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Responsables de recintos en zonas mayas han presentado cien quejas; sólo una se ha resuelto

Sin control, robo de arte sacro en templos de Yucatán desde 2013

Campanas, adornos de oro, imágenes y cuadros, entre el botín, que por su antigüedad es muy preciado

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En el Templo de Monjas o de Nuestra Señora de Consolación, en Mérida, Yucatán, hace años robaron una imagen de la Virgen María que sigue desaparecidaFoto Luis Boffil
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 6 de septiembre de 2015, p. 26

Mérida, Yuc.

Una mañana de 2014 los pobladores del municipio maya de Hocabá esperaban el llamado a la tradicional misa en el templo católico de San Cristóbal. Se quedaron esperando el repicar de las campanas, y todavía lo hacen, pues fueron robadas.

En la iglesia de San Francisco, de la misma comunidad de Hocabá, también desapareció la antigua campana. Un rayo la resquebrajó y fue bajada para su reparación. Nadie dice qué sucedió, pero desapareció de la sede del ayuntamiento municipal. Fue un robo descarado y aparentemente nadie se dio cuenta.

En Mérida, la popular iglesia de Monjas –cuyo nombre oficial es Templo expiatorio de Nuestra Señora de la Consolación– también fue objeto del robo de una réplica de la Virgen María del siglo XIX. Casi a la par, continuaron los hurtos en sedes católicas rurales. Los ladrones se han apoderado lo mismo de campanillas de oro que adornaban estatuillas de imágenes, que prendas de ropa y otras imágenes que, por su antigüedad, son objetos muy preciados.

De 2013 a la fecha, el robo de arte sacro en Yucatán, principalmente en iglesias o capillas católicas de zonas mayas del estado, se ha incrementado, según denuncias presentadas ante el Ministerio Público. Desde 2013, responsables de sitios católicos han presentado alrededor de cien quejas, y sólo un caso se ha resuelto: La devolución de un rosario de oro. El ladrón sólo recibió una pena corporal de seis meses y salió en libertad.

El saqueo en Hocabá, el colmo

Pero el hurto en Hocabá fue el colmo de los colmos, afirmó el investigador e historiador Sergio Grosjean Abimerhi, experto en arte sacro y uno de los pioneros en el rescate y limpieza de los cenotes de Yucatán.

Recordó que en mayo de 2014, los pobladores de ese municipio se sorprendieron al descubrir que las tres campanas de la vetusta iglesia de San Cristóbal no repicaran llamando a la misa matutina. Pocos notaron que ya no había campanas en sus torres. Estaban desaparecidas.

Ni el sacerdote que atiende ese recinto católico, ni los custodios ni la propia feligresía sabían qué sucedió. Los católicos buscaron a su alcalde de extracción panista, Eulogio Tun Dzib, y éste no supo qué decir. Prometió investigar lo que a todas luces se trataba de un robo cometido en flagrancia en una comunidad de 5 mil 500 habitantes, la mayoría maya-hablantes.

Algunos vecinos comentaron que un día, en mayo de 2014, se observó de mañana que varias personas, equipadas con una grúa, bajaban las tres campanas de la iglesia de San Cristóbal. Se pensó que los objetos, sagrados para los feligreses, iban a recibir mantenimiento o limpieza.

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En la iglesia de San Cristóbal, del municipio de Hocabá, a plena luz del día se robaron tres campanasFoto Luis Boffil

Grosjean Abimerhi explicó que la iglesia de Hocabá, según el Catálogo de construcciones religiosas de Yucatán, fue edificada en el siglo XVII y sus tres campanas eran de bronce con otros metales, pero también forjadas en los años de 1600.

Añadió que las campanas son una referencia para el estudio de las iglesias y otras edificaciones de carácter religioso. Lo más increíble no es el robo, sino que las tres campanas fueron hurtadas en una sola ocasión y, aparentemente, la autoridad municipal jamás se dio cuenta, comentó el experto en edificios religiosos yucatecos.

Sergio Grosjean consideró que no es posible establecer el valor económico de las tres campanas, pero hay un buen dinero de por medio. No descartó que, a más de un año del robo impune, las campanas ya fueron fundidas.

La campana del templo de San Francisco, fue bajada hace años, debido a que fue azotada por un rayo que la fracturó. En agosto de 2014, los habitantes afirmaron que en el pueblo todos sabían quiénes se llevaron la campana, pero no denunciaron por temor a represalias, y lo peor es que las autoridades ya tenían el dato desde entonces, y todo indicaba que estaban encubriendo a los autores del hurto.

Roban a la Virgen María

El templo gótico de Nuestra Señora de la Consolación –mejor conocido como el ex convento de Monjas–, ubicado entre las calles 63 y 64, en el centro de Mérida, fue objeto de robo de arte sacro en agosto de 2013, sin que a la fecha se tenga pista del o de los delincuentes que se llevaron una réplica de la Virgen de Guadalupe, del siglo XIX, sumamente valioso. El sacerdote Marcin Pavel Czyz, de origen polaco, interpuso la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público por el robo del cuadro.

En la comunidad maya de Seyé, el 20 de septiembre de 2014, el sacerdote Félix Olavo Tec Chi informó ante decenas de feligreses que la campana de la capilla de La Mejorada había sido robada.

Y antes, en agosto de ese año, en la capilla de la Santa Cruz, también de Seyé, la venera- da imagen de San Bartolomé Apóstol, patrono de la localidad, sufrió el robo de un implemento representativo y el desprendimiento de una mano. En un breve periodo, dos robos de arte sacro en la población.

Según la denuncia ministerial, los objetos robados en Seyé tendrían un valor superior a 200 mil pesos. Que Dios los perdone (a los ladrones), afirmó el sacerdote Tec Chi.