Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 21 de febrero de 2002
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Cultura

El INBA incluiría creaciones de los también arquitectos Luis Barragán y Félix Candela

Buscan declarar monumento artístico la obra de Carlos Obregón Santacilia

Enfrentó el dilema de hacer compatible una expresión nacional con lo moderno

Presentaron el libro de Víctor Jiménez sobre el autor del Guardiola, entre otros edificios

MERRY MAC MASTERS

Existe la voluntad de que toda la obra de los arquitectos Carlos Obregón Santacilia, Luis Barragán, así como la emblemática (diez o 12 edificios) de Félix Candela, sea declarada monumento artístico. Estas palabras de Sara Topelson, directora de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes, se dieron en el contexto de la presentación de Carlos Obregón Santacilia, pionero de la arquitectura mexicana (CNCA/INBA), libro de Víctor Jiménez; el centenario del natalicio de Barragán, el 9 de marzo, y la destrucción de la estructura en forma de hipérbola parabólica, de Candela, a la entrada del teatro y comedor del Hotel Casino de la Selva, en Cuernavaca.

Procedimiento lento

Topelson recordó que se trata de un proceso lento: ''(El lunes 18) tuvimos una reunión con la Comisión de Patrimonio, que tiene muchos más años que yo trabajando en esto. Es un proceso administrativo y jurídico lento, en el cual, una vez que armamos el expediente y lo presentamos, podemos ir empujando''. La funcionaria, no obstante, ''se comprometió'' a que hubiera resultados para el próximo noviembre. Dijo que se trabaja intensamente en el salvamento del edificio El Eco. Un asistente al acto, habitante del edificio Ermita, de Juan Segura, denunció su destrucción por los mismos inquilinos.

Con la publicación del libro sobre Obregón Santacilia (1896-1961), cuya obra surge de lasantacilia corriente nacionalista -años después realizará una de las obras más significativas del art decó, la Secretaría de Salud-, se elimina ''un gran vacío'' en la historia del desarrollo de la arquitectura del siglo XX en México.

Topelson, asimismo, consideró el tomo un ''instrumento fundamental en la protección del patrimonio artístico de nuestro país''.

A nombre de la familia Obregón, Adela Vélez -nieta del arquitecto- reveló que su abuelo a su vez fue bisnieto de Benito Juárez, cuyo secretario y brazo derecho, Pedro Santacilia, se había casado con Manuela, hija mayor del presidente. El matrimonio procreó a María Santacilia, madre de Carlos Obregón, de quien éste ''sin duda heredó una conciencia social profunda y la sensibilidad artística''.

En su libro sobre el Monumento a la Revolución, Obregón Santacilia aseguró que su vocación de arquitecto vino de vivir, de los seis a los 24 años, a unas cuadras de él. Más adelante, su abuelo sería el encargado de llevar a cabo la obra, la cual, sin su voluntad, ''no se hubiese terminado'', aseguró Vélez.

Para la nieta, el libro de Jiménez hace justicia a Obregón Santacilia al haber dedicado un capítulo a los hoteles Del Prado y Reforma, ''ambos polémicos tanto por el mural del entrañable amigo de mi abuelo, Diego Rivera, y el segundo porque Mario Pani se quiso adjudicar el proyecto original habiendo solamente realizado la segunda etapa, como consta en el texto de este libro''.

(Cabe apuntar que en la actualidad el hotel Reforma está cerrado. Topelson aseguró que ''es de nuestro interés que el edificio se recupere'', por ser de los ''primeros hoteles de gran turismo en México''. Pero no se ha encontrado un inversionista que lo recupere. El edificio es de propiedad privada, está catalogado por el INBA y el instituto le daría ''la asesoría necesaria para la recuperación'', agregó la funcionaria.)

Acervo para nuevas generaciones

En 1993, Jiménez promovió la donación del archivo de Obregón Santacilia, consistente en más de mil 800 fotografías y 7 mil 160 planos de todas sus obras al INBA, con la finalidad de que dicha obra ''esté en la mano de las nuevas generaciones y difundirla'', apuntó Vélez. Mediante la gestión de Jiménez, también se impuso el nombre del arquitecto a la biblioteca de la Dirección de Arquitectura.

Sara Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, afirmó que Saúl Juárez, titular del INBA, ya se comprometió en el estudio y la difusión del archivo. Observó que a unos pasos del Palacio de Bellas Artes, donde fue la presentación, se alzan dos obras del arquitecto: el Banco de México y el edificio Guardiola.

Libro de larga realización, pues tardó nueve años, Víctor Jiménez dijo que en el subtítulo quiso calificar a Obregón Santacilia de pionero de la arquitectura mexicana para guiñar el ojo a Nicolaus Pevsner, el historiador cuyo Pioneros del diseño moderno, clásico del género, demostraba en 1936 que la arquitectura moderna no había nacido con la primera posguerra hacia 1919, y que tampoco sus primeros nombres eran Le Corbusier, Mies van der Rohe o la Bauhaus. Pevsner señaló que en los años previos surgieron figuras de capital importancia a los que llamó pioneros, es decir, precursores, reunidos en una lista que empezaba con William Morris y concluía con Walter Gropius.

Conquistar una expresión nacional

Si Frank Lloyd Wright ''fue el último especimen de una generación de grandes arquitectos que tuvo por misión preparar desde el siglo pasado la arquitectura del siglo XX'' (palabras de Obregón Santacilia), para Jiménez un papel similar cumple el arquitecto en México en los años veinte. Con él trabajaron José Villagrán, Enrique del Moral y Juan O'Gorman.

Obregón, ''detonador de la revolución arquitectónica del siglo XX'', estuvo entre los primeros que formularon el habitus de la cultura artística mexicana moderna, misma que nos dio una personalidad propia del panorama cultural del último siglo. Obregón, siguió, no rehuyó enfrentar los términos antitéticos del dilema de los arquitectos mexicanos a partir de la entonces nada sencilla conquista de una expresión mexicana en la arquitectura, sin que por esto dejara de ser moderna.

El autor, después de leer una serie de citas del arquitecto, dijo que tal vez la mayor aportación del libro ''podría consistir en permitir al lector comprender mucho mejor la arquitectura de Obregón Santacilia, confrontando las imágenes de la misma con sus lúcidas palabras. No es muy frecuente que encontremos este caso en la historia de la arquitectura''.

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