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Acepta que le sorprendió liquidar tan rápido al filipino Claveras

Si perdonas pierdes, por eso lo rematé, explica Pedro Guevara

El boxeador vive de sueños, y uno es ser el mejor de la división, dice

 
Periódico La Jornada
Martes 14 de abril de 2015, p. a15

Pedro Guevara, campeón mundial minimosca, estaba nervioso antes de la pelea del sábado pasado. Era la primera defensa de su cinturón del Consejo Mundial de Boxeo, ante un retador invicto, el filipino Richard Claveras, y la presión que eso representaba lo tenía un poco ansioso esa noche en el Centro de Usos Múltiples de Mazatlán.

Días antes, Claveras buscó intimidarlo. El mexicano trató de no inquietarse y lo asumió como parte del ritual previo a cada combate. No prestó atención a las amenazas de nocaut que le hizo el filipino.

Pero el día del combate sí sentía mucha ansiedad, recuerda. Aunque no se quiera, en una primera defensa hay mucha presión, porque hay que dejar claro que se es campeón no por casualidad.

Apenas subió al cuadrilátero ese nerviosismo se disipó. Claveras quiso intimidarlo con golpes potentes y una mirada matona, narra, pero decidió responderle en el mismo tono.

Le lancé un gancho muy fuerte para que respetara, pero vi que le dolió, cuenta Guevara. Cuando vi que lo había lastimado regresé para rematarlo.

Guevara le recetó un nocaut técnico en sólo dos minutos con 40 segundos. Era una defensa soñada, con una victoria contundente que lo confirmó como un monarca indiscutible.

En el boxeo el que perdona pierde, por eso me lancé a terminarlo, comenta. De hecho, ni yo esperaba que el combate fuera tan breve, pero es una fortuna, porque dejé claro que soy un campeón convincente.

Ahora empieza el trayecto de la consolidación –aclara–, porque para que un campeón sea respetado tiene que defender su título ante los mejores.

Los boxeadores vivimos de sueños, y éstos son ser los mejores de la división y después ganar títulos en otras categorías.

Después de una serie de defensas en peso minimosca, Guevara tiene puesta la mente en escalar a la categoría mosca. No se precipita, pero está seguro de que será el siguiente paso. Para eso explica que tendrá que trabajar con el fin de que su cuerpo cobre mayor fortaleza.

No le preocupa que los pesos pequeños no sean tan comerciales y, por tanto, las bolsas económicas no sean las más atractivas. Para Guevara basta ser un peleador espectacular para volverse lucrativo.

No importa la división del boxeador, sostiene. El brillo de una categoría se lo da el peleador, y si es espectacular y con calidad, pues es capaz de llenar foros grandes, como Juan Francisco Estrada.

En el sueño de Guevara, después de una carrera exitosa en el boxeo, podrá dedicarse a las leyes, que estudió en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Voy a regresar a mi profesión, no estudié cinco años para nada.