Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 18 de mayo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  

Economía

Carlos Marichal

Maquiladoras mexicanas en China

A raíz de las crisis económica del año pasado, salieron del país unas 350 empresas maquiladoras. Como consecuencia se perdieron 230 mil empleos, de los cuales se espera recuperar apenas 80 mil, si las cosas van muy bien en este año. Esta migración masiva y súbita de maquiladores revela la extraordinaria volatilidad del sector ante cualquier cambio en el entorno económico, pero además sugiere que no debe depositarse mucha confianza en las posibilidades de generar una expansión del empleo en este ramo de la manufactura en el futuro.

Un primer hecho sorprendente del fenómeno que comentamos es que de las 350 empresas que emigraron, 60 por ciento son propiedad de empresarios mexicanos. Así lo confirmó Rolando González Barrón, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación (CNIME) en reciente reportaje publicado en el periódico El Financiero. El segundo hecho notable es que la impresionante cantidad de 315 de las mencionadas compañías golondrinas se han radicado en China y, de acuerdo con el dirigente empresarial, no regresarán a México, porque además de obtener una serie de beneficios fiscales, la mano de obra es más barata en China.

Actualmente, de acuerdo con las estimaciones globales, el ingreso per cápita en México es de unos 4 mil dólares por año, mientras que en China es de aproximadamente mil dólares anuales. Esto sugiere que en el futuro las empresas maquiladoras van a sentirse fuertemente atraídas, no sólo por China, sino por los salarios aún más bajos en otros países asiáticos, cuyos gobiernos están haciendo esfuerzos cada vez más enérgicos para atraer este tipo de firmas a sus territorios. Recordemos, por ejemplo, que India tiene ya casi mil millones de habitantes con un ingreso per cápita que apenas alcanza los 500 dólares por año; Indonesia tiene 210 millones de habitantes con ingresos individuales de 700 dólares anuales, y Bangladesh tiene 115 millones de población con apenas 400 dólares de ingresos por persona.

En suma, la industria maquiladora en México no enfrenta un futuro alentador, especialmente en los sectores de la confección, calzado, textil, juguete y plástico. Estas crecieron y alcanzaron su época de oro en los años 90, gracias a las expectativas que despertó el TLC, pero en el futuro se toparán con una competición internacional cada día más fuerte. Además, el fenómeno mencionado ratifica el viejo dicho de que el capital no tiene nacionalidad: es más, el hecho que tantas empresas se trasladen a Asia indica la capacidad de los empresarios mexicanos para globalizar su capital con sorprendente rapidez, a expensas de la mano de obra local.

Fincar toda la estrategia de desarrollo económico de México en el modelo exportador, por consiguiente, va a provocar nuevas sorpresas y crecientes obstáculos en el futuro. Sin duda, ciertas grandes y medianas empresas mexicanas están logrando un fuerte éxito en sus exportaciones, como lo ilustran los casos de los electrodomésticos, electrónica, automotriz, autopartes, aceros especiales, cemento y cerveza. Pero estas firmas tienden a ser cada vez menos intensivas en uso de mano de obra y cada día más tecnificadas. Precisamente por ello, y por el previsible estancamiento del sector maquilador, la economía exportadora no va a generar mucho más empleo en México.

Estas circunstancias de creciente competencia internacional sugieren que a la par que se siga alentando las exportaciones, es fundamental que el gobierno adopte políticas de apoyo a las empresas (de todo tamaño) que se orientan al mercado interno. Sin embargo, esta estrategia no podrá prosperar si los bancos siguen restringiendo el crédito al sector productivo. Actualmente la banca en México se limita a vivir de sus rentas en bonos de gobierno (básicamente Cetes), y no proporciona los fondos requeridos por las nuevas generaciones de empresarios y productores pequeños y medianos.

En suma, la emigración de las maquiladores mexicanas al otro lado del Pacífico sugiere cuan rápidamente está avanzando la globalización. Pero también indica que la estrategia de crecimiento adoptada desde 1982 con base en mantener bajos salarios para los obreros mexicanos, ya no tiene fundamento. La expansión de la economía mexicana requiere un desarrollo que sea simultáneamente hacia fuera y hacia adentro. Y este futuro depende de la profesionalización y la mejora de los salarios de los trabajadores, de una expansión del crédito bancario y de todo tipo de incentivos para los sectores productivos que han sido marginados durante los pasados dos decenios.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año