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Sobre la Ley de Seguridad Interior pidió esperar la resolución de la Suprema Corte

López Obrador: el retiro del Ejército de las calles, asunto que no está decidido
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El combate a la violencia requiere un plan en el que participe la verdadera sociedad civil, dijo Andrés Manuel López ObradorFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de mayo de 2018, p. 10

Andrés Manuel López Obrador planteó ayer que sin mitos y tabúes, y ante la reflexión que ya existe sobre el tema, por qué no tratarlo y, si es lo que conviene, aprobar el consumo de marihuana, aunque planteó que es preferible atender las causas de la violencia.

Lo único que me preocupa es que por esas medidas se deje de atender las causas y que la delincuencia cambie de ramo, dijo. Expuso además que si bien se ha militarizado la atención a la inseguridad, la decisión de retirar al Ejército de las calles no está decidida.

“¿Sacar al Ejército de las calles o no? Eso lo vamos a ver. En muchas partes la gente dice ‘si se van, nos quedamos en el desamparo completo’. Eso lo vamos a ver poco a poco, no es un asunto maniqueo, hay que ver qué conviene más para conseguir la paz”, dijo.

–Derogar la Ley de Seguridad Interior, ¿sí o no? –le preguntaron en el Diálogo por la paz y la justicia. La agenda fundamental.

–Ni sí ni no –respondió.

En ese foro, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia planteó esperar a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación resuelva las impugnaciones a la citada norma, pero indicó que el Ejército debe cumplir su función y no reprimir a los ciudadanos. En su gobierno, abundó, no habrá orden de reprimir al pueblo y se buscará, en cambio, la forma de incorporar a las corporaciones policiacas a un trabajo coordinado.

Un desbarajuste

Es un desbarajuste, se agarran a balazos entre las corporaciones, criticó, y aclaró que su propuesta de mando único se refiere a que el jefe del Ejecutivo se haga cargo de la política de seguridad”, indicó.

A lo largo de la reunión, planteó que resolver la crisis de violaciones a derechos humanos y violencia requiere un plan conjunto de acción, en el que participe la verdadera sociedad civil y que parta también del encuentro al que convocará después del 1o de Julio.

Porque, a la pregunta de si es suficiente con fincar un cambio en la política de seguridad y de protección a derechos humanos en la voluntad política del presidente, expuso que es necesario contar con gente honorable.

Ejemplificó: Me gustaría, pero la ley no lo permite, que el sacerdote (Alejandro) Solalinde fuera el encargado de los derechos humanos y que Javier Sicilia estuviese en la comisión para encontrar a los desaparecidos.

Asimismo, explicó que su propuesta para designar a un fiscal general a partir de una terna enviada por el Ejecutivo al Poder Legislativo, busca cuidar el proceso, para que no esté de tapadera, pero tampoco al servicio de la mafia del poder.

Ante las organizaciones civiles que convocaron al diálogo, López Obrador presentó un decálogo de compromisos: cambiar la estrategia de combate a la inseguridad y la violencia; atender las causas que originaron el problema; no fincar la estrategia en el uso de la fuerza; respeto a los derechos humanos; evitar la asociación delictuosa entre delincuencia y autoridades.

Además, atender personalmente el problema; coordinar a las instituciones de seguridad; terminar con la corrupción e impunidad en la impartición de justicia; convocar al encuentro con autoridades religiosas –incluido el papa Francisco–, especialistas y familiares de las víctimas, y fortalecer a la Comisión Nacional de Búsqueda de Desaparecidos.