El escritor español recibe el Premio
Internacional de Literatura Octavio Paz
Invoca Juan Goytisolo la resistencia individual contra
la globalización
La defensa de la plaza Marrakech, actividad pequeña
pero concreta y eficaz, afirma
''México tiene con el Día de Muertos una
candidatura de maravilla ante la UNESCO''
JAVIER ARANDA LUNA ESPECIAL
Juan Goytisolo es un escritor excéntrico en el
mejor sentido. Lo han considerado el más latinoamericano de los
escritores españoles, también el más europeo (por
su marcada curiosidad por culturas y tradiciones diferentes a la suya)
y, por supuesto, el más moro. No sólo es excéntrico
por ello. Es un hombre de acción y reflexión. Va del estudio
sobre la ambigüedad del lenguaje de San Juan de la Cruz a su trabajo
como ''reportero sin fronteras" en Sarajevo o Palestina. Lo mismo rastrea
la presencia de las palabras y la sintaxis del árabe en nuestro
idioma que los peligros acechantes sobre la plaza de Marrakech, cuya protección
por la UNESCO logró hace un año.
Por la continuidad de tradiciones
-Para el novelista la defensa de la diversidad es el mejor
antídoto contra los efectos nocivos de la globalización:
-Hay
cantidad de tradiciones, de actividades artísticas y culturales
únicas en el mundo que pueden y deben conservarse. La idea no es
legislar o fijar algo que por su naturaleza es móvil: la sociedad
cambia y con ella sus espectáculos populares. Se trata de garantizar
la continuidad de la tradición.
''México tiene una ceremonia bellísima en
el lago de Pátzcuaro: la del Día de Muertos. Hablaré
con personas de aquí para que presenten su candidatura a la UNESCO,
porque es una manifestación cultural única en el mundo. Hace
algunos años México presentó ante la UNESCO la candidatura
de la marimba. Siempre hay cosas más interesantes que la marimba
en México, ¿no le parece?
''En el mundo hay espacios culturales con manifestaciones
artísticas únicas que debemos preservar. También hay
lenguas y culturas amenazadas con desaparecer. Creo que si México
presenta a la UNESCO el Día de Muertos tiene una candidatura de
maravilla.''
-¿Preservar la diversidad cultural es una forma
de defensa contra la globalización?
-Bueno, vivimos un mundo global, pero podemos resistir
sus embates negativos de manera individual. La defensa de lo particular
es la única manera de hacerlo. La defensa de la plaza de Marrakech,
por ejemplo, fue una actividad pequeña, si se quiere, pero concreta
y eficaz.
-La defensa de la diversidad es, a fin de cuentas, un
ejercicio de tolerancia, de respeto al otro.
-Yo diría de intertolerancia, porque cuando se
habla de tolerancia se tiene el significado de que una parte acepta a la
otra aunque no lo haga de buena manera. Prefiero hablar de intertolerancia:
los diferentes se aceptan de manera recíproca. Cuando sólo
unos toleran a los otros va mal la cosa.
-Su lucha por la intertolerancia no se ha limitado a la
defensa de esos espacios culturales. Conflictos como los de Chechenia,
Sarajevo, lo llevaron allá.
-Es cierto. He procurado alternar mi trabajo literario
con ese otro trabajo complementario que consiste en dar testimonio de asuntos
que me importan mucho. En un principio lo que me motivó a hacerlo
fue la guerra del Golfo. Yo había estado en Irán con un equipo
de la televisión española justo antes de la contienda. Luego
estuve en Marruecos durante esos terribles 40 días. Allí
advertí el desfase total entre la videoguerra que ocultaba lo que
había detrás: petróleo y sangre. Y esas dos palabras
clave, petróleo y sangre, no aparecieron en esa videoguerra.
''Respecto de Serbia, amigos serbios antinacionalistas
me pasaban traducciones de los discursos del ultranacionalismo serbio de
Milosevic. Al leerlos supe que eran idénticos al del nacionalcatolicismo
español. Incluso la mitología nacional serbia era la mitología
nacional del catolicismo español: para unos los invasores eran los
turcos, para otros, los árabes; había la Serbia celeste y
la España sagrada.
Entre judíos y árabes
-Después estuvo en Palestina.
-Fui como miembro del Parlamento Internacional de Escritores.
Estuvimos en Ramallah, Gaza y Jerusalén. Mi vida la he pasado con
judíos y árabes por lo que esa guerra, para mí, es
un poco una guerra interior. Europa tiene la responsabilidad de garantizar
al Estado de Israel pero, también, un Estado Palestino viable, no
como lo que crean ahora.
-Comparte con Octavio Paz esa doble vertiente del escritor
que ama la literatura y no deja de manifestar sus opiniones sobre los conflictos
sociales.
-Admiré mucho a Octavio por su interés por
lo social y las culturas distintas a la suya. Enriqueció muchísimo
a nuestra tradición literaria. Por ejemplo, gracias a su interés
por el tantrismo hindú Vislumbres de la India y otros de
sus libros son obras únicas.
-Su primer texto publicado en la revista Plural,
que dirigió Octavio Paz, es de julio de 1972. ¿Cuándo
lo conoció?
-Cuando dimitió a su puesto de embajador en la
India empecé a tratarlo, pero eso lo contaré esta noche en
el discurso por la racepción del premio.
Goytisolo recibe hoy el Premio Internacional de Literatura
Octavio Paz y si el Ministerio de Cultura español no lo felicitó
por el Premio Octavio Paz, eso no le quita el sueño. Sabe que un
grupo de lectores desde hace tiempo lo sigue con devoción.