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Catástrofe en Guerrero
Apura a damnificados ser incluidos en censo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 6 de noviembre de 2023, p. 5

Acapulco, Gro., Con ayuda de un bastón, Abel Araujo, de 70 años, camina cerca de kilómetro y medio, de la colonia Icacos a la iglesia de la colonia Costa Azul, para preguntar por los servidores de la nación que elaboran el censo de viviendas dañadas.

Hasta ahora, poco se sabe de dónde se concentran y los criterios que aplican para realizar el padrón de afectaciones, pues no hay Internet ni anuncios en los sitios de concentración que suele utilizar el gobierno.

Un joven indica a don Abel que se dirija al parque Merle Oberon, a una cuadra, detrás de la iglesia, pero le precisa que no era seguro que estuvieran ahí, pues escuchó que después de las 2 de la tarde se iban a descansar.

Una viandante escucha la necesidad del ­adulto mayor y se ofrece a buscar algún módulo cerca; Abel espera junto a un montículo de desechos; minutos después ella regresa y le informa que no encontró nada.

En otros casos, damnificados por Otis se quedaron sin ser censados debido a que tuvieron que salir de sus hogares para buscar el sustento diario; además la gran mayoría de afectados desconoce los horarios de trabajo o criterios que utilizan los servidores de la nación.

Yolanda García, madre soltera, residente en la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, en la zona Diamante, lamentó: Tuve que salir a ver qué pasó con mi trabajo y cuando regresé me dijeron que ya habían pasado por mi calle.

Un vecino de Costa Azul reclama: Me dijeron que regresarían en 15 minutos y me dejaron plantado. Colonos se topan con los servidores públicos y les ruegan que les den prioridad a sus domicilios para hacer el conteo de daños.

Vigilancia vecinal

Doce días después del embate de Otis, la electricidad se ha restablecido en sólo algunas zonas de la ciudad, sobre todo en las en que el cableado es subterráneo o donde el viento no derribó los postes.

En tanto, colonos de la colonia Costa Azul hacen guardias desde sus ventanas, se hacen señas con lámparas y vigilan sus calles, ante los rumores de atracos e irrupciones en viviendas.

La policía estatal y elementos de la Guardia Nacional hacen rondines esporádicos durante la tarde y la noche.

Con el paso de los días, crece la incertidumbre entre habitantes de ese sector por la falta de agua, en contraste con el anuncio de autoridades municipales a media semana.

En la parte baja de Costa Azul hay montículos de basura incluso en sitios utilizados como comedores comunitarios y para surtirse del líquido. Hasta la iglesia se comienza a llenar de moscas.

La desinformación prima entre habitantes de colonias de la zona Dorada debido a la falta de líneas telefónicas.

Desesperado, un hombre pregunta dónde comprar un tanque de gas estacionario, para instalar un comedor comunitario en la colonia Praderas de Costa Azul, pero nadie, ni los marinos, ni los asistentes a la parroquia lo saben.

Vecinos de una calle de la parte alta de la colonia Costa Azul colocaron una barricada improvisada para evitar posibles robos en sus moradas.

Para ello emplearon láminas, palos y cables que volaron arrastrados por Otis, la madrugada del 25 de octubre.

Sobre una lámina galvanizada se lee: No hay paso, no lo intente, vecinos protegidos.

En una calle adyacente, un lugareño comenta: Duermo en mi balcón con dos palos, piedras y escombros de los cayeron en mi casa para defenderme si es necesario.