Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 17 de enero de 2002
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Sociedad y Justicia
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Ť En los últimos años se incrementó el número de huracanes e incendios forestales

Daños en el país por el cambio climático global

Ť Fuerte iregularidad hídrica, con tendencia a la sequía y la desertificación en amplias zonas

ANGELICA ENCISO

El cambio climático en México se comenzó a reflejar en el incremento de huracanes e incendios forestales en los últimos años. A causa de estos fenómenos, tan sólo en las dos recientes décadas 10 mil personas perdieron la vida y los daños sumaron 14 mil millones de dólares.

Asimismo, de 1990 a 2000 la ocurrencia de los desastres naturales en el mundo se ha triplicado en comparación con la década de los sesenta, mientras que el costo de los daños -23 mil 755 millones de dólares- ha crecido nueve veces respecto del mismo periodo únicamente en América Latina. Cada vez los eventos climáticos extremos son más intensos, al igual que los desastres de origen hidrometeorológico.

En los años recientes se han observado anomalías en el clima que podrían ser más intensas que las experimentadas años atrás e investigaciones sugieren que la ocurrencia del cambio climático global está provocando la intensificación del ciclo hidrológico que se manifiesta en estos desastres naturales, indica la Segunda Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Eventos climáticos extremos

El documento hace un recuento del incremento en la presencia e intensidad de estos fenómenos. A partir de 1980 se comenzaron a presentar eventos climáticos extremos: en 1982 el huracán Paul, en 1985 lluvias torrenciales en Nayarit, en 1988 el huracán Gilberto, en 1995 los huracanes Ismael y Opal, en 1997 el huracán Paulina, en 1998 lluvias torrenciales en Chiapas y en 1999 lluvias torrenciales en el Golfo, centro y sureste del país, que afectaron básicamente a Veracruz y Puebla.

Advierte también que la prolongada sequía de la última década parece ser resultado de cambios climáticos globales. Los eventos de El Niño se empezaron a presentar con mayor frecuencia e intensidad en comparación con periodos anteriores. Además se ha dado una constante irregularidad hídrica, con fuerte tendencia a la sequía y a la desertificación, en amplias zonas del territorio.

En este periodo aumentó la secuencia de incendios forestales y el periodo más crítico fue 1998, cuando se registraron 14 mil 445, pero entre 1992 y 1997 el promedio fue de 7 mil 198 siniestros. El hecho de que en los años recientes se hayan presentado temperaturas más altas que las promedio parece ser un síntoma del cambio climático, e incluso el hecho de que El Niño se haya presentado con mayor frecuencia e intensidad es un indicador, apunta.

Repercusiones de El Niño

En nuestro país El Niño tiene serias repercusiones, ya que las lluvias de invierno se intensifican y las de verano se debilitan, en la zona centro y norte del país se incrementan los frentes fríos en invierno, en tanto que durante el verano aparecen las sequías y disminuye el número de huracanes en el Atlántico, el mar Caribe y el Golfo de México. Estos trastornos climáticos afectan económicamente sobre todo a los agricultores, cuyas cosechas se ven afectadas con bajos rendimientos y los campesinos se ven obligados a emigrar a las ciudades, señala el texto.

Agrega que los ciclos de agua y sequía están vinculados con fenómenos atmosféricos y oceánicos globales, especialmente con el ciclo de calentamiento y enfriamiento de la costa del Pacífico vinculado con el fenómeno de El Niño -calentamiento- y La Niña -ciclo de enfriamiento-, y "existe cierta evidencia de que la frecuencia de estos fenómenos cíclicos oceánicos y atmosféricos puede verse incrementada con el calentamiento global del planeta, lo cual vincularía de manera preocupante sequías en el norte de México con las emisiones de gases de invernadero a nivel planetario".

Estamos en el "cinturón de fuego" y en una de las regiones generadoras de ciclones

Además del impacto que representa el cambio climático, se suma el hecho de que el país es altamente vulnerable a los desastres naturales por estar situado en el "cinturón de fuego", donde ocurre 80 por ciento de la actividad sísmica y volcánica a escala mundial, y dentro de cuatro de las seis regiones generadoras de ciclones en el planeta. Sin embargo, esta vulnerabilidad se puede incrementar dados los resultados de estudios sobre el cambio climático que advierten del riesgo de una mayor presentación de fenómenos naturales extremos.

Las negociaciones que se realizan en el Protocolo de Kioto derivadas de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático apremian a que México lleve a cabo estudios para determinar las emisiones de gases con efecto invernadero en las áreas de energía y forestal.

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