Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 28 de mayo de 2002
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Cultura

El narrador mexicano habló en Madrid de En esto creo, su libro más reciente

Fuentes registra sus obsesiones de la A a la Z

Es un trabajo ''multigenérico'' en el que caben la confesión, la poética y la retórica

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 27 de mayo. En esto creo (Seix Barral), el más reciente libro del escritor mexicano Carlos Fuentes, es una declaración de principios, de intereses literarios y estéticos, de obsesiones místicas y terrenales. De la ''a" a la ''z", en riguroso orden alfabético, Fuentes acuñó en su ''multigenérico" libro una reflexión a varias bandas sobre el acontecer del mundo y del individuo, en el que están presentes desde las incursiones en tierras castellanas del insigne Quijote hasta las reflexiones agnósticas del máximo exponente de la poesía mística: San Juan de la Cruz. Pero también caben la amistad, el amor, Faulkner, México, la globalización y la muerte.

En este libro Fuentes aborda con maestría los géneros más diversos: la confesión, la autobiografía, la retórica -entendida como diálogo abierto con los otros-; la poética -en su acepción de diálogo soterrado entre el autor y su yo-; la ciencia ficción, la imaginación, la novela o los diálogos que exaltan las conversaciones del filósofo griego Platón con Dios.

En esto creo, reconoce Fuentes, ''es resultado del encargo de una editorial francesa en el que he querido tratar de una forma más amplia muchos de los intereses de mi vida y pensé que la mejor manera era concentrarme en cada tema por medio del orden alfabético. Este es un libro de múltiples géneros; uno de ellos podría ser la confesión, pues creo que la primera tentación escrita fue la de San Agustín, quien llamó a la confesión como una cámara de ecos: Me dirijo a ti, mi, Dios y también a mis semejantes, aunque sean muy pocos los que me leen. El libro también tiene mucho de retórica y de poética, debate con los demás y conmigo mismo. Aunque creo que del género que menos participa es el que da título a la serie: el del credo, la fe".

El narrador escogió entre tantos vocablos del castellano, de la A a la Z, 41 voces que a su vez dan voz a su alma más arrebatada:

''Era casi fatal que yo escogiera esas voces, porque tienen que ver mucho con mi vida, mi obra, mis intereses literarios y estéticos; las voces vinieron de una manera fatal: cuando digo H pienso en hijos, digo F y pienso en Faulkner, digo G y pienso en globalización.''

Estéticas y escritores predilectos

El autor de Aura y Los años con Laura Díaz asumió la vereda de la narrativa universal desde su páramo particular, en el que conviven sus ''estéticas" y escritores predilectos: Faulkner, ''un disidente del optimismo fundador del sueño americano para decirles a sus compatriotas: también nosotros podemos fracasar". O Kafka, a quien define como ''el escritor indispensable del terrible siglo XX, pues sin él no entenderíamos nuestro tiempo"; o Shakespeare, quien ''cogió el rabo a las palabras, las hizo chillar y demostró que la gama de la expresión literaria no puede ser limitada a cánones estreñidos o famélicos''.

Por último, Fuentes, quien se definió como un agnóstico que discurre con sencillez por el amplio magma ideológico del pensamiento, afirmó que ''asume el problema de Dios a partir de un diálogo de incertidumbres, aperturas y aventuras teologales, porque creo en lo que dice Jorge Luis Borges, que la teología es simplemente una rama de la literatura fantástica.

''El hecho es que Dios es un gran enigma y lo que me interesa no es saber la existencia o inexistencia de Dios, sino más bien creo en la preocupación filosófica y literaria acerca de Dios que se encuentra en tantas obras de la literatura y de la cultura. Es como si Dios fuese una especie de compañero invisible de la historia, al que nunca conocemos, y esto es la base de la más grande poesía mística que se ha escrito, que para mí es la de San Juan de la Cruz, quien parte de la incertidumbre de que nunca será posible alcanzar a Dios pero que la búsqueda de Dios, la escala al Monte Carmelo, es lo que vale la pena.''

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