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México, D.F. miércoles  6 de junio de 2001
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Comentario de Monsiváis sobre el trato a seropositivos en Cuba

Señora directora: Estoy convencido y desde hace tiempo del carácter dictatorial del gobierno de Cuba, régimen ayudado desconsideradamente por el bloqueo norteamericano, otra prueba y no de las menores de que el imperialismo sí existe. De este modo, a cuenta del bloqueo se justifican la supresión de libertades, la violación interminable de los derechos humanos y la jactancia que exige homenajes a cuenta de todas sus prohibiciones. 

No obstante mi certidumbre respecto a la dictadura de Fidel Castro, me volví a sorprender con la nota de La Jornada (5 de junio de 2001), de título desafiante "La internación obligatoria de enfermos aminoró la propagación del mal en Cuba".

Son devastadores los datos sobre estos campos de concentración de enfermos, piadosamente llamados sidatorios (¿Por qué no sidaretos, para recordar los lazaretos y la internación obligatoria de los leprosos?). 

Según la nota de AFP, el programa de reclusión sídica implicó de 1986 a 1993, el aprisionamiento clínico de portadores y enfermos en los 15 sanatorios especializados de Cuba. A las objeciones formuladas (la anulación de los derechos humanos de seropositivos y enfermos, la segregación inaudita, la decisión teológica de considerar a un conjunto de personas "portadores del mal", la certeza de que los afectados por el sida o son ignorantes irremisibles o buscan vengarse propagando la enfermedad), el régimen de las libertades siempre pospuestas responde asegurando "que el método de prisión preventiva impidió la rápida propagación de la enfermedad, garantizó una atención inmediata y provocó que los enfermos formaran grupos de ayuda mutua".

No cabe duda: las dictaduras, según sus promotores siempre son más eficaces, y ya la derecha mexicana dispone de un modelo óptimo de control: los sidatarios cubanos. Se oculta la severidad de la pandemia, se inhiben las grandes campañas preventivas, se le impone a los internados la doble condición de enfermos y de nuevos leprosos medievales, y se subraya el carácter asocial de los infectados, que no merecen la libertad de movimiento ?no otro es el mensaje? al no ser responsables de sus actos.

La nota de La Jornada informa de un gesto carifilantrópico, desde 1993 la concepción del sanatorio cambió y dejó de ser un lugar de internación forzada para convertirse en una institución educativa. ¡Loado sea el Comandante, que le da la oportunidad a los enfermos de educarse como moribundos!

¿En que consiste la pedagogía clínica? La nota es elocuente. "Cada seropositivo debe pasar un periodo de internación de tres a seis meses, en los cuales aprende a convivir con su enfermedad. Luego solicita a una comisión interdisciplinaria (médicos, psicólogos, psiquiatras, entre otros) su paso al régimen ambulatorio. No todos son aceptados y algunos deben permanecer en los sanatorios, pero la mayoría pasa a régimen ambulatorio, una cantidad difícil de precisar pues cambia constantemente".

¡Qué humanismo! Aislados, sentenciados a no mezclarse con los sanos "porque los contagian", dedicados a sólo pensar en su enfermedad, sin posibilidad de trabajar (algo que la mayoría realizaría sin problemas), los seropositivos y los enfermos conviven con su mal y ?supongo? llegan a quererlo. Algunos ya no salen de su "montaña trágica", otros se instalan en el régimen ambulatorio, nómadas vigilados que no deben ver en su libertad un derecho sino un regalo del gobierno. 

Y las preguntas al respecto persisten: ¿cómo impedir lo que la nota misma declara inevitable, la propagación del sida? ¿Las millones de pruebas obligatorias, esa medida de policía sanitario, garantiza que no quede fuera de la internación ningún "vampiro postmoderno"? ¿Y los tristes? ¿Cuáles son, en última instancia, los derechos de los enfermos en la Cuba castrista?

No propongo desde luego como alternativa a las medidas sanitarias de la dictadura cubana, la política de salud de los gobiernos mexicanos que, de Miguel de la Madrid en adelante, se abstienen de las grandes campañas de prevención "para no ofender a la Iglesia" (Merece un reconocimiento especial el secretario de Salud Jesús Kumate que procuró con diligencia no hacer nada al respecto). Pero si como afirma Onusida, los factores más notables en el desarrollo de la pandemia son "la falta de métodos de detección, el rechazo a saber y los prejuicios", ¿de que sirven entonces las cárceles?hospitales salvo para probar la omnipotencia del Estado?

Carlos Monsiváis



 
Víctimas de Cavallo ofrecen testimonio público en México

Señora directora: Nosotros, ciudadanos argentinos residentes en la República Argentina, en nuestra calidad de ex detenidos-desaparecidos de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), de Buenos Aires, entre 1978 y 1981, durante la dictadura militar (1976-1983), hemos venido a México a ofrecer nuestro testimonio como víctimas directas del ex marino argentino Ricardo Miguel Cavallo ?alias Marcelo Carrasco o Sérpico?, detenido en este país con fines de extradición a España.

Cavallo pretende deslindarse de los crímenes que cometió; de los que hemos sido testigos y víctimas y venimos a manifestarlo públicamente ante la sociedad mexicana, a la que pedimos su solidaridad para que nunca más ninguna persona sufra lo que nosotros hemos visto y sufrido.

A cargo del sector llamado La pecera, en la Esma, Ricardo Miguel Cavallo sometió a secuestro, tortura y trabajo forzados a Enrique Fukman, Carlos Lordkipanidse y Ana María Testa, como parte de las actividades delictivas que llevaba a cabo su grupo de tarea, entre ellas la falsificación de documentos para apropiarse de los bienes de las víctimas secuestradas-desaparecidas, la falsificación de pasaportes y moneda extranjera.

En el caso de Cristina Muro, el grupo de tarea que dirigía el entonces marino Ricardo Miguel Cavallo, secuestró en 1977 de su hogar a su esposo Carlos Alberto Chiappolini.

Como víctimas directas del señor Ricardo Miguel Cavallo, sobre quien pende un proceso de extradición a España por crímenes de genocidio, tortura y terrorismo, los abajo firmantes hemos llegado a este país a reiterar nuestra solicitud, ante el gobierno y la justicia mexicanos, para que ratifiquen la decisión tomada por la SRE, en el sentido de permitir que el ex marino argentino, hoy detenido en este país, sea extraditado a la brevedad posible a España y juzgado allí conforme a derecho.

De ocurrir así, México sentaría un precedente histórico invaluable en materia de defensa de los derechos humanos, en concordancia con los más altos principios de la jurisprudencia internacional con relación a crímenes contra la humanidad como son la tortura, el genocidio y el terrorismo.

Invitamos a los medios de comunicación mexicanos y a la prensa extranjera acreditada en este país a la conferencia de prensa que tendrá lugar el jueves 7 de junio, a las 12 horas, en la Casa Lamm, Alvaro Obregón 99, Col. Roma.

Atentamente:

Ex detenidos-desaparecidos en la Esma: Enrique Fukman (1978-1980); Carlos Lordkipanidse (1978-1981); Ana María Testa (1979-1980) y Cristina Muro, esposa de Carlos Alberto Chiappolini, detenido en 1977 y desaparecido hasta ahora


Jaime Cárdenas no milita en PRD: Ortega 

Señora directora: Le solicito de la manera más atenta publicar esta carta en la sección El Correo Ilustrado, considerando las siguientes precisiones en relación al artículo publicado por Miguel Angel Velázquez en la columna Ciudad Perdida del 4 de junio.

He leído con atención su columna y sólo quiero hacerle las siguientes precisiones.

1. Nunca he llegado al despacho de Andrés Manuel López Obrador llevando a Jaime Cárdenas. Eso que usted dice "que cuentan" es una mentira que tiene, nuevamente, una perversa intención.

2. Una persona como usted, que diariamente comenta en su columna acontecimientos políticos, sabe perfectamente que el doctor Cárdenas no es militante del PRD.

3. Es absolutamente falso que el Dr. Cárdenas sea "un muy importante funcionario del PRD".

4. Es mentira que "pertenece al circulo de mayor relevancia dentro de su partido".

5. No hay consejero del PRD ni de ningún partido en el IFE. Los consejeros electorales fueron nombrados por la Cámara de Diputados a propuesta de los grupos parlamentarios.

6. El grupo parlamentario del PRD en dicha cámara nunca propuso al Dr. Cárdenas como consejero electoral.

7. Si tan sólo se conociera la ley, se sabría que una condición para ser miembro consejero del Consejo General del IFE es "no desempeñar ni haber desempeñado cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político en los cinco años anteriores a la designación".

8.- Cuando conocí al Dr. Cárdenas, él ya era consejero.

¿Como es posible tanta mentira en tan sólo cuatro párrafos?

Sen. Jesús Ortega Martínez
 

 

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