevimientos como los hechos la semana pasada en una reunión relacionada con el turismo. Mentira o demencia, pues, como signo del régimen, como distintivo general: ha mentido el Presidente en el caso Cuba, y también lo ha hecho reiteradamente su canciller-tutor, y se miente diariamente al decir una cosa mientras se hace otra. Un gabinete de todos contra todos porque no hay salud ni memoria políticas. El sexenio Alzheimer, o el sexenio de la mentira, si se quiere extrapolar la tesis Gil.

MIENTRAS, EL PRESIDENTE FOX ha dicho en Colima que "la ley no es y no será nunca moneda de cambio" (paradójica e irónicamente se celebró una reunión sobre honestidad y transparencia en el ejercicio del gobierno precisamente donde el poder estatal se funda en el control de la universidad pública y en el uso de los recursos de esas instituciones para la sujeción política, la represión a disidentes y la cobertura complicitaria de unos a otros en negocios compartidos). Ah, además, por cierto, para que nadie ande diciendo quién sabe qué, el Presidente también se vio motivado a decir en ese emblemático lugar, con mucha enjundia, que su gobierno trabaja "con las manos limpias y no tiene nada qué esconder". ƑAlguien había sugerido lo contrario?, pregunta esta columna cacahuatera.

ASTILLAS: EL VIERNES ANTERIOR APARECIO la siguiente mención en el Pulso Político que Francisco Cárdenas Cruz publica en El Universal: "Nuestra solidaridad a Julio Hernández López y a su Astillero de La Jornada, ante la embestida de voceros oficiales y oficiosos de Jorge Castañeda Gutman, secretario de Relaciones Exteriores, luego de que éste fue nuevamente sorprendido in fraganti en andanzas privadas pero con apoyos públicos, según versiones publicadas por dos diarios quintanarroenses y uno del DF, a los que, como es su costumbre, el controvertido 'canciller' menospreció". La presente columna, y su redactor, el Niño Astillero, agradecen cumplidamente a Cárdenas Cruz su solidaridad y el señalamiento público de esas "embestidas" que aquí se ha decidido no comentar, a sabiendas de que esos "voceros oficiales y oficiosos" se exhiben con su misma pluma (lo que no suena lógico suena metálico) y que no será aquí donde se abran líneas de fuego entre periodistas para beneplácito (y coartada) del poder... María Urquidi pregunta, a propósito de desconsoladas cartas de voceros de Tlatelolco: "ƑQuién fue el que dijo aquello de que qui s' excuse s' acusse? ƑO ya pasó de moda la diplomacia francesa?"... Amable, Joel Sánchez hace ver el mal uso que en esta sección y en muchas otras se da al sentido de la "devaluación" de la moneda mexicana: "El peso no se puede 'devaluar', debido a que el sistema vigente es el del tipo de cambio flexible, y ni siquiera con banda de flotación, aun cuando ésta fuera un poco sucia (con la intervención del Banco de México) se podría hablar de devaluación, sino de depreciaciones o apreciaciones"... Alejandro Alvarez, estudiante de ingeniería civil, encuentra injusto el señalamiento hecho aquí de que el asunto del segundo piso vial anda de capa caída por, entre otras cosas, apresuramientos y proyectos al vapor. Los estudios de David Serur llevan años de trabajo detrás y años de promoción ante las autoridades. "Ciertamente, la licitación y las condiciones de los contratos de ejecución pueden tener sus deficiencias, pero pienso que esto es peccata minuta. Se podrían discutir y ajustar, pero si se analiza detenidamente el punto se verá que el proyecto es bueno", dice el lector...

Fax: 55 45 04 73 [email protected]

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