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as razones de la admiración son tan insondables como las del azar. Una de las personas que más despiertan mi admiración es Michelle Bachelet. Chile es su patria. Pediatra, luchadora social, ministra de Salud primero, ministra de Defensa inmediatamente después, revolucionó las formas de mirar el desarrollo de la mujer en la Organización de las Naciones Unidas (ONU); ha sido electa presidenta de su país en dos ocasiones: en 2006 la primera y en 2014 la segunda. Mujer de Estado como casi nadie.

En los últimos días de 2010, gracias a la generosidad de dos amigos, un hombre y una mujer, compañeros solidarios, tuve la oportunidad de acceder a una entrevista con Michelle Bachelet. Se hizo en una sencilla oficina de ONU Mujeres, institución que acababa de refundar. Una versión de la entrevista se publicó en Nuestra oportunidad. Durante la entrevista se conversó con toda sencillez y libertad sobre sus historias y sus ideas. Por la lucidez y claridad de casi todas ellas, quisiera hoy compartir una versión de lo que allí expresó. Dice Michelle Bachelet:

1. “En política la única posibilidad real de construir confianza es el cumplir los acuerdos. Cada vez que en el país nos hemos dividido, ha habido etapas negras y oscuras en nuestra historia y, por el contrario, cuando un grupo de fuerzas políticas siente que lo que los une es más que lo que los separa, son capaces de sentarse, de mirarse a los ojos, de decir qué queremos para este país.

“Y en el momento de finalizar la dictadura lo que se quería era volver a un espacio de libertades, recuperar la democracia. Y hubo estatura política y la generosidad de colocar lo fundamental por sobre lo particular, lo colectivo por sobre lo individual, y eso nos permitió no sólo la gran tarea de recuperar la democracia, sino después la tarea de construir esa democracia. Fue necesario un proceso de rencuentro hasta personal y colectivo también, que no fue fácil, pero en el que contamos con los liderazgos adecuados que permitieron encauzar a las fuerzas políticas en esta dirección.

Lo otro que es muy importante en este proceso fue pensar en grande, con altura, con generosidad. Es erróneo creer que cuando se piensa con altura se pierde en lo individual. Yo, por el contrario, creo que la estatura política, la mirada de estadista, la mirada de conjunto, siempre premia al mundo político, porque la gente sabe reconocer a quienes se la juegan.

2. “Lo primero es acordar lo que uno puede cumplir y, segundo, cumplir los acuerdos; y eso vale no sólo al interior de un partido, al interior de una coalición, sino que también vale para un presidente de la República. Tiene que haber coherencia y consistencia no sólo entre lo que se dice y lo que se hace sino entre lo que se promete y lo que se cumple y yo siento que eso genera que la gente tenga confianza.

Esto es de lo más importante de todo, porque creo que uno de los riesgos para la democracia en América Latina es la falta de confianza que los latinoamericanos tienen. Y eso puede menoscabar fuertemente la maduración de la democracia, porque nosotros necesitamos la política. A mi juicio, es muy grave cuando uno observa en muchas partes de nuestra región, o en todas tal vez, la falta de credibilidad de los políticos en los partidos, en el parlamento, en toda la institucionalidad. También la falta de credibilidad en la justicia, cuando la justicia es un componente tan esencial de la democracia.

3. La gente puede estar enojada, puede estar furiosa, pero cuando ven que un gobernante habla en serio y dice la verdad, la gente entonces puede confiar en que, el menos, se tiene la mejor intención. Creo que la verdad es un componente muy importante; decirle a la gente lo que pasó y decir por qué pasaron las cosas. Pero también creo que se debe mostrar una salida, un camino hacia donde uno va. Si en política ubicamos en el centro a las personas, es porque el centro de la política es para mejorarles las condiciones de vida, sus condiciones de trabajo, en fin, todo lo que corresponda a las personas y no que las personas tengan que acomodarse a sistemas que no les son útiles, que no les son propios.

4. A los jóvenes les digo que el futuro de México y de la democracia está en sus manos. Que no lo malgasten. Que se involucren. Mi convocatoria consiste en que se informen, que aprendan, que se organicen y que se conviertan en líderes, porque necesitamos para nuestra América Latina, para México, jóvenes que puedan hacer oír sus voces, sus propuestas y su manera de llevar las cosas adelante. Yo creo que la combinación entre experiencia y aire fresco le sienta bien a la democracia.

El pensamiento de Michelle Bachelet y su forma de aplicarlo en la vida social es, por supuesto, más extenso y hondo. Mucho hemos de aprender de ella al escucharla en los territorios de Iberoamérica. Llegará a suelo mexicano en los próximos días. Desde aquí le decimos: bienvenida.

Twitter @cesar_moheno