Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 15 de febrero de 2002
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Demandan cambios en adscripción al SNI

Señora directora: Solicitamos la publicación de esta carta dirigida a Jaime Parada Avila, director general del Conacyt; Alfonso Serrano Pérez-Grovas, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), e integrantes de su consejo directivo:

Quienes suscribimos esta carta queremos expresar que compartimos con ustedes la necesidad de integrar una base de datos con información de los miembros del SNI.

Además, nos parece apropiado que se busque utilizar las nuevas tecnologías de comunicación para facilitar la evaluación académica. Sin embargo, el instrumento diseñado en la convocatoria 2002 presenta una serie de dificultades que impiden el cumplimiento de los requisitos de información y comprobación establecidos.

El sistema de captura en línea ha mostrado severas deficiencias, atribuibles a su diseño y programación.

El procedimiento para envío de documentos probatorios y publicaciones ha ocasionado innumerables problemas a los investigadores que deben digitalizar sus textos.

En las ciencias sociales y humanidades la producción se difunde principalmente a través de libros, cuya digitalización es un problema técnico nada simple de solucionar e implica la elaboración de archivos digitales de gran volumen, difícil manejo a través de los protocolos de transferencia de archivos e incómoda lectura.

Nos preocupa también la forma en que la información será evaluada por las comisiones dictaminadoras del SNI.

En toda evaluación académica seria, la lectura y discusión de la obra de los investigadores es fundamental para emitir juicios de calidad. Esta actividad será difícil de realizar mediante la sola consulta en línea de los textos.

Por lo anterior, les presentamos las siguientes propuestas e insistimos en que al menos en la presente convocatoria se flexibilice el procedimiento, ya que el actual no cuenta con el soporte técnico necesario ni con los mecanismos que aseguren el mejoramiento de la evaluación.

1. Que la base de datos para el CVU en línea se retire hasta que haya sido mejorada y probada. Para tal efecto, los solicitantes podemos informar al SNI en los próximos días los problemas técnicos que estamos teniendo para que se proceda a su solución. Además, se deben realizar pruebas que aseguren que la base de datos funciona correctamente y que es capaz de soportar el acceso simultáneo de todos los usuarios. Esto requerirá poner a disposición un conjunto de correos electrónicos del Conacyt, atendidos por personal capacitado, para resolver en forma expedita los problemas individuales.

2. Ampliar las fechas establecidas en la convocatoria para la presentación de la información. La ampliación de este plazo dependerá de la fecha en que se tenga lista y probada la base de datos. Creemos que esta medida redundará en una mejor presentación de la información, para que ésta sea más adecuada a los propósitos de evaluación. Alternativamente, sugerimos dar la posibilidad de presentar el CVU en disket siguiendo el formato establecido en años anteriores.

3. Permitir que los comprobantes de las cinco publicaciones más relevantes puedan ser presentados también en forma impresa, sobre todo cuando se trata de libros que no cuentan con soporte digital. Se propone asimismo que el SNI considere la viabilidad del envío de publicaciones por vía electrónica, ya que muchos productos de la investigación como imágenes, mapas, videos y discos compactos, difícilmente pueden ser transferidos por este medio.

Finalmente, reiteramos la importancia de que en futuros ejercicios del Conacyt la comunidad de investigadores y las comisiones dictaminadoras sean tomadas en cuenta antes de modificar sistemas y formas de evaluación.

En 18 años de existencia del SNI se ha acumulado experiencia en la forma en que se presentan los informes y en los criterios de evaluación, que de haber sido aprovechados habrían evitado muchos de los problemas causados por el sistema instrumentado este año. También se hubiera evitado el alto costo que para la investigación y las personas ha implicado invertir tiempo en un sistema inoperante.

Atentamente:

Investigadores del IISUNAM: Jorge Basurto, Guillermo Boils, Rosalba Casas G., Víctor M. Durand P., Sara Gordon, Hira de Gortari, Rebeca de Gortari, Natividad Gutiérrez C., René Jiménez O., Julio Labastida Martín del Campo, Estela Martínez B., Elena Lazos, Matilde Luna L., Verónica Montes de Oca, Humberto Muñoz G., Luisa Paré, Juan M. Ortega R., Ricardo Pozas H., Mario Ramírez R., Roberto Rodríguez G., Martha Judith S., Ma. Josefa Santos, Sergio Sarmiento S., Francisco Valdés U., Lorenza Villa L., Arturo Warman, Carlos Welti y Judith Zubieta


Cuernavaca, en riesgo de convertirse en un mercado gigantesco

Mi estimada Carmen: Concentrados y abrumados por noticias sobre los infortunios y agravios que nos deparan aeropuertos, periféricos verticales, trapacerías pemexianas, "coinversiones" y el terrorismo de Estado del 68, todo ello de profunda vocación globalifílica terruña, nos hemos olvidado del ecocidio y la destrucción que se están cometiendo en Cuernavaca en nombre, éstos también, del progreso, la modernidad y el orden.

Greenpeace y otros sectores en resistencia de la sociedad civil nos lo recuerdan: la otrora ciudad de la eterna primavera está a punto de convertirse en un gigantesco super mall, personificado en la megatienda Costco vs. ex Casino de la Selva.

"Y es que los árboles y los murales no dan trabajo", sostienen de manera necia y tozuda el alcalde y gobernador panistas.

El gran capital y los consorcios trasnacionales no tienen respeto ni por la ecología ni por el patrimonio cultural, pero tampoco por los tendajones, changarros y estanquillos de la esquina a quienes Vicente Fox pretende redimir con el "a'i te dejo esos dos pesos...", parafraseando al inolvidable Chava Flores.

Y nosotros los marxistas que pensábamos que los panistas con su vocación cristiana se salvaban del grosero y pecaminoso materialismo. Pero no, ahí están también como otro botón de muestra los alcaldes y funcionarios panistas que se despachan con la cuchara más grandes y cuantiosa, asignándose los mayores sueldos. Quizás para recordarle 50 por ciento de los asalariados que sobreviven con menos de dos salarios mínimos que en la viña del señor todavía hay clases y diferencias sociales y que es mejor pájaro en mano (aunque sea muerto por infición) que cientos volando.

Atentamente:

Américo Saldívar (UNAM), Tlayacapan, Morelos


Precisiones del Taller de Gráfica Popular

Señora directora: En el suplemento cultural del pasado domingo, dedicado a Posada, se publican la calavera zapatista y la calavera huertista. Ninguna es de Posada, como lo asienta en su artículo Cardoza y Aragón, apoyándose en la opinión de Leopoldo Méndez, y tampoco se aclara que son de la autoría de Manuel Manilla, ilustrador autodidacta que precedió a Posada en la editorial de Vanegas Arroyo.

El pasado jueves en Dr. Manuel Villada 46, Col. Doctores, sede del Taller de Gráfica Popular ?heredero vivo de don Lupe?, en una charla ilustrada con diapositivas, propuse el cambio de nombre para los grabados mencionados: la calavera zapatista por la calavera de los rurales, y apoyé esta versión con fotos de los rurales porfiristas, que eran la policía represiva del campo, cuya vestimenta es semejante a la estampa.

A la calavera huertista propuse que se le llamara calavera del tifo.

Primero, porque Posada muere el 20 de enero, antes de la Decena Trágica, a casi un mes de los asesinatos de Madero y Pino Suarez, que le ganó a Huerta el mote lapidario de Chacal. El morbo de la calavera y su ambiente terrorífico completan los motivos del cambio.

Además, Cardoza y Aragón y Marco Antonio Campos afirman en la edición mencionada que don Lupe produjo 20 mil grabados. Hector R. Olea, autor del libro Supervivencia del litógrafo José Guadalupe Posada, enlista algunas de las siguentes cifras:

Jaled Muyaes, más de 15 mil; Erasto Cortés Juárez, compañero del TGP, 16 mil; Frances Toor, 15 mil, y Antonio Rodríguez, 20 mil, entre grabados en madera, plomo, zinc y litografías, entre 1871 y 1913.

Olea afirma que la obra efectiva de Posada se desarrolló entre septiembre de 1882 y noviembre de 1912.

Si se calcula un grabado diario como promedio ?sin contar los 54 domingos y 11 fiestas de guardar?, tenemos 300 por año, que por 30 dan 9 mil.

 Rectificando la llegada de Posada a la capital y ubicándola en 1888, dan 25 años de trabajo, por lo que el resultado sería 7 mil 500 estampas.

Este número, creemos, es más acercado a la verdad.

Atentamente:

Mtro. Jesús Alvarez Amaya, coordinador general del Taller de Gráfica Popular
 
 

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