La región de América Latina y el Caribe debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la ganadería, recomendó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La ganadería tiene una importancia vital para la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe, ya que aporta 15 por ciento de las calorías y 37 por ciento de las proteínas del consumo total de alimentos.

Según la FAO, la ganadería contribuye con 46 por ciento del PIB agrícola regional y el objetivo prioritario es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a esta actividad.

La ganadería es una actividad con importantes efectos positivos sociales y económicos. La transformación de la ganadería deberá proponerse seguir incrementando la productividad y, al mismo tiempo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Esto podrá lograrse sólo en la medida en que los gobiernos y el sector privado impulsen una profunda innovación tecnológica e instalen las instituciones y las reglas que lo hagan posible.

Julio Berdegué, representante regional de la FAO, expuso que debemos cambiar profundamente la ganadería en América Latina y El Caribe. La innovación tecnológica es la llave para que la ganadería sea más productiva, con mucho menor impacto en el cambio climático.

Dijo que preocupa especialmente la ganadería de los pequeños productores y la agricultura familiar, las cuales deben ser incluidas en esta transformación.

América Latina y El Caribe aportan más de un cuarto de toda la producción mundial de carne vacuna y de aves de corral.

En la región, el sector crece a una tasa anual de 3.7, cifra superior a la tasa promedio global (2.1 por ciento).