Comentario de Monsiváis sobre el trato a seropositivos
en Cuba
Señora directora: Estoy convencido y desde
hace tiempo del carácter dictatorial del gobierno de Cuba, régimen
ayudado desconsideradamente por el bloqueo norteamericano, otra prueba
y no de las menores de que el imperialismo sí existe. De este modo,
a cuenta del bloqueo se justifican la supresión de libertades, la
violación interminable de los derechos humanos y la jactancia que
exige homenajes a cuenta de todas sus prohibiciones.
No obstante mi certidumbre respecto a la dictadura de
Fidel Castro, me volví a sorprender con la nota de La Jornada
(5 de junio de 2001), de título desafiante "La internación
obligatoria de enfermos aminoró la propagación del mal en
Cuba".
Son devastadores los datos sobre estos campos de concentración
de enfermos, piadosamente llamados sidatorios (¿Por qué
no sidaretos, para recordar los lazaretos y la internación
obligatoria de los leprosos?).
Según la nota de AFP, el programa de reclusión
sídica implicó de 1986 a 1993, el aprisionamiento clínico
de portadores y enfermos en los 15 sanatorios especializados de Cuba. A
las objeciones formuladas (la anulación de los derechos humanos
de seropositivos y enfermos, la segregación inaudita, la decisión
teológica de considerar a un conjunto de personas "portadores del
mal", la certeza de que los afectados por el sida o son ignorantes irremisibles
o buscan vengarse propagando la enfermedad), el régimen de las libertades
siempre pospuestas responde asegurando "que el método de prisión
preventiva impidió la rápida propagación de la enfermedad,
garantizó una atención inmediata y provocó que los
enfermos formaran grupos de ayuda mutua".
No cabe duda: las dictaduras, según sus promotores
siempre son más eficaces, y ya la derecha mexicana dispone de un
modelo óptimo de control: los sidatarios cubanos. Se oculta
la severidad de la pandemia, se inhiben las grandes campañas preventivas,
se le impone a los internados la doble condición de enfermos y de
nuevos leprosos medievales, y se subraya el carácter asocial de
los infectados, que no merecen la libertad de movimiento ?no otro es el
mensaje? al no ser responsables de sus actos.
La nota de La Jornada informa de un gesto carifilantrópico,
desde 1993 la concepción del sanatorio cambió y dejó
de ser un lugar de internación forzada para convertirse en una institución
educativa. ¡Loado sea el Comandante, que le da la oportunidad a los
enfermos de educarse como moribundos!
¿En que consiste la pedagogía clínica?
La nota es elocuente. "Cada seropositivo debe pasar un periodo de internación
de tres a seis meses, en los cuales aprende a convivir con su enfermedad.
Luego solicita a una comisión interdisciplinaria (médicos,
psicólogos, psiquiatras, entre otros) su paso al régimen
ambulatorio. No todos son aceptados y algunos deben permanecer en los sanatorios,
pero la mayoría pasa a régimen ambulatorio, una cantidad
difícil de precisar pues cambia constantemente".
¡Qué humanismo! Aislados, sentenciados a
no mezclarse con los sanos "porque los contagian", dedicados a sólo
pensar en su enfermedad, sin posibilidad de trabajar (algo que la mayoría
realizaría sin problemas), los seropositivos y los enfermos conviven
con su mal y ?supongo? llegan a quererlo. Algunos ya no salen de su "montaña
trágica", otros se instalan en el régimen ambulatorio, nómadas
vigilados que no deben ver en su libertad un derecho sino un regalo del
gobierno.
Y las preguntas al respecto persisten: ¿cómo
impedir lo que la nota misma declara inevitable, la propagación
del sida? ¿Las millones de pruebas obligatorias, esa medida de policía
sanitario, garantiza que no quede fuera de la internación ningún
"vampiro postmoderno"? ¿Y los tristes? ¿Cuáles son,
en última instancia, los derechos de los enfermos en la Cuba castrista?
No propongo desde luego como alternativa a las medidas
sanitarias de la dictadura cubana, la política de salud de los gobiernos
mexicanos que, de Miguel de la Madrid en adelante, se abstienen de las
grandes campañas de prevención "para no ofender a la Iglesia"
(Merece un reconocimiento especial el secretario de Salud Jesús
Kumate que procuró con diligencia no hacer nada al respecto). Pero
si como afirma Onusida, los factores más notables en el desarrollo
de la pandemia son "la falta de métodos de detección, el
rechazo a saber y los prejuicios", ¿de que sirven entonces las cárceles?hospitales
salvo para probar la omnipotencia del Estado?
Carlos Monsiváis
Víctimas de Cavallo ofrecen testimonio público
en México
Señora directora: Nosotros, ciudadanos argentinos
residentes en la República Argentina, en nuestra calidad de ex detenidos-desaparecidos
de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), de Buenos Aires,
entre 1978 y 1981, durante la dictadura militar (1976-1983), hemos venido
a México a ofrecer nuestro testimonio como víctimas directas
del ex marino argentino Ricardo Miguel Cavallo ?alias Marcelo Carrasco
o Sérpico?, detenido en este país con fines de extradición
a España.
Cavallo pretende deslindarse de los crímenes que
cometió; de los que hemos sido testigos y víctimas y venimos
a manifestarlo públicamente ante la sociedad mexicana, a la que
pedimos su solidaridad para que nunca más ninguna persona sufra
lo que nosotros hemos visto y sufrido.
A cargo del sector llamado La pecera, en la Esma,
Ricardo Miguel Cavallo sometió a secuestro, tortura y trabajo forzados
a Enrique Fukman, Carlos Lordkipanidse y Ana María Testa, como parte
de las actividades delictivas que llevaba a cabo su grupo de tarea, entre
ellas la falsificación de documentos para apropiarse de los bienes
de las víctimas secuestradas-desaparecidas, la falsificación
de pasaportes y moneda extranjera.
En el caso de Cristina Muro, el grupo de tarea que dirigía
el entonces marino Ricardo Miguel Cavallo, secuestró en 1977 de
su hogar a su esposo Carlos Alberto Chiappolini.
Como víctimas directas del señor Ricardo
Miguel Cavallo, sobre quien pende un proceso de extradición a España
por crímenes de genocidio, tortura y terrorismo, los abajo firmantes
hemos llegado a este país a reiterar nuestra solicitud, ante el
gobierno y la justicia mexicanos, para que ratifiquen la decisión
tomada por la SRE, en el sentido de permitir que el ex marino argentino,
hoy detenido en este país, sea extraditado a la brevedad posible
a España y juzgado allí conforme a derecho.
De ocurrir así, México sentaría un
precedente histórico invaluable en materia de defensa de los derechos
humanos, en concordancia con los más altos principios de la jurisprudencia
internacional con relación a crímenes contra la humanidad
como son la tortura, el genocidio y el terrorismo.
Invitamos a los medios de comunicación mexicanos
y a la prensa extranjera acreditada en este país a la conferencia
de prensa que tendrá lugar el jueves 7 de junio, a las 12 horas,
en la Casa Lamm, Alvaro Obregón 99, Col. Roma.
Atentamente:
Ex detenidos-desaparecidos en la Esma: Enrique Fukman
(1978-1980); Carlos Lordkipanidse (1978-1981); Ana María Testa (1979-1980)
y Cristina Muro, esposa de Carlos Alberto Chiappolini, detenido en 1977
y desaparecido hasta ahora
Jaime Cárdenas no milita en PRD: Ortega
Señora directora: Le solicito de la manera
más atenta publicar esta carta en la sección El Correo Ilustrado,
considerando las siguientes precisiones en relación al artículo
publicado por Miguel Angel Velázquez en la columna Ciudad Perdida
del 4 de junio.
He leído con atención su columna y sólo
quiero hacerle las siguientes precisiones.
1. Nunca he llegado al despacho de Andrés Manuel
López Obrador llevando a Jaime Cárdenas. Eso que usted dice
"que cuentan" es una mentira que tiene, nuevamente, una perversa intención.
2. Una persona como usted, que diariamente comenta en
su columna acontecimientos políticos, sabe perfectamente que el
doctor Cárdenas no es militante del PRD.
3. Es absolutamente falso que el Dr. Cárdenas sea
"un muy importante funcionario del PRD".
4. Es mentira que "pertenece al circulo de mayor relevancia
dentro de su partido".
5. No hay consejero del PRD ni de ningún partido
en el IFE. Los consejeros electorales fueron nombrados por la Cámara
de Diputados a propuesta de los grupos parlamentarios.
6. El grupo parlamentario del PRD en dicha cámara
nunca propuso al Dr. Cárdenas como consejero electoral.
7. Si tan sólo se conociera la ley, se sabría
que una condición para ser miembro consejero del Consejo General
del IFE es "no desempeñar ni haber desempeñado cargo de dirección
nacional o estatal en algún partido político en los cinco
años anteriores a la designación".
8.- Cuando conocí al Dr. Cárdenas, él
ya era consejero.
¿Como es posible tanta mentira en tan sólo
cuatro párrafos?
Sen. Jesús Ortega Martínez
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