PENULTIMATUM
POR MERITOS PROPIOS, iniciamos con la declaración de la semana: ''De ningún modo hay que entablar investigaciones o crear especies de comisiones de la verdad porque del 68 no queda nada por esclarecer. El presidente Gustavo Díaz Ordaz se hizo responsable de estos acontecimientos desencadenados por la presencia de grupos soviéticos y cubanos. Nada de investigaciones, sería una vendetta que desencadenaría otro 68. Además, los que gobernaban en 1968 ya están muertos o viejos. Y en cuanto a los muertos, los desaparecidos del 68, como decía Cristo, que los muertos entierren a sus muertos... Respecto al subcomandante Marcos... ƑHoy Zapata convertido en un fantoche que se pone una capucha? Nunca. Zapata nunca hizo esas payasadas. Zapata daba la cara": Leopoldo Zea, filósofo, ideólogo priísta y por eso mismo medalla Belisario Domínguez otorgada por el Senado y a quien debemos aclararle, con todo el respeto que merece un maestro emérito de la UNAM, que Zapata solamente usaba capucha cuando tenía que asistir a la entrega de la medalla Belisario Domínguez.
ESTA COLUMNA FELICITA a los directivos de las universidades del Pedregal, Valle de México, Emilio Cárdenas, Insurgentes, La Salle, Madero, Motolinía del Pedregal, Vasco de Quiroga, Autónoma de la Laguna, Chapultepec y del Mayab, por recordarnos en un desplegado los graves peligros que corre el país cuando el domingo se inicie el programa Big brother. Como bien lo han documentado las organizaciones de derecha que quieren imponernos lo que debemos ver, leer y hacer dentro y fuera de la cama, dicho espacio ''atenta contra la dignidad de las personas", es un ''tipo de exhibicionismo que no aporta elementos constructivos a la sociedad y perjudica el desarrollo armónico de la niñez y la juventud". Con toda razón, tan importantes centros de estudio exigen que se cancele dicho programa. Y de no ser así, que se transmita sólo para invidentes, sordos o de preferencia para muertos en olor de santidad porque a ésos, dada su estructura piadosa, ya nada los perjudica.
PERO SI NO quiere perder su inocencia y el derecho de entrar sin pasaporte eclesiástico al reino de los cielos por culpa de Big brother, le sugerimos vea el domingo en el canal HBO el documental Monica in black and white, donde la ex becaria de la Casa Blanca cuenta, cuatro años después, la verdad, sólo la verdad, sobre los hechos que estuvieron a punto de causar la destitución del presidente Clinton. La Lewinsky decidió participar en el programa no tanto por ganar sus buenos dólares, sino porque desea evitar que el affaire en el que ella estuvo involucrada se trate confusamente en las dos películas que están por filmarse tomando como eje central su relación con Clinton. En tanto, en Rusia piensan montar un musical, Monica al Kremlin, en el que ella es una agente de la KGB a la que le encargan la misión de deshonrar al presidente de Estados Unidos. Aunque el musical ha sido objeto de muchos chistes, cabe recordar que, en su momento, la prensa china dijo que los servicios secretos rusos ''enviaron" a la becaria a hacer la tarea que luego la hizo famosa.
