Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 1 de marzo de 2002
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Economía

ECONOMIA MORAL

Falsas certezas

Julio Boltvinik

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Las certezas


LA OPINION PUBLICA desconfía, con cierta frecuencia, de los datos oficiales. Esto es cierto, particularmente de las estadísticas sobre criminalidad. En cambio no pone en duda las cifras de población y de cuentas nacionales, particularmente de su agregado más conocido, el producto interno bruto (PIB). De esta manera, el PIB per cápita, que resulta de dividir el PIB entre la población, es aceptado prácticamente sin discusión. Igualmente, cuando la Secretaría de Salud dice que aplicó cierta cantidad de millones de dosis de la vacuna contra el polio y que ello significa una cobertura de equis por ciento de la población infantil que la requiere, las cifras son plenamente aceptadas. Los mexicanos tenemos certeza de cuántos somos, cuántos niños y bebés hay en el país, cuánto se produce en el país, qué cobertura tiene el sistema educativo y los servicios de salud, etcétera.

Las dudas


NATURALMENTE, MIENTRAS MAS sabe alguien de un campo mayores dudas le surgen sobre lo acertado de las cifras oficiales (u oficiosas). En esta columna hemos puesto en duda muchas supuestas certezas. Por ejemplo, apoyándome en cifras procesadas por Héctor Vázquez Tercero sobre las exportaciones y las importaciones, mostré que una fracción muy importante del valor de lo que exportamos es simplemente la re-exportación de las partes que importamos para ensamblar en el país. El cliché sobre el éxito exportador de México es repetido una y otra vez por legos y por especialistas que hacen caso omiso de la verdad resaltada por Vázquez Tercero. En múltiples ocasiones he analizado las falsas bases sobre las cuales los niveles y las tendencias de la pobreza en el país se han construido. Aunque entre los especialistas hay serias dudas sobre las dos certezas que permiten calcular el PIB per cápita, rara vez se ventilan éstas ante un público amplio.

Dudas sobre la población


EL CRECIMIENTO DE LA población depende de tres variables: los nacimientos, las defunciones y el saldo migratorio con el exterior. Si conociéramos los tres elementos conoceríamos exactamente el crecimiento de la población. Sobre los tres, sin embargo, hay enormes dudas. En cuanto a la mortalidad, desde hace muchos años los demógrafos se han percatado del subregistro de las defunciones, particularmente de la mortalidad infantil, y han desarrollado técnicas y encuestas para mejorar sus estimaciones. Buena parte del subregistro de muertes, sobre todo en los primeros años, está asociado con nacimientos que tampoco se registraron. Muchos niños nacen y mueren sin haberse registrado nunca, sobre todo en el medio rural. Por último, la mayor parte de la emigración de México es clandestina y no existen registros de ella. Por tanto, en el mejor de los casos, lo que tenemos son estimaciones.

SI LOS TRES ELEMENTOS que forman la ecuación de la dinámica poblacional están sujetos a fuertes errores de estimación Ƒde dónde viene la certeza sobre las cifras? Los censos de población y las encuestas demográficas tienden a suplir las deficiencias de los registros. Sin embargo, estos instrumentos tienen sus propios problemas de subestimación. A veces muy serios. Por ejemplo, según un documento del INEGI y del Centro Latinoamericano de Demografía (Celade) de 19831, la omisión de los censos de población de 1950, 1960 y 1970 fue de entre 7 y 6 por ciento, pero entre los menores de cinco años la subestimación llegó a 18 por ciento en 1950 y bajó a 14 por ciento en 1970. El Consejo Nacional de Población (Conapo) calcula la subestimación del Conteo de Población de 1995 en 1.5 por ciento. Por tanto, los censos no pueden ser usados plenamente para corregir las estadísticas vitales.

Dudas sobre la tasa de natalidad


MANUEL ORDORICA, actual director del Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano de El Colegio de México, demógrafo de amplio prestigio, ha puesto en duda recientemente las cifras de nacimientos en las que el Conapo basa sus cálculos de crecimiento poblacional.2 Ordorica empieza comparando el número de nacimientos registrados en las estadísticas vitales con los estimados por el Conapo en el periodo 1990 a 1999. (Debe notarse que esta serie de registros se refiere a los actos administrativos de registro en cada año. Estos incluyen, además de los nacidos vivos en el mismo año, personas nacidas en años anteriores y registradas extemporáneamente.) Mientras las cifras del Conapo van bajando de 2.34 a 2.21 millones por año, las del registro civil son más altas y no tienen una tendencia definida, empiezan en 2.73 millones y, a pesar de algunas fluctuaciones, terminan por arriba, en 2.77 millones. Las estimaciones del registro civil superan las de Conapo en 20.7 por ciento en promedio en el periodo, lo que resulta en una diferencia acumulada entre ambas fuentes, durante los 10 años, de 4.73 millones. Ordorica comenta: "Esta diferencia se podría explicar por los registros múltiples (niños que son registrados dos o más veces) o por una subestimación de la natalidad por parte del Conapo o por una combinación de ambos aspectos". La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) de 1997 estima el registro múltiple (para personas nacidas en el periodo 1985 a 1996) entre 0.7 por ciento y 0.4 por ciento. Por tanto, concluye nuestro autor, "Los registros múltiples no explica- rían la diferencia entre los nacimientos registrados y los nacimientos estimados por Conapo".

PARA PASAR DE LA serie de actos administrativos de registro en cada año a nacimientos ocurridos y registrados (en ese año y posteriores), Ordorica muestra que, por ejemplo para 1990, la cifra sería de 2.59 millones en lugar de la de 2.73 millones dada antes. Esta cifra más refinada, que Ordorica llama de nacimientos ocurridos, constituye "una cota mínima del número real de nacimientos, ya que se tendrían que agregar los nacimientos que nunca se registran, principalmente de defunciones de niños menores de un año". La nueva cifra para 1990 está todavía 10.7 por ciento arriba de los nacimientos estimados por el Conapo. Ordorica concluye: "parecería que por lo menos en este porcentaje estaría subestimada la tasa de natalidad del Conapo".

CON ESTA NATALIDAD y conservando la tasa de mortalidad estimada por el Conapo, la tasa de crecimiento natural (nacimientos menos defunciones) resulta de 2.6 por ciento y no de 2.3 por ciento como estima el Conapo. Una diferencia de 13 por ciento. Esto significaría, según Ordorica, que la tasa de natalidad entre 1981 y 1990 "prácticamente no disminuyó". La eficacia de la política de población que se ha fijado como una de sus metas disminuir la tasa de natalidad estaría puesta en duda, aunque Ordorica señala que la tasa de natalidad puede estar afectada por la estructura de edad de la población (mayores proporciones de personas en edades reproductivas).

Dudas sobre la dinámica demográfica


ORDORICA CONCLUYE SU ensayo preguntándose sobre las consecuencias de esta demoledora crítica de las cifras de nacimientos del Conapo. Considera que la tasa de crecimiento poblacional que se deriva de una comparación entre el censo de población de 1990 y el conteo de 1995 es confiable por "la elevada calidad y cobertura de ambos". Si éstos se consideran confiables (y con la misma cobertura), queda determinada la tasa de crecimiento poblacional. Si se adoptan como cota mínima los nacimientos ocurridos y se supone, como lo hace Ordorica, que el error en las defunciones no puede ser muy grande, la variable de ajuste resulta la emigración neta al exterior, que Ordorica estima en 385 mil personas al año entre 1990 y 19953, 40 por ciento por arriba de las cifras del Conapo.

LA CERTEZA SOBRE el denominador del PIB per cápita, sobre la población infantil que requiere vacunarse, sobre los menores que deberían ir a la escuela, se desvanece, y nos ubicamos en un campo de penumbra.

Semejanzas con el PIB


LA OTRA CERTEZA, la del numerador del PIB per cápita, está basada en nuestra confianza en el sistema de contabilidad nacional. Si Max Weber se refirió al desarrollo de la ley de la partida doble, que constituye el eje de los sistemas de contabilidad, como un hito en el desarrollo de la racionalidad económica, habría que decir lo mismo, a escala social, del desarrollo de la contabilidad nacional. En la vida cotidiana damos por buenas sus cifras, pero en este caso no existe un gremio sólido de expertos en contabilidad nacional en el país (como sí ocurre con los demógrafos) que, desde la academia, pudiera estar analizando y criticando el sistema de contabilidad nacional. Igual que el sistema de cuentas de población está formado por registros administrativos, encuestas y censos, el sistema de contabilidad nacional tiene sus propios registros (por ejemplo, los de importaciones y exportaciones o los de la Cuenta de la Hacienda Pública Federal para las finanzas públicas), sus sistemas de encuestas (por ejemplo, la Encuesta Industrial Mensual y la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares) y sus propios censos (censos económicos y agropecuario).

EL SISTEMA DE CONTABILIDAD nacional tiene la ventaja, como las estimaciones de población del Conapo, que toma (o debiera tomar) en cuenta todas las fuentes de información del sistema. Sin embargo, en la medida que se base unilateralmente en una de ellas, puede incurrir en sesgos. Ordorica apunta que "las estimaciones de los componentes del crecimiento natural se han realizado, últimamente, a partir de encuestas". Es decir, que se dejaron de lado las estadísticas vitales, incurriendo con ello en la subestimación que muestra Ordorica. "Dichas encuestas", continúa nuestro autor, "si bien son de elevada confiabilidad, están sujetas como todas estas fuentes a un error de muestreo." Habría que añadir otro elemento. Las encuestas y los censos captan lo que la población entrevistada declara. Si existen hechos, como los nacimientos de madres solteras, que no son bien vistos socialmente, una parte (desconocida) de las entrevistadas preferirá no revelar el nacimiento. En cambio muchas mujeres en esa situación, a pesar de la vergüenza, registrarán al bebé porque necesitan el acta de nacimiento. Si esta apreciación es correcta, las encuestas demográficas y los censos subestimarán sistemáticamente los nacimientos.

EN PROXIMAS ENTREGAS espero mostrar algunas debilidades del Sistema de Contabilidad Nacional, especialmente de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, fuente de la que depende nuestro conocimiento de la distribución familiar del ingreso y de la pobreza.

 

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1 Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Consejo Nacional de Población y Centro Latinoamericano de Demografía, México. Estimaciones y proyecciones de población. 1950-2000, México, Secretaría de Programación y Presupuesto, 1983. Cuadro reproducido en Sergio Camposortega, Análisis demográfico de la mortalidad en México. 1940-1980, El Colegio de México, 1992, Cuadro 3.5, p.100.

2 Manuel Ordorica, "Hoy, un momento importante para revisar las estimaciones demográficas. Hoy", Carta sobre población, año 8, número 43, mayo-junio de 2001. Ponencia presentada en el seminario Balance de la dinámica demográfica al concluir el milenio, El Colegio de México, 26 de abril del 2001.

3 Cuando Ordorica escribió este ensayo no estaban disponibles, todavía, las cifras del censo de población de 2000.

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