Ofrecen Fox y López Obrador aplicar conjuntamente
políticas públicas para el DF
Fin a discrepancias y confrontaciones
Cortesías mutuas de los gobernantes en la
primera gira de trabajo juntos
BERTHA TERESA RAMIREZ Y JUAN MANUEL VENEGAS
El presidente Vicente Fox y el jefe de Gobierno del Distrito
Federal, Andrés Manuel López Obrador, coincidieron en que
es momento de poner fin a las "confrontaciones" y "discrepancias" y, en
cambio, ofrecieron trabajar de manera coordinada en la aplicación
de las políticas públicas para la capital del país.
Este es "el principal resultado" de la gira que ambos gobernantes realizaron
por diversos puntos de la ciudad, subrayó el Ejecutivo federal.
"Una cosa es que tengamos diferencias y otra muy distinta
que no podamos coincidir y ponernos de acuerdo, cuando esté de por
medio el interés general", convino, por su parte, López Obrador.
Este fue el colofón a la primera gira que a 16
meses de haber iniciado su gobierno Fox Quesada realizó por la capital
del país. Gira que se caracterizó por el ánimo de
cortesía que ambos gobernantes se dispensaron, sin que nada -ni
los tirones que afuera de las vallas protagonizaban sus respectivos equipos
de trabajo- alterara el ambiente de "entendimiento republicano" que los
dos se encargaron de cuidar. Y los reporteros gráficos entendieron
el mensaje: una y otra vez, en los cinco actos que encabezaron, les pedían
a gritos un "apretón de manos".
Rodolfo Elizondo, el vocero presidencial, comentó
sonriente sobre el encuentro: "entre ellos dos, sin intermediarios, hay
buen entendimiento. De eso no hay duda".
Sin que en los mensajes de Fox y López Obrador
faltaran las frases para remarcar las diferencias que uno y otro tienen
política e ideológicamente, y en las formas de gobernar,
al final concluyeron en la reiterada insistencia: esas diferencias no les
impedirán "ponerse de acuerdo". Y si Fox festejó y reconoció
el discurso de López Obrador, éste no se quedó atrás
como buen anfitrión: "¡muy bien!", aplaudió de buena
gana el mensaje del mandatario.
Entre esas diferencias ayer remarcadas quedaron las advertencias
de Fox de que no alterará su política económica; de
parte de López Obrador, el énfasis estuvo en su rechazo "a
la política tradicional, esa en la que todos los intereses cuentan,
menos los del pueblo".
Política económica no es dogma
Tras reiterar su pleno respeto a la soberanía de
todos los estados de la República y ofrecer un "diálogo constante
y plena colaboración" con los gobiernos de todas las entidades,
sin importar su signo partidista, Fox Quesada aseveró que "la confrontación
no es opción".
Con esa visión, ofreció amplio apoyo a las
autoridades capitalinas, pues "las diferencias políticas e ideológicas
no han sido ni serán un obstáculo".
Dirigiéndose a López Obrador, añadió:
"sin dejar de lado nuestras convicciones, debemos tener la capacidad de
trabajar unidos cuando se trata del cumplimiento de nuestra responsabilidad
y del bienestar de las familias mexicanas. Me llena de optimismo y de entusiasmo
ver que avanzamos en este sentido, porque un país que busca el desarrollo
y la justicia requiere de mayor eficacia en las acciones gubernamentales,
y para lograrlo no hay más camino que la colaboración entre
autoridades, porque uniendo esfuerzos, capacidades y voluntades estaremos
a la altura de los grandes retos".
Por otra parte, dejó en claro que no variará
su política económica, al advertir que desde el gobierno
federal se ha "manejado de manera responsable la política económica.
Ciertamente, este objetivo no es producto de un dogma ideológico,
(pues) la experiencia internacional y la nuestra son contundentes: ¡o
somos disciplinados, honestos y transparentes en el manejo de las finanzas
públicas y de las principales variables de la economía, o
estaremos condenados a sufrir de crisis recurrentes!"
Sabemos -agregó el mandatario- que los capitalinos
están "especialmente preocupados" por el empleo y el ingreso. En
este contexto, "las cifras macroeconómicas no nos importan por sí
mismas; nos importan porque generan el clima adecuado para la inversión
y para la generación de empleos que necesitan las familias de México".
Confió, sin embargo, en que la democracia que hemos
alcanzado en el país se convertirá en "el pilar" del desarrollo,
toda vez que "están dadas las posiciones sociales para hacer los
cambios que requerimos como país. Nos corresponde a los actores
políticos crear, por encima de criterios partidarios e ideologías,
las condiciones políticas para realizar los cambios y avanzar en
el desarrollo".
No repetir caminos trillados
En tanto, López Obrador fijó su propia visión
de gobierno: "estamos trabajando por una ciudad sin excluidos, donde los
débiles y los pobres encuentren protección ante incertidumbres
económicas, desventajas sociales y otras calamidades, y donde se
pueda vivir sin angustias ni temores. Hemos puesto el acento en la superación
de la pobreza: las partidas destinadas a la educación, la salud
y la vivienda pasaron de 5 mil 500 millones en el año 2000 a 12
mil 500 millones en 2002".
Los efectos de la recesión económica sobre
las clases desprotegidas "los estamos enfrentando con la intervención
pública", dijo.
A manera de respuesta a lo que Fox ha venido diciendo
en los últimos meses respecto a que el Distrito Federal enfrenta,
a nivel nacional, los mayores problemas de desempleo, López Obrador
sostuvo que a pesar de la crisis económica la tasa de desempleo
abierto se mantuvo en los mismos niveles de 2000, e incluso en febrero
de este año se registró la tasa de desempleo más baja
en comparación con el mismo mes desde 1991, de acuerdo con datos
del INEGI.
Lo que sí aceptó López Obrador (también
relacionado con lo que ha dicho Fox) es que el principal problema de la
ciudad es la inseguridad pública. Aquí insistió en
que para reducir los índices delictivos no bastan las acciones policiacas,
sino políticas públicas que garanticen mejores condiciones
de vida.
Paralelamente, llamó a hacer un frente contra la
corrupción y le recordó a Fox que "desde la disidencia",
ambos "postulamos que ese lastre había que combatirlo no sólo
por razones de índole moral, sino para liberar recursos en beneficio
para el desarrollo".
Por eso ahora, desde el gobierno "estamos comprometidos
a erradicarla y a no permitir que nadie abuse desde el poder para su beneficio".