Angel Guerra Cabrera
La verdad
El principal peligro que Israel como Estado judío representa para sus propios habitantes, otros judíos y para sus vecinos, es su persecución de expansión territorial ideológicamente motivada y la inevitable serie de guerras producidas por este afán, dice en Historia judía, religión judía: el peso de 3000 años, el historiador israelí Israel Shahak. Otros académicos y activistas por la paz israelíes sostienen enfoques parecidos que critican el carácter étnico, teocrático y colonial del Estado hebreo desde su propia fundación, una perspectiva imprescindible para comprender los fundamentos y ulterior desarrollo del conflicto palestino-israelí. De allí el reciente ciclo de violencia al influjo de la abierta conducta genocida de Sharon, bajo el manto protector de la guerra de Bush contra todo el que no se pliegue a la dictadura militar mundial que intenta instaurar con el pretexto del extraño atentado terrorista del pasado 11 de septiembre.
La mentira es impuesta a los pueblos por las clases dominantes hasta que logra ser desplazada en un proceso lento y largo por la verdad. Esta regla de la dominación tiene una clara expresión en la versión simplista y manipulada de los medios de difusión de Estados Unidos sobre el conflicto en Palestina. Aunque alimentada por la enorme influencia del lobby pro israelí en la sociedad estadunidense, aquélla se debe principalmente al interés histórico de Washington en Israel como aliado estratégico en la represión de las fuerzas populares árabes y en el control de los hidrocarburos del golfo arábigo-pérsico.
Israel, primer receptor mundial de ayuda estadunidense, ocupa un lugar especial en la nueva estrategia de dominio mundial del grupo petrolero texano, que aliado a la industria bélica se hizo del poder con el golpe de Estado surgido del fraude electoral bananero en Florida. La máquina de guerra de Tel Aviv, generosamente pertrechada por Washington, es indispensable en el flanco de Levante en apoyo a futuras operaciones militares contra Irak, Irán, Siria y hasta Rusia, también incluida en la versión ampliada del "eje del mal" entre los eventuales blancos de un ataque nuclear del Pentágono. De qué asombrarse cuando desde la Casa Blanca el aspirante a nuevo fuhrer se muestra tan comprensivo con Sharon por su nueva expedición "contra el terrorismo" en ciudades y campos de refugiados palestinos. Esta "comprensión" fue expresada a 48 horas de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía la retirada de Israel de los territorios (re)ocupados, pero... sin ponerle plazo, extremo al que condicionó su voto Estados Unidos. ƑHasta cuándo vamos a aceptar que se nos presente a Israel como una democracia? ƑEs democrático un Estado que surgió por la fuerza militar y ha hecho sus glorias marciales con el despojo y el sufrimiento de un pueblo pobre y desamparado y la agresión a sus vecinos? ƑEs compatible con los valores democráticos la expulsión de su patria de cientos de miles de palestinos y negar su derecho al retorno?, Ƒel ametrallamiento continuo e indiscriminado de chozas en los campos de refugiados de Gaza y Cisjordania?, Ƒla tortura sistemática de los palestinos en las prisiones israelíes?, Ƒrelegar a los árabes-israelíes como ciudadanos de segunda clase?, Ƒel uso de prisioneros como escudos humanos?
Lo que salva la dignidad de Israel son sus intelectuales críticos, activistas por la paz y objetores de conciencia al servicio militar en los territorios ocupados. La valentía y la integridad moral de esa minoría abona la esperanza en un Israel que algún día sea capaz de convivir fraternamente con los palestinos y demás vecinos árabes. De ella proceden las denuncias más convincentes sobre la ejecutoria criminal de las autoridades de Tel Aviv; los lúcidos análisis que reprueban las acciones suicidas, pero que explican su génesis en la desesperación de los mil veces humillados, en los traumas de generaciones que crecieron viendo los bulldozers israelíes derribar sus casas, los naranjos y olivares de las huertas, sus escuelas. A cada iniciativa de paz, dicen, Israel responde con una provocación sangrienta. De Uri Avneri, militante pacifista israelí, son estas palabras: "Para el resto del mundo (fuera de Estados Unidos) los palestinos están combatiendo una guerra de liberación contra una ocupación extranjera. Estamos en su territorio, ellos no están en el nuestro. Somos los ocupantes, ellos son las víctimas..."
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