Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 25 de febrero de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Editorial
PERDIO EL PRI

El ejercicio realizado ayer por el Partido Revolucionario Institucional para renovar su dirigencia de manera democrática por primera vez en su historia desembocó, tras una jornada en la que prevalecieron las acusaciones mutuas por irregularidades entre las fórmulas contendientes, en una suerte de empate técnico, anunciado poco antes de las diez de la noche por el árbitro oficial de la contienda, Humberto Roque Villanueva, y en una postergación de la proclamación de los ganadores que, a ojos de muchos, podría ser en realidad un margen de tiempo para una negociación interna a espaldas de la militancia tricolor.

La indefinición estadística en la que culminó la votación alimenta la sospecha porque, con un universo de 3 millones de votos, con las herramientas cuantitativas modernas y con los medios de comunicación actuales, parece sumamente improbable que el aparato priísta y sus contratistas sean incapaces de ofrecer a la opinión pública, casi cuatro horas después del cierre de casillas, una tendencia estadística definida.

Desde esa perspectiva, la aparente prudencia de la actual dirigencia priísta parece, más bien, expresión de parálisis ante una confrontación soterrada entre esa planilla y la de Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, pero tan virulenta como la que se llevó a cabo en público.

Otro dato desalentador es el volumen de los sufragios: el último ejercicio de comicios internos del PRI, en lo nacional, fue la "primaria" de 1999 en la que se otorgó a Francisco Labastida la candidatura presidencial para las elecciones federales del año siguiente, y en ella participaron, según las cifras priístas, más de 13 millones de electores; ayer se habló de menos de la cuarta parte de esa cifra, lo que ilustra, claramente, el brusco redimensionamiento experimentado por el tricolor a raíz de la pérdida del Ejecutivo federal.

Si a lo anterior se suma una añeja historia de trapacerías electorales, alquimias e intrigas palaciegas, el ejercicio electoral de ayer no parece ser nada halagüeño para el PRI sino, por el contrario, un revés en los propósitos de democratización y normalización de ese instituto político. Ese saldo no debiera ser motivo de alegría para nadie, toda vez que, aun en la oposición, el tricolor aglutina y mueve grandes sectores de la sociedad y debiera esperarse de él un aporte verdadero a la democratización del país en general. 
 

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año