Roberto Sandoval, ex gobernador priísta de Nayarit a quien la Procuraduría General de la República (PGR) investiga por presunto enriquecimiento ilícito, sostuvo que no desvió un solo peso ni endeudó con un solo centavo a la entidad durante su gestión. Alegó que debido a la actual coyuntura política en el país, está “de moda la guerra sucia”, en la cual los ex gobernadores somos los culpables.

En respuesta al desvío de recursos que se le atribuye, dijo en entrevista telefónica: No me imagino dónde pueden caber 2 mil millones de pesos. Sobre las cinco propiedades que le aseguró la PGR, indicó que dos las compró en 1997; otra la adquirió su hija con un financiamiento bancario que aún se está pagando y una más no tiene nada que ver con nosotros. Además, posee un terreno comprado lícitamente. Sandoval aseguró que ya era dueño de esas propiedades antes de ser funcionario y dijo no tener prestanombres.

Señaló que cuando comenzó su sexenio (2011-2017), la entidad tenía una deuda de 10 mil millones de pesos, y dejé una deuda de 8 mil millones.

Se queja de fuego amigo del presidente nacional del PRI

Destacó que no ha sido llamado a declarar por la PGR ni por la Fiscalía de Nayarit, y lamentó que el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza, haya propiciado el juicio político al que hoy se somete sin antes habérsele acercado. “Se ha sumado a los ataques de la guerra sucia”, reprochó.

En la revisión de la cuenta pública 2016, la Auditoría Superior de la Federación encontró irregularidades financieras por mil 701.6 millones de pesos en la gestión de Sandoval.

En este contexto, dirigentes estatales de los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, que forman la alianza Por México al Frente, exigieron ayer en conferencia de prensa en Tepic que se investigue el origen de los fondos con que Sandoval paga a su equipo de abogados.

(Con información de Myriam Navarro, corresponsal)