Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 27 de marzo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Política

MEXICO-CUBA

En un editorial, el diario Granma lo culpa de lo ocurrido en la cumbre de Monterrey

Demanda Cuba el cese de ''las provocaciones, insultos y mentiras'' del canciller Castañeda

Subraya que desea mantener ''relaciones normales'' con el gobierno de Vicente Fox

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 26 de marzo. Cuba acusó hoy al canciller Jorge G. Castañeda de ser el promotor personal de una política de hostilidad hacia la isla, en alianza con Estados Unidos, y pidió el cese de ''las provocaciones, insultos (y) mentiras'' del funcionario, pero en medio de la tormenta subrayó que desea mantener ''relaciones normales'' con el gobierno del presidente Vicente Fox.

El diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó hoy un editorial que ocupa toda su primera plana y que tituló ''El culpable de lo ocurrido en Monterrey se llama Jorge Castañeda'', secretario de Relaciones Exteriores.

''No pedimos otra cosa que el cese de las provocaciones, insultos, mentiras y macabros planes del señor Castañeda contra Cuba'', señala el comentario que, por primera vez desde que estalló la crisis más reciente en las relaciones bilaterales, plantea una demanda concreta. ''De alguna forma, por el honor de México, debe ponerse fin a tales ofensas y agresiones al pueblo cubano.''

Y también, por primera ocasión en este conflicto, Cuba expresa por escrito su valoración sobre los vínculos diplomáticos, abriendo una puerta de salida: ''Somos conscientes de que los gobiernos pasan y los pueblos quedan. Aún deseamos, sin embargo, mantener relaciones normales con el gobierno de México y no lesionar en lo mínimo la autoridad y el prestigio del presidente Fox''.

Amplia difusión en la isla

El editorial de este martes, repetido textualmente desde muy temprano en los espacios noticiosos de la radio y la televisión locales, introduce dos ajustes en la incesante ráfaga de acusaciones que ha lanzado Cuba contra el gobierno mexicano en los pasados cinco días: a) eleva el rango político del alegato, al hospedarlo en el órgano de expresión del partido único gobernante, cuyo primer secretario (dirigente máximo) es el propio presidente Fidel Castro, y b) distingue las acusaciones personales y políticas a Castañeda del interés del gobierno cubano por preservar las relaciones con México.

Granma cierra el círculo argumental con la advertencia de que, en caso de que Castañeda persista en su política hacia la isla, el gobierno cubano exhibirá pruebas, todavía indefinidas públicamente, que demostrarían la denuncia que La Habana ha sostenido desde el jueves pasado: que, presionado por Estados Unidos, México intentó, primero, impedir que Castro asistiera a la cumbre de Monterrey y, luego, que buscó reducir su presencia a medio día.

''Cuba posee pruebas irrebatibles de todo lo ocurrido, que barrerían cualquier duda. Ha preferido abstenerse de usarlas porque no desea perjudicar a México, no desea lesionar su prestigio, no desea en lo mínimo crear desestabilización política en ese hermano país'', añade el diario.

Si Castañeda no rectifica en su actitud hacia Cuba, ''no quedará otra alternativa que divulgar lo que no hemos querido divulgar y hacer polvo sus falsos y cínicos pronunciamientos (del canciller mexicano), cueste lo que cueste'', indica el comentario. ''Que no se obligue a Cuba a presentar las pruebas que poseemos. La extrañísima política de México en relación con el incidente (de Monterrey) tiene un diabólico y cínico arquitecto: se llama Jorge Castañeda Gutman'', señala el editorial, en una ofensiva que reúne reproches al canciller por sus actitudes y declaraciones sobre Cuba, antes y después de esa cumbre, y lo califica de renegado (en alusión a la militancia izquierdista del funcionario entre finales de los años 70 y los 80), diabólico, maquiavélico, ambicioso, vanidoso, mentiroso, cínico, provocador, deshonesto, intrigante y carente de ideología.

''ƑPor qué Cuba tiene que tolerarlo? ƑPor qué el gobierno mexicano no pone límite a los incesantes insultos y provocaciones de este caballero?'', se pregunta Granma.

El editorial toma posiciones, revela información y lanza cargos de tal forma, que un veterano corresponsal de prensa creyó encontrar en el texto el estilo del propio Castro.

Revelaciones

En su editorial, Granma reveló lo siguiente:

1. Durante la visita de Fox a Cuba, el mes pasado, la delegación mexicana no habló de la cumbre de Monterrey.

''Su idea'', dice el editorial respecto a Castañeda, era que en esa visita se pidiera a Castro el ''favor'' de no asistir a Monterrey. ''Nadie se atrevió, sin embargo, a plantear este espinoso tema. La primera reunión entre ambas delegaciones adquirió carácter profundo y serio. Las francas e irrefutables palabras'' de Castro sobre los intentos estadunidenses para promover una condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, que sesiona desde la semana pasada en Ginebra, ''fueron escuchadas con respeto por el presidente Fox y sin duda influyeron en el ulterior desenvolvimiento de los contactos e intercambios entre los presidentes''.

Ese primer encuentro se realizó en el Palacio de la Revolución de La Habana, el domingo 3 de febrero entre las 11:15 y las 13:45, y fue registrado íntegramente por taquígrafas, relata el diario. Castro sabía ya, según la versión de Granma, que el presidente estadunidense, George W. Bush, había condicionado su asistencia a Monterrey a la ausencia del líder cubano.

Por eso, Castro en esa reunión ''tomó la iniciativa de recordarle al presidente Fox que había recibido la invitación de Naciones Unidas para participar en la cumbre de Monterrey. Posteriormente, durante todo el tiempo de la intensa pero breve visita del presidente Fox a Cuba, nadie se atrevió a mencionar siquiera el tema de la reunión de Monterrey, ni solicitar la no participación de nuestro Comandante en Jefe''.

2. A Castro se le pidió que no asistiera a Monterrey 24 horas antes de su partida. Cuba y México acordaron que Castro saliera de Monterrey en la tarde del jueves 21.

''A duras penas, el gobierno mexicano accedió, mediante arduos intercambios, a un acuerdo aceptado por Cuba sin otra alternativa posible, de que el jefe de la delegación se retirara en horas de la tarde del día 21'', informa Granma. Como Castro llegó a Monterrey el miércoles 20 por la noche, se infiere que estas negociaciones ocurrieron entre la noche del martes 19 y la mayor parte del miércoles 20.

El mismo martes, de acuerdo con informaciones precedentes aceptadas por los dos gobiernos, Castro envía a Fox su carta de confirmación de asistencia y cerca de la medianoche de ese mismo día la Presidencia de México emite un boletín de prensa sobre el caso. Un emisario mexicano altamente autorizado, según la versión cubana, ejerció sus funciones en esas 24 horas, entre el 19 y el 20 de marzo.

Castro ''cumplió su palabra'', señala Granma. ''Mas no podía marcharse sin un mínimo de explicación, tanto para el pueblo de Cuba como para la opinión internacional'', por lo cual leyó el breve anexo a su discurso. ''Era lo mínimo que podía explicar sobre tan extraña conducta, que podía ser tomada o interpretada como gesto cobarde ante el temor de cruzarse o verse cara a cara frente al amo del mundo'', argumenta el editorial.

El diario relata más adelante el precedente de la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992), cuando Castro y George Bush, entonces presidente estadunidense y padre del actual mandatario, coincidieron ''sin el menor incidente y con mutuo respeto''.

También recuerda que el líder parlamentario, Ricardo Alarcón, fue públicamente designado por Castro como jefe de la delegación cubana en Monterrey. Aunque no lo dice expresamente, Granma señala que Alarcón no fue invitado al retiro presidencial vespertino de aquel jueves 21, contra lo que había sido una petición implícita del mandatario cubano en su excusa para retirarse. ''Acceder a esa simple, mínima y lógica solicitud habría puesto fin al incidente. Sin embargo, pudo más la arrogancia, la soberbia y la siniestra influencia del señor Castañeda. Se quería, además de pisotear sus derechos, humillar a Cuba. Fue necesario protestar y denunciar lo ocurrido''.

3. México era el segundo país, con Argentina, que preparaba un proyecto de condena a Cuba en la CDH

El editorial señala a Castañeda como quien ''ideó y concertó con el Departamento de Estado norteamericano el plan de que México, junto con Argentina y alguna otra cancillería latinoamericana, presentaran un proyecto de resolución en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra para condenar a Cuba, algo tan desprestigiado que ya ni siquiera el gobierno checo estaba en disposición de continuar realizando''.

En la visita de Fox, añade Granma, Castañeda y el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, se reunieron a las cuatro de la tarde. ''Allí Felipe abordaría con toda energía y seriedad la conspiración de Castañeda contra Cuba... No hizo falta. Castañeda, completamente desmoralizado por el intercambio y desarrollo de la reunión anterior entre ambas delegaciones, aseguró que México no promovería un proyecto de resolución contra Cuba. En iguales términos, el presidente Fox le comunicó al presidente de Cuba la posición de México en el encuentro personal sostenido por ambos en horas de la noche, programado antes de la cena que se ofrecía a la representación mexicana''.

4. Castañeda pidió y recibió entrenamiento militar.

Granma culmina la cadena de acusaciones al canciller mexicano con la insólita divulgación de un dato hasta ahora desconocido públicamente: ''Es imposible mayor cúmulo de hechos que los que viene perpetrando este renegado, que incluso en sus años mozos solicitó y hasta llegó a recibir entrenamiento militar para apoyar al movimiento guerrillero en Centroamérica, hoy convertido en instrumento de los planes imperialistas contra Cuba. Más por ambición y vanidad que por odio, o ideología que nunca tuvo ni tendrá''.

Aunque el diario no lo precisa, el contexto de la frase hace suponer que el adiestramiento se realizó en Cuba.

Bitácora de cargos

El diario cubano exhibió una virtual bitácora de recriminaciones contra Castañeda:

1. Ocultar información.

''Castañeda había elaborado otros maquiavélicos planes'', como la reunión del canciller y Fox con opositores en la embajada mexicana, durante la visita a Cuba. ''De eso no se había hablado una palabra durante todo el proceso de la preparación del programa de visita. Fue mencionado por el presidente Fox al compañero Fidel en la reunión de la noche anterior, minutos antes de la cena. 'No habrá problema alguno entre nosotros por ese encuentro', le respondió nuestro Comandante en Jefe, 'pero temo que pueda defraudar y empañar su imagen ante nuestro pueblo, muy sensible a este tema'. La respuesta de Fox fue que sólo los saludaría y no se reuniría con ellos''.

Castañeda ''no cesaba, sin embargo, en sus maniobras y provocaciones''. Suministró al presidente Fox una lista de los llamados ''presos de conciencia'' que cumplían sanción por sus actividades contrarrevolucionarias. ''Esto responde a un viejo truco del gobierno de Estados Unidos con cuanta personalidad política occidental visita a Cuba, con el ánimo de molestar y enturbiar los encuentros de amigos comunes con la Dirección cubana. Esta práctica ha sido rechazada por Cuba, que hace rato decidió no leer siquiera las insidiosas listas. Fox no le dice una sola palabra a nuestro Comandante en Jefe sobre el tema durante las numerosas veces que hablaron solos o viajaron juntos''.

2. Falsear información.

Fox, dice Granma, entregó la lista a Pérez Roque. ''Después se dijo que el presidente Fox había entregado tal lista al Comandante en Jefe''.

3. Opacar la visita de Fox.

''Castañeda, sin embargo, se salió con la suya: al día siguiente, los cables hablaban más del famoso desayuno con los contrarrevolucionarios y la supuesta entrega a Fidel de la mencionada lista, que de la excelente visita y los fructíferos y sinceros intercambios realizados entre ambas delegaciones.''

4. Originar la ocupación de la embajada.

''Al parecer insatisfecho, el imprevisible canciller a su regreso a México hace declaraciones enigmáticas y extrañas: 'Dejaron de existir las relaciones de México con la Revolución cubana y han comenzado con la República de Cuba'. Pocos días más tarde, el martes 26 de febrero, vuelve a la carga.'' Granma relata la inauguración del centro cultural mexicano en Miami, la declaración de Castañeda sobre la apertura de puertas de la embajada en La Habana, la reseña respectiva de Radio Martí, la ocupación de la sede diplomática el miércoles 27 y su desalojo el viernes 28. ''A petición del gobierno de México, fuerzas especiales desarmadas desalojaron sin el menor daño físico a los asaltantes''.

(El editorial tiene en esta parte un dato erróneo, pues dice que ''todas las agencias de prensa extranjeras fueron testigos de lo ocurrido''. En realidad, unos pocos medios informativos, entre ellos La Jornada, así como algunos funcionarios de prensa de la cancillería, observaron lo que ocurría en la embajada entre la noche del jueves 27 y la madrugada del viernes 28. Pero los corresponsales fueron mantenidos por la policía a unos 100 metros del edificio y varias horas antes del desalojo el campo visual de los periodistas fue deliberadamente obstruido por cuatro camiones de la policía, adosados con cartones que tapaban también los huecos).

5. Relacionarse con el exilio anticastrista.

El diario cubano recordó que en el acto de Miami estaban ''Jorge Mas Santos y demás cabecillas de la llamada Fundación Cubano-Americana, entre otros muchos terroristas, como invitados de honor. No importa si se trataba de mercenarios y terroristas, ni importaba que la Fundación para el crimen que dirigen pagó durante años los atentados terroristas contra hoteles en Cuba, y los ataques contra otras instalaciones turísticas desde el mar. Son para Castañeda muy importantes: al fin y al cabo decidieron mediante escandaloso fraude las elecciones presidenciales en Florida''.

Granma pregunta: ''ƑPor qué semejante provocación? ƑPor qué tal discurso del canciller mexicano en la inauguración de un instituto cultural mexicano en Miami? ƑPor qué sus babosas y adulonas palabras al 'selecto grupo' de mafiosos y terroristas invitados a ese acto? Estos bochornosos antecedentes precedieron el incidente con motivo de la cumbre de Monterrey. Todo fue obra de la política maquiavélica y provocadora del señor Castañeda''.

Añade: ''Decenas de ataques terroristas contra Cuba han sido realizados y planes de atentado para asesinar al compañero Fidel han sido organizados por el primero de los siniestros personajes mencionados (Luis Posada Carriles), financiados por esa Fundación, con cuyos jefes se relaciona ahora tan íntimamente el señor Castañeda''.

6. Mentir sobre el caso Monterrey.

''El canciller mexicano juró y perjuró que nadie en absoluto había solicitado poner obstáculo o límite a la participación del presidente de Cuba. Mintió descaradamente sobre hechos que conoce con toda exactitud. Ha dejado incluso en el ambiente la duda sobre lo que realmente ocurrió.''

Granma recuerda el episodio de 1981, cuando Cuba, siendo presidente del Movimiento de Países no Alineados, fue excluida del Diálogo Norte-Sur a instancias del gobierno estadunidense de Ronald Reagan. El presidente José López Portillo, asesorado por el entonces canciller Jorge Castañeda y Alvarez de la Rosa, padre del actual secretario, ''hombre amistoso y honorable, con toda elegancia lo invitó (a Castro) a Cozumel, habló largo con el líder cubano y le explicó toda la verdad por la cual le solicitaba declinara su derecho a participar. Cuba respondió con su invariable espíritu de amistad hacia México. Aquello podía comprenderse y soportarse''.

Por la noche, la Mesa Redonda Informativa de la televisión cerró la tenaz difusión del editorial durante la jornada, con una emisión llamada ''Las falacias, los devaneos diplomáticos y los oportunismos políticos del canciller mexicano''.

El programa diario amplió la ofensiva de Granma, con un extenso expediente sobre el desempeño del canciller mexicano en el gobierno foxista y algunos de sus antecedentes políticos. Entre las adiciones al arsenal empleado en el periódico, la Mesa Redonda citó dos libros especialmente irritantes en La Habana: La utopía desarmada (sobre el fin de las guerrillas latinoamericanas) y La vida en rojo (biografía del Che Guevara), hoy llamados ''oportunistas y falaces''.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año