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En Xoco no cesan los megaproyectos, pese al daño provocado
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de agosto de 2018, p. 33

A pesar del cerco que ha significado para los habitantes del pueblo de Xoco la construcción de megaproyectos, continúan dos más: Agatha, de Quiero Casa, y Urbano Park, que se sumaron a los desarrollos inmobiliarios Ciudad Progresiva y las enormes torres de departamentos de City Towers, edificadas en un poblado que se regía por usos y costumbres donde las grandes construcciones no estaban permitidas.

Los proyectos, informaron los oriundos del poblado, han violado los usos de suelo que por años mantuvo la comunidad. Las autoridades, por medio de polígonos de actuación privados, modificaron a placer de los desarrolladores inmobiliarios las normas de uso suelo.

El pasado martes los pobladores reactivaron su rechazo a éstos megaproyectos y en su desesperación por exigir un alto bloquearon avenida Universidad. Trataron de programar una reunión entre los vecinos, las autoridades de la delegación Benito Juárez y de la Ciudad de México, pero fuera del poblado.

Querían desactivar el movimiento ciudadano, pero los vecinos los rechazamos, expresaron. No obstante, ayer nadie sabía cuál fue la respuesta de la autoridad a su exigencia; sin embargo, mantenían su rechazo a las grandes obras.

Recordaron que el proyecto de la torre Mitikah no es el primero que se construye en el pueblo de Xoco, pero sí de los más grandes. Mencionaron a City Towers, que si bien está sobre vialidades primarias, para dotarlos de servicios utilizaron las mismas redes de distribución que abastecen al pueblo.

Los habitantes de Xoco quedaron atrapados entre la urbanización. Además de los enormes bloques de departamentos, los gobiernos panista de Benito Juárez y perredista de la Ciudad de México nos impusieron con sus polígonos de actuación privados, primero a Ciudad Progresiva y después a Agatha y Urbano Park.

Los desarrollos, precisaron, se traducen en falta de agua, apagones por descargas eléctricas, saturación de vialidades e inseguridad, porque hasta el momento ninguna de estas empresas ha invertido en obras de mitigación, pese al deterioro del poblado.