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Son usadas para transporte, pero también para trasladar mariguana y goma de opio

Sinaloa, una de las entidades con más avionetas y pistas clandestinas en el país

La principal base está en Culiacán

Joaquín El Chapo Guzmán arribó vía aérea a Bastanitas

Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 23 de octubre de 2015, p. 4

Bastantitas, municipio de Tamazula, Dgo.

Sinaloa es una de las entidades que cuentan con más avionetas a escala nacional; las pistas de aterrizaje clandestinas abundan; en ocasiones son simples caminos de tierra que permiten el ascenso y descenso de centenares de aeronaves pequeñas, las cuales sin control alguno sirven de medio de transporte, pero también para trasladar mariguana y goma de opio a los centros de distribución con que cuentan los diversos grupos de narcotraficantes que operan en la zona.

En un recorrido aéreo, La Jornada constató que la principal base de avionetas está en Culiacán, el centro urbano más cercano a la sierra duranguense y entrada al llamado Triángulo Dorado. Prácticamente en todas las comunidades de la zona hay al menos una pista de aterrizaje, sin contar las que existen en la zona serrana, donde las avionetas no necesitan más de 400 metros para descender y ascender.

Elementos de la Armada de México que establecieron bases de operaciones en esta región del país –en julio pasado, cuando , indican, inteligencia naval detectó que El Chapo Guzmán había llegado por vía aérea procedente de San Juan del Río– señalan que tan sólo de la capital de Sinaloa a la zona de la comunidad de Bastantitas (El Alto y El Bajo), en el municipio duranguense de Tamazula, contabilizaron 140 pistas de aterrizaje, las cuales en su mayoría no cuentan con permiso de la Secretaría de Comunicaciones.

Según testimonios recabados, una avioneta no necesita más de cinco minutos para cargar o descargar su mercancía y emprender el vuelo. Joaquín El Chapo Guzmán se movió presuntamente en la zona serrana a partir de su fuga el penal de máxima seguridad del Altiplano. A un kilómetro y medio de la fortaleza que mandó construir en La Piedrosa, hay una pista de aterrizaje que le permitió llegar por aire procedente, precisamente, de Bastantitas.

La incapacidad de las autoridades para controlar la construcción y operación de pistas de aterrizaje hacen de la avioneta el modo de transporte más utilizado para prácticas ilícitas; cuando los elementos de las fuerzas armadas detectan este tipo de pistas las inhabilitan construyendo zanjas a lo largo; sin embargo, el esfuerzo es insuficiente. Sucede como con los plantíos de mariguana y amapola destruidos por soldados y marinos, que rápidamente son habilitados para la próxima cosecha.

La cultura del narcotráfico predomina en toda esta zona; los pobladores reconocen que viven del cultivo de la mariguana y de la amapola; los compradores llegan a lugares previamente pactados para llevarse la droga, preferentemente por vía aérea.

También hay quienes no son residentes de la zona; llegan de lugares lejanos para encargarse de la siembra y cosecha de la droga en terrenos propiedad de terceros; éstos reciben un sueldo establecido.

En el área que abarca el municipio de Tamazula, Durango, el precio de la goma de opio por kilo –se requiere de unos 400 kilos de amapola para producir dicha cantidad– es de unos 20 mil pesos en época de cosecha; actualmente, como la cosecha se espera para fines de año y principios de enero, el costo de la goma de opio alcanza hasta los 30 mil pesos por kilo.

A pesar de que el cultivo de droga deja buenos dividendos, en la zona serrana predominan la pobreza y la falta de oportunidades para los jóvenes, quienes ven como sus ejemplos a seguir a quienes sirven a los caciques locales o regionales, sicarios o halcones.

Poblaciones como Bastantitos abundan en la región. Caseríos que en su mayoría se componen de jacalones de madera sin servicios de agua corriente ni electricidad; en el mejor de los casos construidos con ladrillo.

Algunas viviendas tienen planta de electricidad; hay escuelas en las que un solo maestro imparte clases a niños de diferentes grados de primaria o secundaria; no hay centros de salud ni médicos; el acceso a telefonía celular o Internet es muy limitado e intermitente. Pero también uno se topa vehículos todo terreno de lujo, camionetas Cadillac o Jeep, que cuando se cruzan con los convoyes de la Armada miran retadoramente y con recelo a los marinos.