Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 16 de febrero de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Política

El Vaticano giró la orden por la proliferación de esa figura en el obispado de Ruiz

Acepta Arizmendi suspender ordenación de diáconos

ELIO HENRIQUEZ Y JOSE ANTONIO ROMAN CORRESPONSAL Y ENVIADO

San Cristobal de Las Casas, Chis., 15 de febrero. El Vaticano hizo serio extrañamiento al obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, por no atender la solicitud expresa de ''suspender por un tiempo no breve'' nuevas ordenaciones de diáconos permanentes, luego de las hechas de forma masiva por su antecesor, Samuel Ruiz García, semanas antes de dejar su cargo.

En una carta enviada por el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la curia romana, de fecha 1o. de febrero, el cardenal Jorge Medina Estévez insiste en que Arizmendi se atenga ''a las indicaciones'' de no proceder a más ordenaciones de diáconos permanentes por un periodo, ahora, ''de al menos cinco años'', después del cual Roma hará una evaluación para conceder o no nueva autorización.

La petición del Vaticano fue ''acatada'' inmediatamente por Arizmendi. En una misiva enviada por el obispo a los sacerdotes y religiosos de la diócesis, con fecha de martes 12, les comunica su decisión de suspender por ese tiempo las ordenaciones de diáconos permanentes (ministro eclesiástico de grado inferior al sacerdote que sólo está reservado a los varones y que puede ser casado). Además, les ''ruega'' a sus sacerdotes que junto con los agentes de pastoral asuman una actitud de fe, obediencia y comunión eclesial.

''Sé que las reacciones ante esta disposición pueden ser de desconcierto, decearizmendi_v15fpción, desconfianza y resentimiento contra los colaboradores inmediatos de Juan Pablo II. Se puede decir que en Roma no conocen nuestras necesidades y que, por ello, no nos comprenden; sin embargo, mi actitud de obispo en comunión con Pedro y bajo Pedro, motivado por la fe en la Iglesia y por el sacrificio de la obediencia, es acatar sin duda alguna esta disposición del Vaticano'', señala el obispo en la carta enviada a su presbiterio y religiosos.

Pese a la sugerencia hecha desde hace más de un año por el Vaticano de suspender ''por un tiempo no breve'' este tipo de ordenaciones -decisión tomada luego de la ordenación masiva de unos 400 diáconos hecha por el obispo Samuel Ruiz poco antes de dejar su cargo-, el obispo Arizmendi instruyó en diciembre a siete más en la comunidad de Alán Sac Un, teniendo la perspectiva, incluso, de hacer más ordenaciones en otras parroquias.

El extrañamiento proveniente de Roma casi fue inmediato. En la carta número 159/00 de la Congregación para el Culto Divino -de la cual La Jornada tiene copia- se manifiesta sorpresa y desconcierto por la primera recomendación no atendida por el obispo Arizmendi de suspender tales ordenaciones.

Señala que de continuar con este tipo de ordenaciones ''equivale a seguir sosteniendo un modelo eclesiológico extraño a la tradición y a la vida de la Iglesia, hecho que deja las puertas abiertas a que en otras diócesis circunstantes y con fisonomías afines se entienda como una tácita invitación a tomar análogas disposiciones''.

Incluso, le recuerda la congregación a Arizmendi en carta enviada el 17 de noviembre, que el fortalecimiento de la orientación vocacional es sin duda uno de los elementos más importantes de la ''reorientación'' de la Iglesia de San Cristóbal de las Casas, necesitada de un número razonable de sacerdotes que puedan ejercer su sagrado ministerio.

Y reitera: ''Si se continúa aumentando el número de diáconos permanentes, el peligro que se percibe es que la iniciativa sostenida por monseñor Samuel Ruiz García siga afirmándose, impidiendo la normalización de la vida eclesial en su diócesis, y lanzado a otras circunscripciones eclesiásticas un mensaje de implícito apoyo por parte de la Santa Sede a un modelo eclesial alternativo, que sería aparentemente conveniente para situaciones culturales y etnias particulares''.

La respuesta del obispo Arizmendi de acatar la petición de Roma se expresó mediante una carta de dos cuartillas a los sacerdotes y religiosos de la diócesis. Ahí, con ciertos detalles, les relata que a fines de junio del año pasado acudió a Roma y habló con el cardenal Medina Estévez. En esa reunión explicó necesidades y conveniencia de ordenar nuevos diáconos, dadas las carencias pastorales de varias comunidades.

''En ningún momento le solicité permiso para hacer nuevas ordenaciones, pues sólo se me había hecho la sugerencia de suspenderlas por un tiempo; fui sólo a presentar nuestra realidad que, a falta de sacerdotes, requiere diáconos permanentes''. Por tal razón, argumenta, ordenó a los siete diáconos en diciembre pasado, con la perspectiva de ordenar otros más.

No obstante, al señalar que acatará la decisión de Roma, en la carta dice que ''la obediencia no impide el diálogo, sino que lo exige; pero también implica una pronta disposición de acatar lo que ahora se prescribe, aunque a veces no se esté de acuerdo con la orden recibida''.

También aclara que esta petición de Roma aceptada por él ''no cierra totalmente'' el camino hacia el diaconado permanente, sino que ''sólo se suspende temporalmente'' para consolidar lo que ya existe. Por tanto, agrega, hay que seguir formando a los diáconos actuales y profundizar la formación de los candidatos al diaconado, con la advertencia muy definida de que han de pasar varios años antes de que se vea la posibilidad de nuevas ordenaciones. Seamos obedientes y realistas, sin generar expectativas que no se pueden cumplir.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año