Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 2 de marzo de 2002
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Cultura

Juan Arturo Brennan

En desagravio del clóset

Hace algunos meses, con motivo de la presentación de mi disco de música electrónica electroDos, apareció en estas páginas un reportaje-entrevista de Pablo Espinosa en el que hablé de mi personal percepción del quehacer electroacústico en México. Con motivo de algunas cosas que dije entonces, varios compositores (jóvenes y no tanto) dedicados a la electrónica se sintieron ofendidos, agredidos, agraviados, ignorados y ninguneados, específicamente porque me atreví a decir que en México la música electrónica de concierto está en el clóset. No sé qué oscura interpretación le dieron a esto los ofendidos, y mis intentos por explicar lo que dije (y que sostengo hasta la fecha) han sido infructuosos. Para propiciar el diálogo sobre el tema, sin embargo, ofrecí a algunos de los furibundos electroacústicos realizar cuanto acto de desagravio me fuera posible, más para su tranquilidad que la mía. He aquí, entonces, el primero de esos desagravios.

Después de un largo y azaroso periodo de producción a lo largo de tres años, el lunes 18 de febrero se presentó al público el CD titulado De vez en vez, que contiene una selección de siete obras de música electroacústica mexicana. Cobijado bajo el sello Quindecim, el disco en cuestión ha sido coproducido por el Centro de Apoyo para Música de Concierto de la muy cuestionada y poco transparente Sociedad de Autores y Compositores de Música; que quede bien claro (para que no me pidan otra serie de aclaraciones y desagravios) que lo turbio de la SACM nada tiene que ver con la calidad del disco y de la música que contiene.

Como bien se dijo durante la presentación, los siete compositores cuyas obras se incluyen en ese disco compacto son de la misma generación, pero de tendencia estética y orientación musical diversa. Algunos de ellos son reconocidos como especialistas en el trabajo electroacústico, mientras que otros han creado obras diversas para otros medios sonoros.

En general, las siete obras aquí grabadas presentan en mayor o menor medida dos virtudes que es importante señalar: no utilizan los recursos electrónicos como mera imitación de sonidos ya existentes, ni se expresan a través del tipo de retórica musical electro-romántica al estilo de Vangelis Odysseus Papathanassiou, que suele ser muy socorrida en la actualidad.

Así, en lo que se refiere a la capacidad de abstracción en cuanto al trabajo específicamente electroacústico, destacan aquí las obras Life is nothing but a dream, de Guillermo de Mendía, y De vez en vez, de Antonio Russek. En un nivel semejante están las obras de Samir Menaceri y Roberto Morales, que contienen algunas referencias más concretas. Sin ser estrictamente narrativa o programática, la obra Extinción, de Menaceri, ofrece una variedad de sonidos que, al gusto del oyente, pudieran remitir a ciertos parámetros descriptivos.

En el caso de Mineral de Cata, de Roberto Morales, el empleo de flautas prehispánicas como materia prima y las alusiones a colores instrumentales más o menos identificables permiten también mayor concreción en la percepción de la pieza. En Homenaje, de Carlos Sandoval, y Marina, de Roberto Medina (más interesante esta última), se percibe por momentos que la abundancia y variedad de los materiales y los timbres utilizados (que en sí mismos están bien logrados), atenta contra una visión unitaria de las obras; es posible, quizá, que en medio del complejo discurso sonoro en varios niveles los elementos de continuidad no sean fácilmente perceptibles. En la obra que cierra el CD, titulada Mexihco, Eduardo Soto Millán propone como fundamento una textura electroacústica sencilla y efectiva, a partir de la cual se realizan transformaciones paulatinas y sutiles. Sin embargo, la parte vocal que se superpone a esta textura (a cargo del tenor Carlos Pascual) da la impresión, tanto por el contenido explícito de su mínimo texto como por su dinámica musical propia e independiente, de estar disociada del discurso electrónico básico.

En suma, la aparición de este CD con música electroacústica me parece realmente importante como un elemento más para el conocimiento y discusión de esta faceta del trabajo de nuestros compositores. Sin embargo, como bien señaló Eduardo Soto Millán la noche de la presentación, tener en las manos el disco listo y terminado no es el fin, sino apenas un primer paso; falta ahora la distribución y difusión de estas obras, así como calibrar la respuesta del público, la crítica, la radiodifusión, etcétera. Ahí estará la verdadera medida del impacto de De vez en vez.

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