Nada sucede sólo por el azar: Tom Tykwer

Ť Franka Potente, protagonista de la cinta, ''la mejor actriz germana de mi generación''

NURIA IBAÑEZ ESPECIAL PARA LA JORNADA

El efecto mariposa adquiere la fuerza de un vendaval en La princesa y el guerrero. ¿Qué habría pasado si a la protagonista no la hubiera atropellado un camión? "Me gusta pensar que en la vida nada sucede por azar", confiesa su director, el alemán Tom Tykwer, quien saltó a la fama con Corre, Lola, corre.

Tras haber interpretado a la atlética Lola de pelo rojizo que se pasaba más de media película corriendo en esta película, Franka Potente, compañera sentimenal del director, es también la protagonista de La princesa y el guerrero.

"Franka es simplemente la mejor actriz alemana de mi generación", subraya Tykwer sobre esta joven intérprete que ya ha pegado el salto al cine norteamericano con Blow y Bourne identity. Según Tykwer, el punto de partida de la película fue una imagen: ella yace debajo de un camión tras ser arrollada por este automóvil, y él la salva de morir ahogada cuando le practica una traqueotomía con una navaja y una pajita de plástico. Nunca antes en el cine se había visto un flechazo tan sangriento y silencioso a la vez.

Una especie de misticismo salta en la pantalla que convierte este encuentro en una obsesión para la protagonista, quien comienza a creer en las casualidades para cambiar su destino.

-¿Franka Potente será la musa de sus películas?

-Ella es simplemente la mejor actriz de su edad que tenemos en Alemania y la más polifacética. Tiene la increíble cualidad de ser convincente en cualquier papel que haga. Sólo con verla, sin saber por qué, te quedas fascinado. Cuando la ves te parece sublime, pero cuando actúa consigue parecer tan humana y normal como el resto de los mortales. No es una supermodelo despampanante pero resulta espectacular, y ése es su secreto.

-¿Qué opinas del salto de Potente al cine estadunidense?

-Me parece muy bien. Ella ha aceptado hacer determinados papeles interesantes, pero también seguirá actuando en Europa. Está interesada en todas las áreas. Lo mismo me ocurre a mí, no me importa el lugar si tiene un sentido que se haga en ese sitio.

-La princesa y el guerrero es una historia de amor que hace hincapié en la capacidad redentora del amor.

-Sí, especialmente en una situación desesperada, cuando de forma inesperada llega el amor, tan bello y sencillo a la vez, parece que da sentido a todo. Me gustó hablar de esta capacidad redentora porque he estado en situaciones similares.

-¿Por qué un título tan épico?

-Para mí es una película épica. Pese a ser una historia insólita, los personajes son héroes. Lo que siempre me ha fascinado de los filmes épicos es que los personajes, pese a estar anclados a la realidad, se elevan por encima de la vida y alcanzan un estado sublime.

-La protagonista se agarra a la idea del destino como mecanismo para cambiar su vida, ¿usted también cree en su poder?

-Creo que el destino está muy influido por las casualidades y viceversa. Son dos fuerzas contrapuestas que se necesitan. Hay situaciones en las que parece que todo ha sido planificado a la perfección, pero por otro lado, hay ocasiones en las que todo parece una mera sucesión de casualidades. Me gusta pensar que no hay nada que suceda simplemente por azar, y que todas las casualidades tienen un sentido final. Creo que esta película sólo puede ser contada con este tipo de lenguaje, ya que por el contrario perdería toda su sustancia.

-La película narra uno de los flechazos más insólitos que ha dado el cine: los protagonistas se conocen debajo de un camión y él le practica una traqueotomía. ¿Cómo surgió la idea?

-Quería provocar en el espectador una especie de shock, como cuando te despiertas de una pesadilla y poco a poco empiezas a tomar conciencia de dónde estás. Cuando se me ocurrió esta escena aún no sabía el tema de la película, pero tenía claro que si alguien está debajo de un coche ahogándose tenía que entrar alguien a salvarle la vida. Los cineastas siempre tenemos en mente una escena, que ante todo representa una atmósfera, que es la que acaba dando cuerpo a la película. A partir de ésta, surgen los personajes y el resto de la historia.

-Los protagonistas son dos polos opuestos: ella busca amar a alguien, y él huye del amor. ¿Te gusta crear esa tensión con los personajes?

-Casi todas las parejas están formadas por polos opuestos. Aparentemente son muy distintos, pero en el fondo tienen muchas cosas en común. Con esto trato de demostrar que las relaciones humanas se quedan en la superficie, en los aspectos externos, y no indagan en las posibles similitudes internas. En general, este tipo de actitud es más propia de los hombres que de las mujeres. Este proceso, en el que el hombre tiene que enfrentarse a sus verdaderos sentimientos, provoca una energía que está moviendo el mundo.

-Ambos protagonistas son huérfanos, ¿es una metáfora sobre la distancia que existe hoy en día entre generaciones?.

-Sí, mi generación y la de mis padres se encontraban en guerra permanente. Pero ahora, pese a existir una mayor tolerancia hacia las ideas de los progenitores, la distancia es más insalvable que antes. En el fondo es lo que le ocurre al protagonista: está tan ajeno a lo que ocurre a su alrededor que se ha creado una coraza inexpugnable.