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En Las tierras arrasadas el escritor aborda el fenómeno con una mezcla de realidad y ficción

Para Emiliano Monge la migración es el holocausto invisible del siglo XXI

La novela integra testimonios de centroamericanos reales que forman un perturbador y conmovedor mosaico de las brutales experiencias que atraviesan en su camino hacia EU

 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de enero de 2016, p. 7

La migración en el mundo es el holocausto invisible del siglo XXI, considera el escritor Emiliano Monge (Distrito Federal, 1978), autor de la novela Las tierras arrasadas.

Actualmente, vemos que ese holocausto ocurre todos los días en las distintas fronteras del continente europeo y americano. Es quizás el más atroz de todos, porque parece que a nadie le importa, explica el también politólogo.

Dicha situación refleja el gran enfrentamiento del mundo pobre contra el rico. En México, sobre todo en nuestra frontera sur, es peor, porque hacemos como si no existiera.

Amor y deshumanización

En Las tierras arrasadas, Monge entreteje la ficción y la realidad para contar una historia descarnada y dolorosa sobre la brutal violencia, las humillaciones, la pérdida de identidad, el abuso sexual, el abandono y la soledad que padece un grupo de migrantes –la mayoría centroamericanos– en su paso por México hacia Estados Unidos, al ser secuestrados por una banda de delincuentes dedicada al tráfico de personas.

La historia, cuenta el autor, gira en torno de dos integrantes de una organización criminal, Epitafio y Elena, secuestradores de migrantes, y sobre el amor que se tienen. Otros dos protagonistas son un par de pequeños hermanos que a su corta edad ya trabajan de polleros.

A lo largo de la novela se integran diversos testimonios reales de hombres y mujeres, que en conjunto forman un perturbador y conmovedor mosaico de las brutales y reales experiencias que atraviesan los migrantes, cuya individualidad –en la historia que se narra– se desmorona y va desapareciendo, hasta reducirlos a mera mercancía, a merced de los mezquinos intereses de sus captores.

Todo ocurre en 27 horas, lapso en el que pasan el secuestro y las diversas paradas que hacen en el camino, dice Monge.

La gran tragedia contemporánea, comenta, es que el capitalismo, la pobreza y la falta de educación convierten a las personas en víctimas desde que nacen, tanto a los secuestrados como a los secuestradores, porque muchos de ellos (en la novela y en la realidad) fueron también secuestrados. Son ex migrantes que aceptaron ser cooptados por otro grupo de delincuentes para sobrevivir.

Gente que diario se juega la vida

La novela, detalla el escritor, intenta reflejar mediante dichos personajes “una condición moral distinta a la mayoría de la gente, que no se tiene que jugar la vida todos los días como ellos.

El asunto de la migración es una cuestión muy compleja, no se trata de que unos sean buenos y otros malos, pues en ocasiones entre los migrantes se cuela gente muy cabrona, miembros de pandillas que han estado en cárceles de Estados Unidos.

Lo que ocurre hoy en nuestro país, concluye, es que a las autoridades mexicanas no les importan las brutales agresiones a los migrantes centroamericanos.

Publicada por Penguin Randon House, Las tierras arrasadas intenta reflejar, de manera dolorosa y descarnada, sin complacencias, la pérdida de humanidad e identidad, pero también cómo en esos espacios de violencia pueden nacer particulares formas de amor, solidaridad y esperanza, en este caso, entre dos secuestradores de migrantes.