Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 19 de mayo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  

Economía
 José Antonio Rojas Nieto

¡Ay... Rusia... Rusia!

Sobre aviso no hay engaño. Parece que comienza la guerra. ¿Cuál guerra? Pues la de la ampliación de la producción petrolera para ganar los incrementos que -se estima- ya experimenta hoy y lo hará en los siguientes meses hasta el pleno invierno, la demanda mundial de crudo. No es ocioso repetirlo. Se trata de un aumento paulatino del consumo mundial de petróleo que, muy probablemente, alcanzará un incremento diario de 6 millones de barriles en los días de mayor frío invernal. ¿Quiénes están cubriendo o proporcionando ese incremento en el crudo consumido en el mundo durante el mes de mayo?¿Quiénes lo harán en junio?¿Quiénes de julio a noviembre? ¿Quiénes, finalmente, lo harán en diciembre y en enero, cuando el mundo rompa su récord y alcance ?si resultan ciertas las estimaciones, incluidas las de quien esto escribe- un consumo diario de 80 millones de barriles- Es mucho -realmente es muchísimo- el crudo que día a día debe extraerse y movilizarse en los oleoductos del mundo pero, sobre todo, en la flota marítima más importante que hoy existe. Probablemente en diciembre de este año, se moverán no menos de 47 millones de barriles al día.

El mayor volumen del Pérsico y de Africa hacia la zona Asia-Pacífico, hacia Europa y hacia Estados Unidos. Pero también de América Latina y del mar del Norte se enviará crudo hacia esas grandes zonas de consumo. Y -aquí la novedad- casi 5 millones diarios provendrán de la Rusia petrolera de hoy.

El movimiento mundial del combustible involucra no menos de 6 millones de toneladas diarias que representan un movimiento anual cercano a 2 mil millones de toneladas. Importante negocio desplazar crudo que no sólo producirlo. Y, sin embargo, como han afirmado algunas organizaciones ambientalistas, se trata de un negocio sucio, porque medianos y grandes barcos que llegan a alcanzar cargas de hasta poco más de 2 millones de barriles, contaminan los mares y, en caso de accidentes graves -como lo mostró el lamentable caso del buquetanque Valdez de Exxon, el 24 de marzo de 1989-, dañan irreversiblemente.

Bueno, pero lo que hay que comentar hoy es que esta semana Rusia manifestó su intención de ganar una importante cuota de la ampliación del consumo mundial que ya comenzó. Para lo cual -lo asegura su primer ministro Mikhail Jasyanov- abandonará el pacto con la OPEP de control de producción y de exportaciones. En buen romance, esto significa la apertura de una guerra de producción, un conflicto de cuotas y, probablemente, una guerra de precios. Está en juego una nueva distribución de la oferta en un semestre harto complejo.

La respuesta del mercado no se hizo esperar. Entre miércoles y jueves el precio internacional del crudo se desplomó poco más de un dólar: de 29.20 dólares por barril registrados el martes pasado, el crudo ligero que se cotiza en Wall Street bajó a 27.95, el jueves. Sin embargo, y por curioso que parezca, ese desplome se frenó el viernes y los precios se recuperaron un poco, cuando también se divulgaron las afirmaciones del ministro ruso de Energía, Igor Yusufov, en el sentido de que Rusia continuaría sus acciones de coordinación con la OPEP, no obstante que, también en estos días, el director de una de las más importantes compañías petroleras rusas (Simon Kukes de la Tyumen Oil Co., la quinta después de Lukoil, Yukos, Surgtneftegaz y Tatneft) aseguró la ruta de ampliar la producción a un ritmo anual de entre 5 y 8 por ciento los próximos cinco años, lo que implicaría que en 2007 podrían producir entre 9 y 10 millones de barriles diarios, para convertirse en el primer productor y exportador mundial, siempre y cuando Arabia Saudita no hiciera algo similar.

Pero independientemente de esto, ya aseguran que incrementarán paulatinamente su producción para recuperar los 150 mil barriles diarios que dejaron de producir el primero de enero de este año.

Nada sería más recomendable que México trabajara para que Rusia continuara con su acuerdo con la OPEP y se coordinara con sus miembros, con Noruega y con el mismo México, para acceder a una nueva estructura de la oferta sin guerra de producción y, consecuentemente, sin guerra de precios. ¡Qué duda cabe de que las secretarías de Energía y de Relaciones Exteriores tienen mucho trabajo!

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año