Economía
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Revisar reformas no causa incertidumbre

La expectativa de cambio debe ir acompañada de metas que todo mundo entienda, que no se sustenten en la sensación de que las cosas van bien o mal, enfatiza; resalta que podemos visualizar el México que queremos e ir hacia allá

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▲ El director general de Grupo Banorte, Marcos Ramírez Miguel, indica que debe mejorarse el estado de derecho, un tema que ha quedado rezagado.Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de agosto de 2018, p. 21

Emprender la revisión de las reformas económicas impulsadas en los años recientes, como ofreció el próximo gobierno, no representa un factor de incertidumbre para la toma de decisiones económicas. Pensar que algo por decreto está bien y que nadie tenga derecho a opinar es una mala salida, sostiene Marcos Ramírez Miguel, director general del Grupo Financiero Banorte, el segundo proveedor de servicios bancarios del país.

Resalta que el resultado de la elección presidencial generó una expectativa de cambio que, para no resultar en frustración, debe ir acompañada de metas que todo mundo entienda, que no se sustenten en la sensación de que las cosas van bien o mal.

Es importante ubicarnos en donde está el país ahora. No estamos saliendo o entrando a una crisis y eso en México tiene mérito. Podemos dibujar la nación que viene, la que queremos que venga, sin ninguna prisa por salir de un problema urgente, enfatiza en entrevista con La Jornada.

–¿En las actividades cotidianas de los negocios y de la economía se superó la fase de incertidumbre que genera una campaña electoral, de la polarización que se da en un proceso de esta naturaleza?

–En todos los países se polariza un poco la sociedad cuando hay elecciones. En este periodo de transición lo mejor que puede pasar es que todos nos entendamos; que se vea qué cosas se hicieron bien y cuáles son mejorables, que siempre las hay, y determinar hacia dónde se van a canalizar los recursos que, como se sabe, son finitos.

Podemos visualizar el México que queremos e ir hacia allá. Todos coincidimos en que al país le hace falta mucha infraestructura. Entonces, pongámonos de acuerdo en dónde construirla y no hablo sólo de las grandes obras, sino de las que se requieren en los estados y municipios. Algo en lo que también debemos trabajar es en mejorar el estado de derecho, un tema que se ha quedado rezagado. Pero no hay sólo que decirlo, sino actuar. Porque el policía va a decir que necesitamos estado de derecho, pero lo tiene que hacer; el empresario lo tiene que hacer; el chofer lo tiene que hacer. Todos tenemos que poner nuestro granito de arena y no decir que se necesita, sino aportar en ese sentido.

–Menciona que hay cosas que marchan bien, pero el próximo gobierno ha hecho explícita su intención de revertir algunas reformas.

–Leo entre líneas. Ciertamente usan la palabra revertir. Yo como veo las cosas es que las van a rencauzar. Fueron 11 reformas y alguna van a querer rencauzarla. No creo en las revoluciones drásticas, más bien en las evoluciones. Como dije, los recursos son finitos y lo importante es hacia dónde encauzarlos.

–¿Entre la comunidad de inversionistas genera desconfianza la idea de rencauzar unas reformas?

–Mientras los cambios sean entendibles, es al revés: generan confianza. Si te dicen que van a revisar una cosa porque hay una mejor opción y se demuestra a la sociedad que esos cambios van a contribuir a que al país le vaya mejor, lejos de que se aleje la inversión se va a acercar. El truco está en hacerlo bien.

–Para las obras de infraestructura que ha mencionado como una necesidad, se requiere de grandes inversiones. ¿Qué condiciones son necesarias para que esa inversión se dé, para que un banco o un grupo de inversionistas tenga confianza de que las reglas no van a cambiar?

–En el estado de derecho. Si a todos los que están involucrados en un proyecto se les garantiza el cumplimiento de las cosas que se les dijeron, todo va a salir.

–¿La anunciada revisión a algunas reformas contribuye a esta certidumbre?

–Sí. Lo digo honestamente. Pensar que algo por decreto está bien y que nadie tenga derecho a opinar es una mala salida. Tienes que estar demostrando todo el tiempo que estás bien y tienes que estar dispuesto a evaluar y a cambiar un poco la veleta depende de cómo venga el aire porque así es el mundo.

–Hay expectativa alta en el próximo gobierno. ¿Cómo debería ir cumpliendo para que no se convierta en frustración?

–Se deben poner metas medibles y conocidas: cuánto debe subir el producto interno bruto, o cuánto se eleva esto o lo otro. Se tiene que ser realista. Tampoco puede ser de un día para otro. Si se dice que hay que combatir la desigualdad; se deben poner indicadores. Si todos estamos de acuerdo con establecer esas mediciones, podemos determinar si el país va bien o mal. En lugar de fantasear o en lugar de criticar.