Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 25 de febrero de 2002
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Sociedad y Justicia

REPORTAJE

La falta de interés amenaza su legitimidad

Incierto destino del congreso en la UNAM

Las perspectivas de lograr una reforma consensuada de la máxima casa de estudios del país no son claras. Mientras para algunos miembros de la comunidad universitaria los trabajos serían aprovechados para modificar la Ley Orgánica de la institución, sin cambios de fondo, para otros el foro serviría para tratar de impulsar de nuevo el alza de cuotas, que en su momento provocó la huelga más larga en la historia de la universidad. Por otro lado, la apatía de ciertos sectores y la oposición de otros se convierten en factores que, eventualmente, restarían representatividad a las conclusiones

KARINA AVILES

En el escenario para la construcción del Congreso de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el rumbo que podría tomar la reforma no está claro. Mientras algunos universitarios avizoran un proyecto que contempla cambios a la Ley Orgánica (LO) sin "modificaciones de fondo", otros advierten que se revivirá el plan para el alza de cuotas, lo que causó la huelga más larga en la historia de la institución. Algunos más vislumbran una serie de temas prioritarios, como los de la gobernabilidad, el papel de la universidad en la sociedad civil y la estructura de la institución.

Además de lo anterior, las perspectivas de lograr una reforma consensuada hoy se ven amenazadas por la falta de interés de la comunidad, la oposición de ciertos sectores al congreso, el cuestionamiento al proceso y la amenaza de boicot a las elecciones que se realizarán mañana para conformar la Comisión Especial del Congreso Universitario (CECU). Esta situación, advierte Imanol Ordorika, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas, puede ser aprovechada por las autoridades para "salir diciendo 'no hay congreso y nosotros nos reservamos el derecho a reformar la UNAM'".

El otro escenario, añade, es que el proceso continúe "bajo el control de la administración central y, en consecuencia, saque los proyectos que quiera". Pero los efectos de generar un plan sin consenso son: que éste no se asuma colectivamente y se generen nuevos conflictos, advierte el ex líder estudiantil.

El director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL), Ambrosio Velasco, considera necesario hacer algunas precisiones sobre la marcha que permitan resolver la falta de participación. Lo importante, indica, es no dejarse vencer hasta el punto de decir "no va el congreso".

Sin embargo, para Guadalupe Carrasco, profesora de la Facultad de Ciencias (FC), este congreso -al que denomina "de Juan Ramón de la Fuente"- no debe realizarse, pues está convencida de que en dicho espacio se revivirá el proyecto del alza de cuotas. "šAntes de que lo impongan lo pararemos!", advierte.

Para el director del Centro de Estudios sobre la Universidad (Cesu), Angel Díaz Barriga, existen temas sustantivos a debatir -por encima del aumento de cuotas-, como por ejemplo el de la gobernabilidad y la estructura de la universidad. En su opinión, el asunto del incremento a las colegiaturas "no debería volver a discutirse por mera sensibilidad política".

La consejera estudiantil de la FFL, Diana Fuentes, también descarta que vaya a retomarse el alza de cuotas, porque no sólo sería "un error garrafal", sino "un paso muy torpe" por parte de las autoridades. Si hay un tema que pudiera lograr la reactivación del movimiento estudiantil sería ése, afirma.

ƑEntonces, hacia dónde va la reforma? La alumna Diana Fuentes señala que "pareciera que el rector De la Fuente tiene en mente otros puntos para el congreso". Por ejemplo, el de hacer algunos cambios a la LO y "modificaciones organizativas y estructurales de mediano alcance que por lo menos den la apariencia que la universidad se está democratizando".

Al respecto, Imanol Ordorika expresa que el proyecto de la autoridad "va en la lógica de generar una perspectiva de cambio a la LO, pero sin hacer una modificación sustancial del ejercicio del poder en la universidad. De acuerdo con lo que se ha filtrado, se pretende, por ejemplo, reglamentar la Junta de Gobierno, pero no están dispuestos a cambiar las formas de nombramiento de las autoridades".

Para Ambrosio Velasco hay temas más importantes a discutir que el del alza de cuotas: el fortalecimiento del nivel académico; la vinculación entre la formación de los profesionales y el ámbito nacional, y cómo recuperar el papel central de la universidad en la sociedad civil, pues en algunas áreas no se ha fortalecido.

Sin quitar la vista de la actual coyuntura, no sólo acepta que "hay una cierta apatía o indiferencia" en este proceso, también reconoce que "un congreso que no cuente con una participación significativa no va a ser la solución para la reforma".

Sostiene que la apatía debe "ser un foco amarillo para encontrar cómo puede reanimarse la participación reflexiva" de los universitarios. De hecho, la FFL no se ha quedado cruzada de brazos y el Consejo Técnico envió una serie de recomendaciones al grupo de trabajo del Consejo Universitario, con el propósito de reforzar la legitimidad del proceso, animar la participación y prevenir acciones de violencia que impidan las futuras elecciones.

Entre sus propuestas, el Consejo Técnico de la FFL plantea que el esquema decongreso_unam_feb2 organización del congreso se someta a una consulta amplia; sugiere contar con alternativas como la de votar por Internet y, "en caso extremo", considera la insaculación de los candidatos registrados en caso de que se impidan las elecciones.

Velasco expone que, en lo personal, se sentiría "fracasado" si no se lleva a cabo la reforma por la vía de un congreso democrático, representativo y legítimo, pues las consecuencias de que no pudiera llevarse a cabo un evento con dichos criterios serían: que no goce de legitimidad, aceptación o nivel académico y que se piense que "no es el congreso, sino otra estrategia la de reformar" la UNAM.

No obstante, para la profesora de la FC Guadalupe Carrasco (conocida como La Pita), el proceso en marcha ya es ilegítimo, entre otras cuestiones porque "de una comunidad de 300 mil estudiantes se da el 'chance' (en estas elecciones) de elegir a 11 personas y además de manera indirecta por insaculación; de manera que quien quede, ni siquiera va a ser conocido por la mayoría".

Integrante del grupo CGH-Ho Chi Minh, Carrasco está convencida de que en este congreso se intentará revivir "el proyecto neoliberal que han intentado imponer en la UNAM los anteriores gobiernos priístas y el foxismo actual". Recuerda que la propuesta aprobada en el plebiscito del 20 de enero de 2000 establece que las reformas de 1997, las relaciones con el Centro Nacional de Evaluación (Ceneval) y el Reglamento General de Pagos (cuotas) quedaron sin efecto hasta que este congreso dé una resolución final.

Por otra parte, indica que la CECU no sólo "deja fuera a la gran masa" de universitarios, sino expresa "el acuerdo entre las altas esferas del poder en la UNAM".

El director del Cesu, Angel Díaz Barriga, es tajante al señalar que el tema del aumento de cuotas "quedó cancelado en el debate universitario". Enfatiza que la universidad tiene que encontrar en esta reforma los puntos que le den unidad y fortaleza, pues de lo contrario el costo de la división sería muy alto. Considera que la CECU "tiene la autoridad" para sopesar qué temas deberán incluirse en el congreso.

El consejero estudiantil de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Eugenio Montalvo, manifiesta que aunque el rector ha declarado que es posible modificar la LO, se desconoce el contenido de ese planteamiento. "Lo único que se sabe es que quieren ser democráticos. Lo que no se sabe es el rumbo de la reforma y por eso no hay garantías de nada", expone.

En síntesis, el director de la FFL señala que aunque el congreso es importante, "la universidad no se juega la vida" ahí, porque si éste no se pudiera realizar tendrían que idearse otros mecanismos. En tanto, el director del Cesu externa que lo importante es encontrar la forma en que el trabajo académico vuelva a ser el eje sobre el que gire la universidad.

La estudiante Diana Fuentes considera que el rector De la Fuente "está construyendo una alianza para fortalecer su posición y combatir a la derecha universitaria, lo cual no está mal". El problema, indica, es que esa alianza "no está representando a los grandes sectores democráticos y el riesgo sería un evidente congreso de acuerdos cupulares".

La alumna no se queda ahí y hace también una crítica del sector al que pertenece. El movimiento estudiantil no ha sido capaz de hacer una propuesta. "Ahora ya no basta con decir no a las autoridades, hay que tener un proyecto, hay que ir a la comunidad y no utilizarla como número. Eso que lo hagan las autoridades". Por su parte, la profesora Guadalupe Carrasco lanza la advertencia: "si el congreso de Juan Ramón de la Fuente pasa y no lo detenemos, lo que se perfila es un conflicto de grandes dimensiones".

Para Imanol Ordorika el gran reto es abrir el debate mediante la reactivación de los colegios de personal académico, la discusión de los temas de la reforma en las comunidades, la realización de foros, debates públicos, y considera prioritarios tópicos como los del gobierno universitario y las relaciones universidad-Estado, entre otros.

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