La reapertura de los restaurantes sólo puede definirse como peor que la guerra, pues la afluencia ha sido de 10 por ciento y ante esa situación es necesario apoyo del gobierno. De lo contrario no se aguantarán dos meses, sostuvo Osvaldo Caldú, propietario de El Asado Argentino.

El empresario, quien forma parte del grupo Gastrónomos Unidos por la Libertad y Arte (Gula), señaló que el reinicio de actividades en el sector puede calificarse de peor la posguerra que la guerra.

Los restaurantes somos los más vulnerables. Estamos quebrados. Explicó que mantuvo los sueldos de 70 trabajadores que tiene en un establecimiento del sur de la Ciudad de México y otros 35 en la colonia Juárez.

Aunado a ello, detalló, llegaron los recibos de luz y agua, que consideró ofensivos, pues los cobros fueron de 65 mil y 45 mil pesos, respectivamente.

Apuntó que tanto su negocio como otros que pertenecen a Gula sólo han tenido 15 por ciento de aforo, por lo que no podrán aguantar dos meses con tan poca cantidad de comensales.

Urgen financiamiento y subsidios, agregó, pues será tarde si se dan en seis meses. Mencionó que se han acercado a instituciones bancarias, pero la experiencia no ha sido la mejor.

“Ahora que necesitamos para aguantar la carga social, salarios y todo esto, pues los bancos te tratan como perro.

“No te reciben. Hay una actitud nefasta. No quieren prestar nada.

“Te ofrecen tasas leoninas. Resulta que la tasa pasiva estaba a 5 por ciento y ahora está en 13.5. Si ya estábamos jodidos, con esto nos dan la puntilla.

El gobierno federal anunció 750 mil millones en créditos para la pequeña y mediana industrias, que se iban dispersar a través de los bancos, pero eso es un anuncio publicitario, enfatizó.

Caldú relató que para reabrir los negocios deben invertir mucho, porque tienen que implementar medidas como el uso de cubrebocas, gel antibaterial, tapete sanitizador e instalar acrílicos.

Subrayó que las autoridades sanitarias han indicado que no son necesarias las pruebas para detectar el Covid-19, pero una de las condiciones para reabrir es hacer pruebas a 5 por ciento del personal cada semana, cuando la plantilla laboral rebase 30 trabajadores.

Aparte de que estamos quebrados, porque no se vende nada, por los gastos que se hicieron cuatro meses sin ingresos, manteniendo prestaciones y a todo el personal cobrando, ahora vamos tener que gastar 3 mil 500 pesos por trabajador para hacer análisis todas las semanas. Eso es imposible. Los negocios están agotados.

Añadió que si realmente es necesario que el personal se practique estudios, para eso está el Instituto Mexicano del Seguro Social. Para eso lo pagamos desde hace 30 años.

“Yo sé que primero los pobres, estamos de acuerdo, pero si dejas en la calle a las pequeñas y medianas empresas como la nuestra, pues si cierro me llevo entre las patas a los 110 trabajadores de los dos restaurantes.

Necesitamos del gobierno financiamientos blandos, porque para caer en manos de los usureros mejor cerramos, concluyó.