Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 14 de enero de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas

Política
016a1n1pol

Sergio Valls Hernández

Presupuesto judicial escaso

No debe pasar inadvertido el hecho de que, de acuerdo con las cifras, el presupuesto asignado a la impartición de justicia federal mexicana para el presente ejercicio disminuyó en forma considerable respecto del autorizado para 2001, mismo que ascendió a un gasto aproximado de 13 mil 803 millones de pesos, lo que significó un aumento porcentual cercano a 24 por ciento, en relación con el importe ejercido durante 2000.

Ahora bien, contrariamente a lo que pudiera esperarse, considerando que teóricamente existe alto grado de conciencia sobre la necesidad de contar con una justicia pronta, completa, imparcial y gratuita, para este año se autorizó una cifra cercana a los 15 mil 363 millones de pesos, importe que representa aproximadamente 11.3 por ciento de incremento en relación con 2001, a lo cual habría que disminuir, por lo menos, el porcentaje de la inflación que el Banco de México calcule al cierre del presente ciclo.

Estas cifras hablan por sí solas, si bien es cierto que las condiciones universales en materia económica son desfavorables para la mayoría de las naciones, también lo es que la protección jurídica de los individuos es un derecho que no debe soslayarse y que la justicia debe ocupar uno de los primeros lugares en el itinerario de la política presupuestal, y no sólo en el aspecto financiero, sino en el de las cuestiones legislativa y administrativa, comprendiendo todas sus aristas.

A través de la justicia los mexicanos concretamos nuestros ideales como nación, satisfacemos nuestras aspiraciones de equidad, donde la balanza interior de nuestra esencia exige el equilibrio entre lo apropiado y lo inaceptable. Es México un país de búsqueda constante de integridad, de neutralidad, de objetividad, ésta ha sido nuestra historia, hemos fundado nuestras expectativas en un México más justo, más armónico, donde fluyan por igual las oportunidades para todos, donde existan los medios que permitan desahogar las tensiones acumuladas entre los miembros de la sociedad, vía la justicia, donde desaparezcan la inseguridad y la impunidad, que hoy por hoy se han propagado, y sean sustituidas por su antítesis: la legalidad.

Nuestra historia como nación no podría concebirse sin el caminar paralelo del avance de la justicia, del respeto por las leyes; los mexicanos justificamos nuestro existir en razón de las batallas ganadas, sí, pero siempre guiados por el estandarte doctrinario de la justicia que ha sido plasmado en nuestra Constitución como declaraciones fundamentales de una nación que ha luchado por materializar sus más valiosas aspiraciones.

Entonces, Ƒpor qué no encaminar todos nuestros impulsos a satisfacer a plenitud ese espíritu, esa avidez de justicia que arde como una llama en nuestro ser, que al menos nuestros anales así lo demuestran?

Estamos conscientes de que un presupuesto suficiente no lo es todo, que se requiere perfilar una justicia integral, donde todos los factores que la componen respondan a satisfacer las necesidades de una procuración de justicia eficiente; de una impartición de justicia pronta, completa, imparcial y gratuita; de unas leyes acordes a nuestra realidad; de un Poder Ejecutivo decidido a cumplir y hacer cumplir las leyes y los fallos que dicte el Poder Judicial.

En este escenario, ojalá que los números apuntados no sean un reflejo de la escasa o nula importancia que, para quienes deciden su monto, represente la justicia en nuestro país, sino que sólo sean una refracción de lo exiguo de nuestras finanzas.

[email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año