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Proyecta la mirada y las preocupaciones de jóvenes realizadores

Ofrece la Cineteca periplo por la filmografía contemporánea argentina

El ciclo, que incluye nueve largometrajes, concluirá el 14 de junio

 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de junio de 2015, p. a10

Con el propósito de ofrecer un panorama sobre la actual filmografía, la Cineteca Nacional, OBRA cine y la embajada de Argentina en México, presentan la Semana de Cine Argentino, la cual comenzó ayer y concluirá el próximo 14 de junio.

En la década de los 90, el cine de Argentina se transformó al mostrar una mayor preocupación por el presente, planteando nuevos cuestionamientos sobre problemáticas sociales y ciertas narrativas sobre la identidad nacional.

Desde entonces, una oleada de jóvenes realizadores ha entregado historias desarrolladas con mayor libertad. El resultado de este cambio: un cine argentino que ha ganado el reconocimiento internacional.

La curaduría del ciclo, compuesto de nueve largometrajes, es de Paulina Portela, codirectora de la distribuidora argentina OBRA cine, quien visita nuestro país para presentar la selección.

La exhibición, que se lleva a cabo en la sala 8 de la Cineteca Nacional, se inició con la proyección de La vida de alguien (2014), cuarto largometraje de Ezequiel Acuña. Se trata de una extensión natural del melancólico universo que Acuña comenzó a configurar con su filme Como un avión estrellado (2005).

Secretos y miserias

También es parte esta selección Algunas chicas (2013), escrita y dirigida por Santiago Palavecino, historia que arranca con la llegada de Celina, una cirujana porteña en plena crisis matrimonial, a la casa de campo de una vieja amiga de la univesidad a quien hace mucho que no ve.

Más allá de sus propios traumas, secretos y miserias íntimas, se encontrará allí con una realidad bastante desoladora, ya que Paula, la hijastra adolescente de su amiga, sufre una profunda angustia y viene incluso de un intento de suicidio.

También se presenta Atlántida (2014), que participó en la edición 16 del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI). Es el primer largometraje de la cineasta cordobesa Inés María Barrionuevo.

Presenta una historia que transcurre en un pueblo rural de la provincia de Córdoba, donde dos hermanas adolescentes –cuyos padres están ausentes desde hace días– se enfrentan a los temores y a la incertidumbre que les produce su despertar sexual y la necesidad de satisfacer sus deseos más profundos.

Se cuenta de igual manera con El color que cayó del cielo (2014), obra del realizador Sergio Wolf, estrenada en el BAFICI fuera de competencia. Documental que sumerge al público en un mundo insospechado: el de los meteoritos, específicamente los caídos en la frontera entre Chaco y Santiago del Estero, en una localidad llamada Campo del Cielo.

Con un rodaje de más de un año y un equipo mínimo, la directora Ada Frontini pasó desapercibida en su aproximación a las aulas y a la vida cotidiana de Alejandra, a quien retrata en Escuela de sordos (2013).

El filme es un registro preciso y emotivo del trabajo y la entrega de esta maestra, fundadora de un colegio de sordos en la ciudad de Bell Ville, que tiene un particular vínculo pedagógico con sus alumnos. Este documental se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre una forma de discapacidad y sobre las vías para la integración social.

Fango (2012), escrita, dirigida y producida por José Celestino Campusano, describe historias personales a partir de dos vivencias auténticas, las de El Brujo y El Indio, dos músicos de un barrio marginal urbano del sur de Buenos Aires. Ninguno de estos personajes supo obtener reconocimiento masivo y su grupo Fango concentra todas sus expectativas.

Luchas contra el desarraigo

Viene después La Salada (2014), de Juan Martín Hsu, un mosaico de la experiencia del nuevo inmigrante en Argentina, enlazado con tres historias que transcurren en la feria de La Salada (uno de los mercados informales más grandes de Sudamérica).

El filme exhibe personajes de diferentes lugares y orígenes que luchan contra la soledad y el desarraigo de su tierra: un padre y su hija coreana que se preparan para un casamiento arreglado, un joven boliviano que acaba de llegar al país en busca de trabajo y un vendedor taiwanés en busca de una novia que le haga compañía.

En Nostilatiaj, la belleza (2012), ópera prima de Daniela Seggiaro, se cuenta la historia de Yolanda, una joven de la comunidad indígena wichi en el noreste argentino quien trabaja como empleada en casa de una familia criolla. En su cultura, poseer una larga y hermosa melena tiene un significado especial, y un día su patrona decide cortarle el pelo y de esa forma condicionar su presente y su futuro.

Cierra este periplo por la cinematografía argentina actual, Ramón Ayala (2013), de Marcos López. Se trata de un homenaje y un redescubrimiento de la vida, la obra y el proceso creativo de uno de los grandes poetas y cantautores del Alto Paraná.

Ayala compuso grandes temas del folclore argentino, pero su figura y su imagen es prácticamente desconocida. En este documental se entrecruzan un vendedor de discos y un publicitario exitoso, quienes encuentran en la música de Ayala un traslado emocional y un escape hacia el universo mágico de sus composiciones.