MIERCOLES Ť 12 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Autodidacta y de asombroso talento, Felipe Ramírez trabaja imágenes desde hace 10 años

Para restaurar iconos religiosos no hay que verlos con los ojos de la fe

Ť "Cuando se restaura se puede sentir al maestro que lo hizo aunque esté muerto", afirma

Ť Los del INAH "ni siquiera miraron mi carpeta" cuando se reparó el castillo de Chapultepec

MARIANA NORANDI ESPECIAL

Escondido, mimetizado en el paisaje defeño, entre las calles Francisco del Paso y el Eje 5, bajo el puente peatonal de la estación Apatlaco del Metro, trabaja un gran artista. Maestro autodidacta de la talla en madera y de la restauración de piezas religiosas, Felipe Ramírez Sánchez trabaja obras pictóricas y escultóricas con asombroso talento.

Este joven perito heredó de su padre la profesión de carpintero y el esmero por el perfeccionamiento técnico. Desde hace más de 10 años trabaja en el taller Decora de la colonia Magdalena Atlazolpa, en el cual poco a poco se ha especializado en la reconstrucción y restauración de imágenes religiosas. Cuando se aproxima el 12 de diciembre, son muchas las personas que le encargan retocar o reparar su virgen de Guadalupe para que luzca radiante. En plena faena reparadora, el maestro recibe a La Jornada.

-ƑCómo pasa de ser carpintero a restaurador?

-Realmente no sé cuándo aprendí. Creo que toda la gente tiene algo y en algún momento ese algo o don se manifiesta por necesidad. En mi caso fui practicando de acuerdo con los pedidos de mis clientes.

-ƑCon qué materiales trabaja?

-Con muy diversos: pasta de arroz, yeso, resina, fibra de vidrio, madera o porcelana.

Reconstrucción de dedos, lo más común

-ƑQué tipo de restauración es la más común?

-La reconstrucción de dedos, aunque hacemos de todo, ya que a veces sólo es retocar alguna pieza, pero otras llegan imágenes hechas pedazos que requieren más trabajo.

-ƑQué es lo más complicado de restaurar en una virgen?

-La cara, las manos y los pies. En cuanto al color, lo más complicado es el oro.

-ƑEs un trabajo caro?

-Yo no lo considero caro, el trabajo puede ser desde 30 pesos a ocho mil, depende del tipo de pieza. Lo que ocurre es que no estamos educados a apreciar algo bello y no sabemos lo que cuesta restaurar una pieza. Desgraciadamente la mayor parte de la gente piensa que restaurar es como comprar un kilo de jitomates. Este trabajo no lo puede hacer cualquiera. Quien tiene alas puede volar, y aquí sólo quien tenga talento puede restaurar.

-ƑLe llegan muchas obras de arte?

-Son las que más me motivan porque se siente el magnetismo de esas piezas. Cuando se restaura se puede sentir, se puede incluso llegar a conocer al maestro que lo hizo aunque esté muerto; se puede sentir si sudó, si tuvo frío o calor. El autor deja algo de vida en la obra.

-ƑCuál fue el caso más extraño que le ha llegado?

-Una vez restauré un Cristo que tenía una moneda de oro escondida en el centro del corazón y su dueño no lo sabía.

-ƑCuál la pieza más antigua?

-Restauré un Cristo del siglo XVII de la iglesia de Santa María de Almoloya, Oaxaca.

-ƑSe ha encontrado con piezas milagrosas?

-Muchas veces. Por ahí tengo un santito que creen que es milagroso y una vez restauré un niño Dios que dicen que lloraba. También restauramos una virgen de dos metros para la comunidad de la Magdalena que dicen que le sacaron unas fotografías en las que cambiaba de color.

-ƑRealmente cambiaba de color?

-Yo siempre la vi del mismo. Mire, aquí a nosotros nos llegan muchas piezas, pero no podemos verlas con los ojos de la fe, sólo con los del trabajo, si no nos daría miedo tocarlas. A veces tengo que arrancarle un brazo a un Cristo o a una virgen para repararla. En esos casos no dejo que la gente me vea porque me mira como si yo fuera un romano.

-ƑQué le piden que conserve de la Virgen de Guadalupe?

-La gente es muy extraña, me ha tocado restaurar imágenes de la virgen que vienen chuecas o bizcas y sus dueños quieren que mantenga esos rasgos. Creo que los fabricantes de vírgenes de yeso deberían ser más cuidadosos y, por lo que representan, dejarlas más bonitas. La mayor parte de la gente dice que no hay Virgen de Guadalupe fea y eso sí lo cuestiono porque hay versiones muy malas, chuecas, flacas, torcidas, bizcas o con los labios mal pintados.

Memoria gráfica

Acabada la plática, Felipe muestra una carpeta con fotografías en las que aparece resumida su larga trayectoria de restaurador. Arcones, retablos barrocos, Cristos, biombos, pasajes bíblicos, ángeles, vírgenes y un sinfín de trabajos de gran valor artístico.

En su conversación el maestro muestra resentimiento contra instituciones oficiales academicistas: "cuando restauraron el castillo de Chapultepec llevé mi carpeta y los del INAH ni siquiera quisieron mirarla". Su condición de autodidacta lo aparta del círculo de artistas restauradores del país, a pesar de que, en ocasiones, varias iglesias le han encargado trabajos que antes habían sido restaurados por personas de instituciones oficiales, por deterioro precoz. "Creo que en el INAH hay gente que sabe mucho, pero desgraciadamente no son todos."