Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 12 de mayo de 2002
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Política

Néstor de Buen

Diez de mayo

Hay fechas que no se olvidan. El 10 de mayo, de manera particular. Porque en ese día, en el lejano 1940, se inició realmente la Segunda Guerra Mundial, declarada formalmente el primero de septiembre de 1939 a raíz de la invasión alemana sobre Polonia.

El 10 de mayo los alemanes avanzaron sobre Holanda, Bélgica y Luxemburgo, simple y sencillamente para darle la vuelta a la Línea Maginot, aquella fortaleza supuestamente inexpugnable que había construido Francia en su frontera con Alemania. Es obvio que no encontraron mayores resistencias. Acorralaron a las fuerzas expedicionarias británicas en Dunquerque, y en seguida, el absoluto error de Hitler: en lugar de seguir de frente contra Inglaterra, volvieron sobre sus pasos para conquistar París.

Los De Buen vivíamos nuestro exilio francés, precisamente en París, Rue Blomet 68 (o 78), cerca de Vaugirard, en lo que sería la antesala del Barrio Latino y la zona de los liceos. Nuestra residencia, por llamarla de alguna manera, era una especie de hotel muy modesto.

Es evidente que el avance alemán sobre París hizo que nuestro padre, que con absoluta previsión había conseguido visados para República Dominicana, decidiera nuestra salida dos días antes de la entrada de los alemanes. Lo hicimos por la Gare d'Austerlitz, alrededor del 20 de junio, en medio de un mundo de gente angustiada. Apenas pudimos abordar el tren que nos llevaría a Burdeos. Fue el viaje de la derrota de Francia. Las carreteras atestadas, aviones militares derribados o bombardeados en tierra y una sensación de absoluto desastre.

Con nuestras menos que escasas pertenencias: las famosas maletas de los refugiados, heroínas de múltiples viajes como con gracia lo explica Paco Ignacio Taibo I en un juguete teatral que denominó, precisamente, Las maletas, llegamos a Burdeos. Dormimos dos días en un pajar, asistidos por boy scouts, y pudimos embarcarnos en el Cuba de la Compañía Trasatlántica Francesa con destino a República Dominicana.

El dictador Leónidas Trujillo no admitió a los 500 y pico de españoles que viajábamos en el Cuba. Acabamos el viaje en Martinica y allí, gracias al general Cárdenas, iniciamos un segundo viaje hacia Coatzacoalcos, adonde llegamos el 26 de julio. Hacía, lo confieso, un poquito de calor, pero sobre todo el calor humano de aquel pueblo que nos recibió con solidaridad absoluta. Por eso, entre otras razones, amo a Veracruz.

En estos comerciales tiempos el 10 de mayo representa otras cosas. Un director de Excélsior, cuyo nombre no recuerdo, importó la fecha de Estados Unidos para celebrar el acontecimiento más cursi del año: el homenaje a las "cabecitas blancas".

Se trató del amor por decreto. Hay quienes lo toman en serio, yo diría que las inmensas mayorías, que dedican el 10 de mayo a cumplir, una vez al año, la fiesta de la mamacita. Para lo que el comercio organizado se ha organizado muy bien, desde un par de meses antes.

Lo malo es que esos ejemplos cunden. El comercio, que no anda demasiado bien gracias a la política antisalarial de nuestro capitalista sistema político y económico, se ha inventado a lo largo de los años los días complementarios: Día del Niño, Día del Padre, Día del Maestro, y hasta anda por ahí un Día del Abogado. šHorror!

Lo que pasa es que, quizá más como reflejo de aquel 10 de mayo europeo de 1940, lo que hay ahora es una especie de guerra a fondo entre las fuerzas políticas dominantes. El tema del supuesto desvío de fondos de Pemex hacia el sindicato con triangulación a la campaña de Francisco Labastida. Un enfrentamiento de la Contraloría y de la PGR en contra del PRI se tropieza ahora con el tema de los fondos extranjeros para la campaña de Vicente Fox. Los bombardeos, sin los entonces de moda Stukas alemanes, que bajaban en picada sobre las poblaciones civiles, están a la orden del día. Y, naturalmente, ya se inició la contraofensiva con el tema del financiamiento extranjero a la campaña de Fox.

El PAN, acusado principal y sobre el que el Presidente desvía la atención con un "a mí, mis timbres; es problema de partidos, no de los candidatos"; señala, y parecería que no le falta razón, que la bronca estaría por el rumbo de los Amigos de Fox, que no siendo partido político declarado, piensa que se puede liberar (Ƒquién?) de las sanciones previstas en el artículo 66-f del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, que prevé como motivo de pérdida del registro de un partido político el incumplimiento grave y sistemático de las prohibiciones que señala el propio código (entre otras, artículo 49-1-c y f): aceptar fondos del extranjero.

En los hechos, todos contra todos. Y en esta mutua ofensiva de mayo, lo único visible es un montoncito de mierda. O, tal vez, dos montoncitos.

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