Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 14 de enero de 2002
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Política
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Ť Justificados, los nuevos gravámenes; la reforma fiscal favorece a los ricos, afirman

Campaña de desprestigio contra el Congreso, para fortalecer al Presidente: especialistas

Ť Los ataques de los empresarios a los legisladores, para lograr canonjías, expresa el director de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México

KARINA AVILES

El director de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, Guillermo Ramírez, explicó que con "el linchamiento al Congreso de la Unión, por parte de la iniciativa privada, se busca debilitar al Legislativo en favor del Ejecutivo". En tanto, Gabriela Ríos Granados, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), manifestó que los impuestos de los que se quejan los empresarios están justificados, porque para que el Estado pueda poner un gravamen debe basarse en el fundamento jurídico de que el contribuyente tenga capacidad de pago.

En entrevistas por separado, los especialistas hablaron sobre los efectos económicos y políticos de los nuevos impuestos aprobados por el Congreso.

Guillermo Ramírez afirmó: "Exageran los empresarios (en sus reclamos) porque si a alguien favorece la llamada reforma fiscal es a los ricos". Es indudable, agregó, que "en el linchamiento al Congreso " protestan las personas "más beneficiadas, seguramente por el Presidente. El equipo del Ejecutivo es muy hábil para aprovechar los errores. Ya se vio lo que ocurrió con el hoy, hoy, hoy".

En su opinión, la polémica entre la iniciativa privada y los legisladores se trata de "un juego político, y quien resulta más beneficiado del desprestigio al Legislativo es el Ejecutivo. Parte de la campaña de los empresarios está encaminada a la búsqueda de canonjías, a tomar ventajas y a desacreditar al Poder Legislativo".

Mientras no exista una política de Estado predominará la de un grupo, destacó. "ƑDónde está el acuerdo nacional para impulsar la economía nacional y la democracia? Si no hay ese pacto, se valen todas las trampas."

No obstante, el también profesor emérito de la universidad consideró que los legisladores cometieron muchas equivocaciones en "tiempo, forma y fondo, y se pusieron de pechito para ser atacados por aquellos que pudieran tener una conveniencia de demeritar al Legislativo".

Por ejemplo, el Congreso establece plazos concretos para la emisión del Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos, y parece ser que la norma se rompió. Ello también demuestra que la legislación en materia fiscal es obsoleta, apuntó.

Pero además, añadió, "la técnica fiscal también se les olvidó a los legisladores. Es una aberración tener siete tasas, como las que hay ahora, porque eso es inmanejable. ƑQué va a hacer Hacienda con la tasa cero, la exenta para algunos productos, la de 5 por ciento a los artículos de lujo, la de 10 que se establece en la frontera o la de 15 que todos conocemos?"

La pregunta es si los legisladores van a aceptar la provocación o si van a dar marcha atrás a los cambios realizados, expresó.

La justificación jurídica

Por su parte, Gabriela Ríos Granados, especialista en asuntos fiscales, explicó que "la justificación jurídica para poner un impuesto al contribuyente consiste en que éste tenga la capacidad de pago, y claro está que los empresarios inconformes sí la tienen".

El IVA a alimentos y medicinas es inconstitucional, porque los pobres no tienen capacidad para pagarlo. "Pero si yo veo que tú estás generando ingresos, tengo todo el derecho de ponerte un impuesto porque tienes esa capacidad de pagarme, siempre y cuando yo advierta los principios establecidos en la Constitución".

En razón de lo anterior, "si hay capacidad de contribución por parte de las empresas, los impuestos estarían justificados", aunque también es necesario analizar quiénes son los sujetos pasivos de ese gravamen.

La experta aclaró que las recientes modificaciones al sistema tributario no son una reforma fiscal. Para que lo fuera, dijo, debería encarnar un proyecto de nación y tendría que ir acompañada de una reforma del Estado.

También debería observar los principios de justicia tributaria, capacidad contributiva, equidad y distribución de la riqueza. Además, impulsar la economía nacional y generar ingresos públicos con el objetivo de otorgar servicios de calidad del Estado.

Explicó que los nuevos impuestos, por ejemplo el de elevar el costo de los denominados artículos suntuarios como el caviar o el salmón, inciden principalmente en el consumo y no en el ingreso. Por eso se denominan indirectos.

El efecto de este tipo de impuestos es la sustitución; es decir, la gente de clase media remplazará los productos por otros de menor costo. Y la gente de mayor capacidad económica los seguirá comprando. Al generarse la sustitución, a través de una evasión legal de impuestos, no se recaudarán los ingresos fiscales esperados, apuntó.

Sin embargo, la iniciativa del presidente Fox -"alimentada por las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)"- no se ajustaba a la realidad social del país, que tiene una población y una economía marginada. Para que México pueda ser una nación de beneficios fiscales lo primero que se debe hacer es crear fuentes de trabajo y de producción, concluyó.

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