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Montan obra teatral de Vicente Quirarte en el foro Sor Juana Inés de la Cruz

Herman Melville protagoniza una confrontación generacional de valores

Alude a un escritor, pero es aplicable a un músico o un pintor, dice el director Eduardo Ruiz Saviñón

 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de abril de 2015, p. 6

El autor de la novela Moby Dick es el protagonista de la obra de teatro Melville en Mazatlán, del escritor y ensayista Vicente Quirarte, en la que un encuentro entre un Herman Melville de 60 años y un Melville de 24, sirve de pretexto para una confrontación generacional de valores, así como para reflexionar sobre la plenitud y el sacrificio que implica ser escritor.

Es una historia en la que el protagonista, en un desdoblamiento, se encuentra con su futuro, pero también con su pasado, explica Eduardo Ruiz Saviñón, director de la puesta en escena.

Ese encuentro permite reflexionar sobre un joven escritor cuya pasión es empezar a escribir, pero necesita de un apoyo o un impulso para hacerlo.

Por otro lado, está el viejo escritor cuyas obras no son tomadas en cuenta, como le ocurrió a Melville en la vida real. “Su gran novela Moby Dick no fue reconocida hasta después de su muerte.

La obra también refleja cierta frustración de no poder desarrollarte, añade el creador escénico. Para Ruiz Saviñón, la pieza habla de un escritor, pero igual puede ser un pintor, un director o un músico.

En la puesta en escena Ruiz Saviñón y Quirarte trabajaron más de un año, en una dinámica en la que yo le decía: tú escribe la historia y luego la vamos haciendo una pieza dramatúrgica, comenta el director.

Melville en Mazatlán, apunta a su vez Quirarte, además de ser una meditación sobre la plenitud y el sacrificio que implica la creación artística, “igualmente constituye una confrontación generacional entre los valores defendidos en dos edades: el mundo biofílico y erótico –en el más amplio de los sentidos– en el joven, la experiencia amarga de la madurez, pero también las sabias enseñanzas en la vejez”.

Foto
Escena de la obra Melville en Mazatlán, de Vicente Quirarte, con dirección de Eduardo Ruiz Saviñón, donde hay un desdoblamiento del escritor estadunidense y autor de la novela Moby Dick. Pedro de Tavira Egurrola, de pie, interpreta al personaje joven y Arturo Ríos, acostado, al viejoFoto José Antonio López

La obra pretende dirigirse al lector familiarizado con la obra de Melville, pero también despertar el interés por su lectura en los jóvenes, así como acercarlos a las vicisitudes de la escritura.

La historia puede tener lugar en 1844, año en que el joven Melville regresa a su natal Nueva York tras largas navegaciones y a punto de dar comienzo a su carrera de novelista. O puede ocurrir en 1883, año en que se encuentra en un decaimiento físico, lejos de la vida literaria, jubilado de su trabajo como inspector de aduanas y desilusionado de todo cuanto ha publicado.

No me comieron los caníbales, pero yo sí me voy a comer a todo mundo, dice el joven Melville. Escribir es poner en letras lo que nadie ha dicho pero quisiera decir, expresa el viejo Melville.

La escritura y el mar no son para los débiles, Caprichosos son los tiempos de la creación, como el mar, dirá en otro momento. La pasión del escritor es la de perturbar conciencias, ser un profesional de la subversión.

El trabajo del escritor, aconseja el viejo autor, es dominar el miedo, hacerlo cómplice y aliado. Domina la técnica, pero déjate dominar por tus demonios.

Con las actuaciones de Arturo Ríos y Pedro de Tavira Egurrola, escenografía e iluminación de Martha Benítez, video de Jazzael Aché-Sáenz y vestuario de Libertad Mardel, Melville en Mazatlán se presenta en el foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000), miércoles, jueves y viernes a las 20 horas, sábado, a las 19 y domingo a las 18 horas.