Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 4 de abril de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Política

Claudia Smith*

Guardián perverso

Tras la humillación de perder su puesto en la Comisión de Derechos Humanos, Estados Unidos ha maniobrado por recobrarlo y está a punto de hacerlo. No lo tiene merecido, comenzando por la dolorosísima situación en la frontera norte, donde día a día se intensifica la estrategia de desviar el tráfico indocumentado a zonas cada vez más apartadas y mayormente desérticas. Al parecer, en Ginebra nadie alzará la voz contra Estados Unidos por los centenares de muertos al año y un sinnúmero de desaparecidos; ni siquiera la relatora de la ONU para migrantes, Gabriela Rodríguez, quien acaba de recorrer la frontera norte. En lugar de hacerlo, se culpa enteramente a las bandas de polleros -lo más fácil, no lo más prudente.

No eximo en absoluto la responsabilidad de los traficantes. El pollerismo es desalmado. Indudablemente, verlo de cerca por primera vez consternó mucho a la relatora. No obstante, se debe reconocer que Guardián y los operativos fronterizos en Arizona y Texas han hecho indispensables a los polleros. Y si bien es necesario combatirlos frontalmente, sería ingenuo creer que eso terminará con las muertes. El negocio se ha vuelto tan lucrativo que los guías no van a escasear. Abrirán rutas más peligrosas mientras en Estados Unidos exista demanda para la mano de obra mexicana -joven, barata y desechable-. Tal es la perversidad de Guardián y sus contrapartes, que quienes planearon estos operativos anticiparon fríamente el resultado. Para comprobarlo, basta leer el plan que la Patrulla Fronteriza aprobó cuando puso los operativos en marcha, hace siete años y al menos mil 900 muertes.

Ciertamente, las muertes a lo largo de la línea divisoria descendieron el año pasado. Pero que ocurra una muerte al día no es un récord con el cual se pueda estar conforme. Además, las 400 muertes en 2001 se tienen que poner en el debido contexto. Según la Patrulla Fronteriza, el flujo migratorio se redujo en un promedio de 25 por ciento durante el año fiscal estadunidense que cerró en septiembre pasado. En comparación, las muertes ocasionadas por los cruces clandestinos apenas bajaron en promedio 11 por ciento. La gran desproporción indica que los operativos son cada vez más mortales. Aun peor, el número de muertes dio un salto en los desiertos, pese al supuesto redoblamiento de esfuerzos por rescatar a los migrantes. De hecho, los rescates fueron recortados a la mitad, inclusive ahí. Tomar medidas de salvamento no es la solución ante una estrategia que pone deliberadamente al migrante en peligro mortal. Sin embargo, Ƒcómo se explica que la Patrulla Fronteriza, con más de 10 mil elementos, rescatara únicamente a mil 233 migrantes en todo un año?

Al llegar la relatora a San Diego, el campo de experimentación para Guardián, Amnistía Internacional le hizo entrega de una carta que insiste en que los gobiernos deben minimizar el riesgo de muerte, inclusive al diseñar modelos para resguardar sus fronteras. Como señala la misiva, es una obligación a la que Estados Unidos ha hecho caso omiso. No se trata de si existe o no el derecho a controlar la frontera. Simple y sencillamente, una estrategia que fuerza a los migrantes a cruzar por brechas donde tienen que atravesar los desiertos para llegar a los empleadores que los esperan, abusa de ese derecho. Es verdaderamente una lástima que la relatora no hiciera su gira durante los meses de mayor calor, pues le hubiera dado una noción de cuán infernales son esas zonas.

Para la administración Clinton, Guardián obedeció a la necesidad política de mover el tráfico indocumentado fuera de la vista pública, dando la apariencia de una frontera bajo control. Ahora se habla de la frontera norte en el contexto de la seguridad nacional. La realidad es que sólo el pobre en busca de trabajo necesita jugarse la vida en los desiertos. El terrorista entra a Estados Unidos por la vía legal, con visa de estudiante o de turista. Sería mejor que la administración Bush se concentrara en remediar las fallas espectaculares en sus sistemas de inteligencia y al otorgar visas -fallas que facilitaron los ataques terroristas de septiembre pasado-. En todo caso, una cosa sería que Estados Unidos optara por sellar la frontera entera, y otra que canalice a los migrantes a la muerte. De una forma u otra, es previsible que ellos seguirán arriesgándose en el futuro, no obstante la instauración de un programa de trabajadores huéspedes. Aun cuando se llegue a un acuerdo de 25 mil o 250 mil visas, la necesidad de la gente la rebasará.

* Directora de la Fundación de Asistencia Rural Legal de California
Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año