Opinión
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Dinero

¿Ya se coció el arroz? // La guerra sucia de cuello blanco // Por el honor de la primera dama

Astillero

Patinazo de Xóchitl marca Citibanamex // Encuesta, ¡de Massive Caller! // Claudia: no a guerra contra narco// INE: ¿rosa se vuelve morado?

Enrique Galván Ochoa
Julio Hernández López
Bajo la lupa

Orden de aprehensión contra Netanyahu, quien acusa a la Corte Penal Internacional de antisemitismo (sic)

México, SA

Xóchitl: salto mortal sin red // Gana encuesta inexistente // Massive Caller, bara, bara

Alfredo Jalife-Rahme
Carlos Fernández-Vega
Isocronías

Habitar el presente

En el chopo

Sábado movidito: un recorrido y Salvador Moreno

Ricardo Yáñez
Javier Hernández Chelico
Encuestas: criterio necesario
L

a candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México (PAN, PRI y PRD), Xóchitl Gálvez, sostuvo ayer que Citibanamex presentó una encuesta que la coloca como puntera en la preferencia del electorado, por arriba de la aspirante de Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT y PVEM), Claudia Sheinbaum. El grupo financiero se deslindó de esta versión, aclaró que no ha elaborado ni contratado ejercicio demoscópico alguno sobre temas electorales y explicó que en su reunión de perspectivas económicas y visión de mercado se presentaron varias encuestas, entre ellas la de Massive Caller, única empresa del rubro que otorga ventaja al bloque de derechas. El equipo de Gálvez obtuvo una imagen del momento en que se mostró la gráfica correspondiente a dicho estudio, y la candidata la difundió sin verificar.

El Correo Ilustrado

De rosa, cual lobo vestido de abuelita

M

area rosa para tapar la basura debajo de la alfombra rosa. El tricolor, el blanquiazul, el amarillo, camaleónicos se disfrazan con el color institucional del INE para aparentar que es ciudadana y apartidista su campaña por devolver el poder al PAN, al PRI y al PRD; se visten de sociedad civil así como el lobo se vistió de la abuelita en el cuento de la Caperucita.

Energía: actualidad
L

a actual administración federal ha forcejeado con el viejo modelo concentrador, fundamentalmente en dos amplios campos. Uno, frente al atorado sistema judicial que no pierde ocasión de inclinar la balanza al lado conservador. El otro al avanzar, muy a pesar de que las reglas y normas, derivadas de la reforma energética de Peña Nieto, obstaculizan su desempeño. En medio de estas enormes pinzas de contención, se le añade un conjunto de intereses creados que no se limitan a los de la industria energética. En verdad se extienden casi al conjunto completo de la economía donde se entrelazan y dan pie a visiones ancladas en el individualismo privatizador. En este vastísimo espacio de poder caben lo mismo medios de comunicación, bajo estricto control empresarial, como instituciones financieras que actúan como guías y unificadores del pensamiento neoliberal. Aun así, el gobierno no ha cejado en la puja por sacar a flote todo aquello que toque, para su beneficio, a los grupos humanos mayoritarios. Parte sustantiva de los cuales habían caído, durante casi 40 años consecutivos, en el franco, planeado y penoso desamparo. Pero que, ahora y desde hace cinco años, se les ha situado como punto de atención prioritaria.

Xóchitl y la intolerancia religiosa de la derecha
C

ausa pena que a estas alturas del siglo XXI reaparezca el sectarismo católico en la campaña electoral. Agraviar al oponente por salir de los derroteros católicos tradicionales es un recurso mezquino ante los avances de los derechos humanos y religiosos del México contemporáneo. Se reconoce como recurso político para herir al rival, pero a todas luces es una táctica pueril. El artículo 24 constitucional establece: Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado.

Luis Linares Zapata
Bernardo Barranco
Liderazgos evangélicos despistados y Xóchitl
O

frecen lo que no está en sus manos dar. Liderazgos evangélicos que apoyan la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez magnifican una representación que no tienen, y a la vez le prometen apoyo en las urnas que muy difícilmente podrán hacer efectivo.

La mareada rosa
N

os quieren dar sidral por cerveza o cerveza por sidral, advirtió en 1994 Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano cuando en el primer debate presidencial celebrado en México relató cómo Ernesto Zedillo –quien después de la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta dejó de ser coordinador de la campaña priísta para convertirse en su candidato– pidió durante un acto de campaña con taxistas que le sirvieran cerveza en un vaso de plástico para que pareciera que en lugar de beber alcohol tomaba refresco. Treinta años después, y con ellos cientos de maromas, alianzas, y tantas coaliciones como cambios de nombres ha tenido el mismo grupo político que usó en vano el nombre de la Revolución Mexicana para institucionalizar la transa, sigue ofreciendo sidral por cerveza o cerveza por sidral.

Carlos Martínez García
Juan Becerra Acosta
Silvia Barbescu
L

e salvó la vida aprender alemán y ruso; su padre, Bogdan Barbescu, ingeniero de turbinas de avión rumano, consideró que su única hija debía aprender el idioma del enemigo. Silvia vivió la caída del muro de Berlín, la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, sintió la escasez de las políticas económicas de la dictadura comunista, la censura, los arrestos y la falta de libertad de expresión; su madre, egresada del liceo francés, María Marinescu, economista de profesión, se encargó de asegurarle una comida al día durante sus años como estudiante de bachillerato, caldo de res; en ocasiones obtenía en el mercado negro mantequilla, huevos, aceite y azúcar. Silvia Barbescu nació en Bucarest, Rumania, el 13 de agosto de 1961.

77 festival de Cannes
De Sorrentino, Mastroianni y una teibolera
Foto
▲ En el festival de cine francés la actriz Cate Blanchett lució una creación de alta costura de Heider Akerman para Jean Paul Gaultier con los colores de la bandera palestina. Foto Afp
Emilio Payán
Leonardo García Tsao